No puedo calificar globalmente el Wagner de Karajan, porque no conozco
grabaciones como su
Holandés, su
Lohengrin y, sobre todo, su
Anillo en audio. He
escuchado su
Tristán de 1953, que me parece tan encendido como epidérmico, sus
Maestros de 1970, que me gusta muchísimo, y sus dos recreaciones de
Parsifal,
que distan de convencerme. Bueno, y su
Oro del Rin en vídeo, que me parece
estupendo en lo que a la dirección musical se refiere. Poseía el de Salzburgo grandísimas dotes
para abordar al autor: vistosidad, colorido, refinamiento, cantabilidad en el
fraseo, control absoluto de las transiciones, comunicatividad… Las tenía todas
menos una: la sinceridad. Don Heriberto pensaba a menudo más en sí mismo, en
deslumbrar exhibiendo su asombroso y seguramente insuperable dominio
de la orquesta, que en servir al compositor haciendo que su mensaje llegase con
garra, con veracidad, con auténtica fuerza, sin esos excesos y narcisismos tan caros a su batuta.
Este disco grabado en 1983 es un perfecto ejemplo de todo lo bueno y lo menos bueno
del maestro en este repertorio. Comienza con la Obertura y la Bacanal de
Tannhäuser: una verdadera orgía –nunca mejor dicho– de sonidos
en la que luce su portentoso sentido del color y, más aún, de las
texturas, pero también una tendencia a la blandura y a lo pseudomístico que
afectan sobre todo a la introducción, de una religiosidad insincera, y también al final de la página, en exceso
escorada hacia el impresionismo: casi se escucha el
Fauno de Debussy.
Prosigue con el Preludio del acto III de
Maestros Cantores, de la que Karajan ofrece una
interpretación de gran hermosura y naturalidad, siempre dentro de una visión antes
meditativa y espiritual que doliente. He realizaco una comparación con su citado registro de la ópera completa: esta lectura de 1983 parece más preocupada por la belleza sonora, aunque
quizá también resulte algo más punzante y ofrezca más garra. Magnífica, en cualquier caso.
Termina con el Preludio y la Liebestod de
Tristán e Isolda. Aquí he comparado con lo que Barenboim hace con la misma Filarmónica de Berlín en su grabación de la ópera completa. Karajan extrae una sonoridad mucho más hermosa y
envolvente de la orquesta, más rica en colorido y más suntuosa, pero la
arquitectura de tensiones no está tan minuciosamente planificada, el maestro
confia demasiado en los efectos puntuales de la masa sinfónica y a la postre
resulta un punto moroso, por lo que se pierde en carácter visionario y emoción.
Lo dicho, un ejemplo muy representativo de las maneras de hacer de Karajan. Confieso que me he irritado puntualmente volviendo a escuchar este disco, pero también que he disfrutado muchísimo.
2 comentarios:
Cual sería su referencia para Tristán e Isolda? Böhm? Furtwängler? Yo tengo la primera, que me parece espectacular (mejor Isolda que Nilsson no ha habido, a mi parecer) y también una de Karajan con Vickers y Dernesch, que tengo en menor estima en lo vocal.
Conozco el Tristán de Karajan de 1952 en Bayreuth: encendida y muy teatral, pero a mi entender algo epidérmica. La versión de Furt es obligatoria, aunque no redonda por culpa del Tristán de Suthaus. La de Böhm hace lustros que no la escucho. Quizá la más redonda de todas sea la de Barenboim en Teldec con la Filarmónica de Berlín. En cuanto a Isolda, permítame el atrevimiento de referirme a esta otra entrada mía:
http://flvargasmachuca.blogspot.com.es/2014/01/la-mejor-isolda-de-la-meier.html
Reciba un cordial saludo.
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