domingo, 2 de octubre de 2016

A veces...

A veces los críticos musicales nos llevamos bien. Ahí me tienen, ayer a las ocho de la tarde, con mi amigo Juan José Roldán en Vejer de la Frontera, en un día de relax que incluyó un baño maravilloso en la zona de Zahara de los Atunes –muy cerca de donde tenía una residencia Wernicke– y una espectacular cena en el restaurante vejeriego El Jardín del Califa. Ya sé que esta entrada tiene poco que ver con la música, pero tenía ganas de celebrar públicamente esta vieja y entrañable amistad.


Aprovecho para disculparme por el retraso en contestar a algunos comentarios y para anunciar que, con excepciones, las entradas seguirán estando programadas con antelación para que vayan saliendo de manera regular a las tres de la tarde. Hasta la próxima.

2 comentarios:

Nemo dijo...

Está bien una entrada así de vez en cuando... Transmite alegría y amor a la vida.
¡Disfrutad con salud!

Jorge Luis Argüero dijo...


Muy Bien Fernando..!!

Quien tiene un amigo, tiene un tesoro.-

Y excelente tu "observación" acerca de,
"el Mozart de Barenboim"...

Buena Semana..!!

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