Alberto Ginastera (1916-1983) compuso su ballet Panambí, de argumento mitológico basado en el folclore guaraní, entre 1934 y 1936: perfectamente lógico que la obra esté llena de ecos de otras más importantes, porque estamos hablando de un compositor veinteañero. La influencia de La consagración de la primavera de la que nos habla Benjamín G. Rosado en sus notas está clara; de la “secuela” escrita por Prokofiev, la Suite escita, también hay ecos. Pero para mí también lo está en no menor medida, y de esto nada se nos dice en la carpetilla, la del mundo impresionista. Hay aquí mucho del Daphnis et Chloé de Ravel y del Pájaro de fuego del propio Stravinsky, e incluso hay un largo solo de flauta que no deja de recordar al Syrinx de Debussy. Y aún podríamos ir más lejos: aparecen unos “cantos de pájaros” que apuntan directamente al “Jardín del sueño del Amor” la Sinfonía Turangalila de Messiaen, compuesta una década más tarde que la obra del argentino. La cuestión es: ¿funciona la partitura al margen de la danza, es decir, como pieza para ser disfrutada en disco o en concierto? Para mi gusto muchísimo, y sin ser una obra reveladora se escucha con bastante placer y por momentos hasta con fascinación, entre otras cosas porque está escrita con verdadera mano maestra.
Hasta ahora, que yo sepa, solo había una grabación completa de la partitura: la registrada por la directora uruguayo-israelí Giselle Ben-Dor al frente de la Sinfónica de Londres en 1997 y editada por el sello Naxos; ninguna de las dos cuenta con una toma sonora redonda, dicho sea de paso. El enfoque de las dos batutas es similar, potenciando los aspectos impresionistas por encima de los expresionistas. Ben-Dor, quien obviamente posee un instrumento preferible a la en cualquier caso espléndida Filarmónica de Gran Canaria, ofrece quizá más elegancia y aliento lírico.
Halffter se toma las cosas con bastante calma (42’53’’ frente a 39’19’’, nada menos) pero sin perder el pulso, consiguiendo una mayor sensualidad, una atmósfera más embriagadora y unas texturas más seductoras; y sobre todo, el madrileño ofrece bastante más grados de tensión sonora en los pasajes stravinskianos, donde a su colega le falta un poco de fuelle. Por eso mismo me quedo, sin menospreciar en modo alguno la lectura de Naxos, con esta que ahora nos ofrece DG. ¿Se puede hacer aún de manera diferente? Pues sí, potenciando los aspectos más modernos de la obra: escuchen la breve suite que en 1948 ofreció un tal Erich Kleiber al frente de la Orquesta de la NBC.
El compacto se cierra con la Obertura para el Fausto criollo, de 1943, sorprendente en la yuxtaposición de la teatralidad un tanto ampulosa que hace referencia directa al título de Gounod con los brillantes ritmos latinos. Retomando las comparaciones, la lectura de Halffer supera ampliamente en brillantez, tensión y fuerza expresiva a la muy correcta de Jan Wagner; me parece también preferible a la notabilísima de Maximiano Valdés con la Simón Bolívar, sobre todo por la manera en la que -especialidad de la casa- el maestro madrileño borda la atmósfera gótica y enrarecida de la página, incluso sin miedo a que por momentos -justo después de la primera sección folclórica- aparezcan pre-ecos del Vértigo de Bernard Herrmann. Todo ello se encuentra muy bien puesto en sonidos por una batuta de técnica admirable y una orquesta entregadísima, redondeando un disco no solo muy importante en la reivindicación de la música más juvenil de Ginastera, sino también de incuestionable calidad interpretativa.
4 comentarios:
¿cuanto cuestan los discos publicados por la DG? No creo que encima el sello amarillo pague por publicar estas grabaciones, a la orquesta de gran canaria le costaran un riñon.
Buena pregunta, tanto sobre este disco de la OFGC como en lo que a la serie de la OCNE se refiere.
Hola Fernando
muy interesante reseña sobre un compositor genial a mi criterio como Ginastera. ¿cuándo se editará en disco compacto el concierto para piano en la version de Joao Carlos Martins y la batuta de Leinsdorf? sería pecado que no se hiciera!!! en cuanto a la suite de Panambi interpretada por el gran Erich Kleiber afortunadamente está ya en mi discoteca hace un par de años, se trata de un disco del sello Urania y suena fantástico,
Cordial Saludo!
Julián
Mucho me temo que las discográficas siguen sin interesarse lo suficiente por Ginastera. Saludos.
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