Por lo pronto, la clavecinista y directora francesa consigue que los músicos de la mítica formación se plieguen a tocar –con algún gazapo puntual sin apenas importancia– bajo parámetros de un riguroso historicismo, yo diría que más aún de lo que ya lo hicieron, como expliqué por aquí hace tiempo, un Ton Koopman o un Giovanni Antonini; los sonidos fijos de la cuerda pueden poner de los nervios a más de uno, por lo que no recomiendo el visionado a aquellos que en Barroco no pasaron de Raymond Leppard.
Además, se consigue un contraste muy interesante entre la cantabilidad suprema de los músicos de la Berliner Philharmoniker (¡impresionante, por ejemplo, Emmanuel Pahud!) y el estilo directorial de Haïm, que sin carecer de concentración lírica, es fundamentalmente teatral, vivaz, contrastado y anguloso, incluso algo entrecortado. Como la propia gestualidad de nuestra artista, sin ir más lejos, quien por cierto también tiene ocasión a ratos de sentarse a tocar, magníficamente, uno de los dos claves de continuo; en Haendel se añade una tiorba que se integra con el conjunto sin dejar de aportar, además de color, su dosis de imaginación.
El autor de El Mesías está representado por el Concerto grosso HWV 319 (el primero de la serie de doce) y las suites nº 1 y 3 de la Música acuática, ofreciéndosenos interpretaciones con garra, vida, agilidad –el fraseo puede resultar pimpante para algunos paladares–, energía algo brusca y, desde luego, mucha sal y pimienta.
De Rameau se presentan dos suites realizadas por la propia directora seleccionando fragmentos de obras como Dardanus, Les Fêtes d’Hébé, Platée o Naïs, ordenadas buscando cierta lógica sinfónica, un poco a la manera de la Sinfonía imaginaria organizada por Minkowski de la que hablé hace poco por aquí. Con este director comparte Haïm cierta tendencia a la sequedad sonora y a precipitarse un tanto, aunque a mi modo de ver los resultados de esta señora son superiores a los de su colega. Eso sí, aun siendo parisina, creo que le falta ese toque de sensualidad y galantería propiamente rococó, y propiamente francesa, que sí tiene alguien con quien ella trabajó bastante, William Christie… que es de Buffalo. Digresiones aparte, concierto de lo más recomendable.
13 comentarios:
Suena bien, pero ver los espasmos de esta mujer dirigiendo desconcentra a cualquiera. Pero vamos, que el Handel de Haïm es bueno no es ningún misterio, como su Monteverdi.
Sabrás que Haim tuvo que renunciar a dirigir, hace años, una opera de Mozart en la Opera de París, por que fue incapaz de entenderse con los músicos de la orquesta titular.
Tras varios ensayos optaron por buscar otro director.
Sí, lo sabía. Llama la atención que una orquesta con mucha más personalidad como la BP se pliegue por completo a los designios historicistas de Haïm. Qué cosas.
Me gustan mucho estas versiones. Creo, Fernando, que el plegarse "por completo a los designios historicistas de Haïm", es, ni más ni menos, hacer honor y ser respetuoso con estas músicas. Muchos aficionados no admitimos ya otro tipo de interpretaciones.
La gracia está en que una orquesta que podía haberse estancado en la comodidad, la BF, se muestra interesada en hacer las cosas de distinta manera, lo que habla muy bien de ella, mientras que otra que siempre ha sido muy normalita, la de la Ópera de París, se limita a decir "yo no sé hacer esto y por tanto que echan a esta directora".
La Haïm dirigiendo parece que baila al estilo robocop. xD
Si recuerdas, Fernando, el Villamrta tuvo que sustituir hace unos años a Antonio Florio en los ensayos de (creo) "L'elisir d'amore" porque la Filarmónica de Málaga se negaba a seguir las indicaciones de articulación y fraseo del director, al que llegaron a insultar públicamente.
Muy cierto, Andrés. Cuanto más mediocres, más puñeteros.
Si, de acuerdo. Valoro también positivamente la actuación de la BPO, y, además, como parece observarse en los vídeos, con gran entrega y seriedad. Los gestos cómicos de la directora son mera anécdota. Ha y otros directores muy serios con gestos académicos y no transmiten gran cosa. Con esta señora ganas dos cosas: buena música barroca y actuación cómica (gran música y teatro).¿Hay quien dé más?.
Referente a la anécdota que se cuenta de la Orquesta Filarmónica de Málaga, con la actitud citada demostraron ser unos rasca cuerdas o toca latas, poco amantes de las innovaciones en el arte. Debieron ser despedidos.
Pues el despedido fue Florio. Bueno, en realidad se marchó él mismo de ese Elixir d'amore, muy ofendido.
La cuestión es que la Filarmónica de Málaga tenía un compromiso con la Junta de Andalucía de actuar en el foso del Villamarta para garantizar su temporada lírica, que de otra manera no podía salir adelante. Obviamente no viajaban a Jerez con muchas ganas de trabajar, y menos aún de tener que hacerlo siguiendo fórmulas nuevas. Despues de esto, la orquesta siguió viniendo regularmente a Jerez y tocando cada vez peor, cosa por otra parte lógica porque los directores que les ponían en Jerez no eran precisamente buenos.
Ahora todo eso da igual. En el Villamarta no hay temporada lírica y los de la Filarmómica de Málaga temen a los recortes más que ninguna otra de las cuatro orquestas andaluzas. Se acabó.
¿Qué pasó con Barshai en Valencia?
Ostras, ni idea. Cuente.
Pues no lo sé bien. Pero algo pasó con la 10ª de Mahler y al final alegaron que no habían llegado las partituras y pusieron la del Nuevo Mundo.
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