La Obertura Fausto es prototipo del Wagner interpretado por Boulez: un soberbio ejercicio de arquitectura, realizado con asombroso trazo e insólita claridad, al que le falta un verdadero interés por los aspectos expresivos. De hecho, la atmósfera fáustica brilla por su ausencia. Por eso mismo me interesa más la interpretación de Thielemann con la Staatskapelle de Dresde -menos transparente pero desde luego más idiomática- que completa la Sinfonía Fausto de Liszt comentada en la entrada anterior.
Poco interés guarda el Idilio de Sigfrido. Boulez traza las líneas con su consabido rigor, evita tanto la pesadez como la excesiva ligereza y sabe ofrecer el refinamiento que demanda esta obra sin caer -algo inimaginable en él- en lo blando ni en lo meramente ensoñado, pero el resultado no pasa de una excesivamente distanciada solvencia carente de idioma y, sobre todo, de la sensualidad y ternura aquí tan necesarias. En esta partitura el no va más lo marcan posiblemente Kubelik con la Radio Bávara (Sony, 1979) y Maazel con la Filarmónica de Berlín (RCA, 1999).
En cuanto a los Conciertos para piano de Liszt, a lo ya escrito aquí me remito. Para quien no quiera leer aquella entrada, resumo brevemente. Barenboim tiene problemas de dedos debido a la edad, sobre todo en el Primero, pero modela el sonido como un verdadero maestro, frasea con tanta naturalidad como flexibilidad y explora cada pliegue de la partitura con una musicalidad, una creatividad y un compromiso expresivo de primer orden. Boulez hace gala nuevamente de su impresionante sentido de la arquitectura y de su proverbial objetividad, pero se deja contagiar por el solista y sustituye la asepsia que exhibía en Wagner por una enorme tensión dramática bien balanceada con un nada desdeñable sentido de la atmósfera y, en el caso del Segundo, un adecuado sentido reflexivo. Los resultados son reveladores y perfectamente complementarios a los de las otra versiones de referencia, las más apolíneas e increíblemente bellas de Arrau con Colin Davis.
Ahora bien, ¿merece la pena realizar la compra si se tiene ya el CD, habida cuenta de que las dos páginas de Wagner no están muy bien servidas? A mi entender, la respuesta es afirmativa en caso de poseer en casa un equipo multicanal, porque el surround es francamente bueno y se consigue una extraordinaria calidad de sonido. Si no, puede pasarse de largo, aunque ver además de escuchar siempre resulta de interés.
4 comentarios:
Estoy de acuerdo con lo que dices del Idilio de Sigfrido, si bien mi primera opción es que la refieres de Maazel, por encima de la de Kubelik. Pero no hay que olvidar la bellísima versión que en plena hizo para EMI Barenboim con la English Chamber Orchestra, y que, increíblemente, no ha sido pasada a CD. Por otra parte, la Obertura Fausto de Boulez sí que me parece espléndida y cargada de oscuras sugerencias.
Anda, pues no tenía noticia de esa interpretación del Idilio por Barenboim.
La Fausto de Boulez sí que es oscura, sí, pero no la veo muy wagneriana que digamos. Creo recordar que me grabaste una vez una de Abbado con la Sinfónica de Chicago que era magnífica, pero ya la memoria me falla.
Ese disco de Maazel de RCA, ¿podrían comentar el resto de las obras que contiene?
Muchas gracias.
Alberto Ayas
Pues el disco es este:
http://www.amazon.com/Lorin-Maazel-Conducts-Wagner-Siegfried/dp/B000055XKB
La mejor opción relación calidad/precio es hacerse con esta caja gorda de Maazel, donde hay bastantes cosas sin interés pero también cosas del calibre de su Strauss para RCA, que es maravilloso. Solo por eso, más los muy notables Holst y Respighi, creo la caja merece la pena para quien no tenga esos discos.
http://www.amazon.es/Lorin-Maazel-Edition-Various/dp/B0056K4V04/ref=sr_1_1?ie=UTF8&qid=1361373714&sr=8-1
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