Hoy martes 22 de mayo estoy en huelga, al igual que otros muchos -espero que muchísimos- miembros de la comunidad educativa española. Las razones, la actitud del gobierno del Partido Popular en materia educativa. Ya saben: incremento de las horas lectivas al profesorado, aumento del número de alumnos por aula, retraso en el envío de sustitutos para los profesores de baja, feroz subida de las tasas universitarias, serios condicionantes para acceder a las becas, reducción del presupuesto para la investigación… Lo tienes ustedes explicado en la prensa, incluso en la prensa de derechas (enlace). Las medidas están encaminadas a matar dos pájaros de un tiro. El primero, recortar el gasto público para, cumpliendo las órdenes de Frau Merkel, poder devolver la deuda a la gran banca europea, entre ella la alemana, que los pobres están todos sin un duro. El segundo, deteriorar hasta tal punto la enseñanza pública (¡también la sanidad, claro!) que a medio plazo los padres que quieran una buena educación para sus hijos se vean obligados a rascarse el bolsillo y recurrir a la privada, que lógicamente está en manos de los amiguetes del PP.
El futuro parece claro: empeoramiento generalizado de la calidad de la enseñanza, dificultades para el funcionamiento diario en el aula, brutal incremento del paro entre el profesorado interino, nulas perspectivas para los titulados universitarios que quieran ejercer la docencia, problemas para acceder a la universidad por parte de los jóvenes de familias sin recursos… Son solo algunas entre otras muchas que se irán viendo. Son las consecuencias del ultraliberalismo galopante del partido que nos gobierna. Aunque hay un detalle que aclara un poco las cosas. El ministro José Ignacio Wert prepara una reforma en la asignatura de Educación para la ciudadanía (enlace) que incluye la eliminación del rechazo a la homofobia (o sea, que a estos señores no les parece bien que haya que decirle a los niños que no vayan por ahí insultando a los homosexuales) y del fomento entre el alumnado de “actividades sociales que contribuyan a posibilitar una sociedad justa y solidaria” (sic). Y es que algunos –o muchos- de los que se autodenominan liberales no son, ni más ni menos, que los fachas de toda la vida. Como ya no necesitan andarse con disimulos…
La música que les dejo no puede ser más adecuada, en todos los sentidos. Ni la interpretación –lástima que en YouTube la pista se encuentre dividida en dos partes- más absolutamente alucinante. Estoy convencido de que si Bernstein fuera español y aún viviese, estaría hoy haciendo una piña con los huelguistas.
8 comentarios:
Otra vez. Igual que Ud. se toma el trabajo de editar su blog, yo le significo las siguientes cuestiones, espero que sucintamente:
Dejo aparte el debatir sobre la necesidad de los ajustes y de si se están distribuyendo “redistributivamente”, lo que me parecen otros asuntos muy interesantes, pero ajenos, así como el insólito hecho de que nadie esté en los juzgados tras un proceso, como jamás vieron los siglos, de golfería, corrupción, latrocinio, ignorancia e irresponsabilidad. Ud. no argumenta en contra de los ajustes, sino de los ajustes aplicados a la enseñanza. Ciñámonos a eso.
¿Son esas horas un esfuerzo correlativo al que soportan otras personas en el sector privado o en paro? ¿En qué grado afecta eso a la calidad de la enseñanza? (No digo a su nivel de esfuerzo que, lógicamente, será mayor)
¿El aumento a 25 afecta a la calidad de la enseñanza? A mí me dijo un colega suyo que eso le imposibilitaba conocer bien a sus alumnos. En mi primaria y bachiller éramos 40 y nunca pensamos que éramos demasiados. Si en la Universidad tuve clases especializadas con 15 siempre pensé que éramos pocos y que era un lujo. No estoy añorando los cursos de iniciación en que podíamos ser 300. ¿Es la calidad o el nº de plazas? ¿Qué razón habría entonces para no marcar como estándar a 15 alumnos?
Nulas perspectivas para los recién titulados. ¿Hay obligación de colocarlos a ellos y no al personal de enfermería o albañiles? ¿Se podría conectar eso con la superdimensión de la Universidad? ¿Le parece bien que un estudiante se eternice estudiando sin que le cueste más que el lucro cesante? ¿Es ud. consciente de que eso aumenta el número de docentes que cuestan impuestos y restan ahorro para negocios para parados? ¿Es ud. consciente que un euro ineficaz en el sector público, y que no nos lo birlen, es un euro de parado más?
¿De verdad piensa que la investigación está bien organizada? ¿Cuándo se han manifestado Uds. por la mejor eficacia de la misma? ¿Ídem por el mantenimiento de la calidad general de la enseñanza?
¿Por qué no se dedican a comparar costos de enseñanza pública y privada? ¿Por qué el estado tiene que ejercer directamente la realización de los trabajos? ¿Por qué no se estataliza la fabricación de coches?
¿Ud. no devuelve el dinero que le prestan sus amigos?
Y me queda claro que, aisladamente, hay entre su gremio mucha gente muy válida y admirable. Pero como colectivo no lo tengo tan claro.
La elección de esa versión de la Patética, muy acertada. Pero no veo acertado elegir a Bernstein como una privilegiada cabeza intelectual de la izquierda.
Gracias por sus comentarios.
Obviamente en la enseñanza hay muchas cosas que mejorar. Creo que Wert acierta a la hora de señalar algunas de ellas, y considero que algunas de sus medidas son acertadas. Pero el conjunto de ellas me parecen extremadamente dañinas.
Considero además que las mismas y muchas otras que está tomando el Partido Popular no están concebidas tanto desde la optimización de los recursos como desde las presiones de la banca y de los intereses de los promotores privados que pretenden enriquecerse a costa de la destrucción voluntaria de lo que entre todos hemos construido, con mayor o menor acierto, durante décadas: el sector público.
En cuanto a Bernstein, ya me dirá usted por qué no es un buen representante de los intelectuales progresistas y comprometidos.
Una cosas más, Bruno.
¿Por qué la educación tiene que ser estatal y no se estataliza, por ejemplo, la fabricación de coches? Porque lo primero es uno de los bienes más básicos del ser humano y solo la estatalización puede garantizar el acceso libre y gratuito al mismo. Que usted se atreva siquiera a plantear esa pregunta le sitúa en las antípodas de mi pensamiento, esto es, en el ultraliberalismo.
En cuanto a sus dudas sobre el colectivo de profesores, no hacen falta comentarios. ¿Verdad?
¿Está ud. seguro que sólo se puede garantizar acceso libre y gratuito por medio de enseñanza impartida por el estado? Deje a los padres que envíen a sus hijos donde les parezca más conveniente y que haya competencia entre centros.
Es como si yo le razonara que sólo tendrá un buen coche si lo fabrica el estado.
Obviamente en lo del colectivo me refiero al enfoque y fines de su organización.
Sí, estoy seguro de que sólo se puede garantizar acceso libre y gratuito por medio de enseñanza impartida por el estado (mejor dicho, gestionada por el estado), toda vez que lo que da sentido a una empresa privada es la maximización de los beneficios.
Toca ud. un punto crucial. Es de esperar que la pública también tenga en cuenta lo de la eficacia, eficiencia y economía. Muy parecido a lo de los beneficios.
Uds. tienen una estructura y un coste por hora lectiva. Ud. saca un beneficio dada esa estructura en su sueldo, mal que le pueda pesar. Son una sociedad que no reparte beneficios. Pero tienen un gasto que sufragan los ciudadanos.
Que el estado la ofrezca en libre competencia. Si la pública sobrevive en la parte que le toque, estupendo. Pero dejen oportunidad a la privada. No la demonicen con lo de SÓLO la estatal.
Mire, en las concesiones de un bar público se mete en los pliegos de condiciones las que quiere el estado. Me parece muy bien lo de libre, gratuito (por ahora la de la Constitución y, luego, lo que las arcas permitan), las becas que el Parlamento considere, el expediente exigido, las tasas, etc. Y todos a participar.
Y la enseñanza pública es gestionada e impartida por el estado. Ud. es estado. ¿Por qué estatuto se rige su vida laboral?
A lo de Bernstein. Yo no niego su progresismo, ni que fuera de izquierdas. Ni, sobre todo, su espíritu de trabajo y de devolver los dones que le habían llegado. Al lema de enseñanza de calidad nos sumaríamos cientos, incluido yo, aunque le parezca mentira. Me molesta incluir el nombre de un hombre, valioso en muchos ámbitos, en, justamente, este asunto. En el fondo, como colocar a la Patética en este asunto. ¡A saber lo que pensaba su autor! Me suena a apropiación. Por lo demás lo más sonado que hizo fue lo de las panteras junto a otros, que no eran precisamente la izquierda. ¿Qué habría pensado Bartok sobre este asunto? Y ya ve que le pongo el ejemplo de un hombre íntegro. (Por cierto el público aplaudió su obra y quedó embelesado con el violinista)
Y le resumo. Si de verdad su colectivo luchara por la enseñanza de calidad, que toca a sus alumnos, estaría empeñado en mejorarla. No saldría a la calle sólo cuando les tocan algo personal que no es precisamente la calidad.
Ciertamente, Bruno, tiene usted una triste opinión de mi colectivo. Me gustaría saber cuál es el suyo: a lo mejor tampoco tengo yo una buena imagen.
En cuanto a Tchaikovsky, lo traigo aquí por homosexual. Mejor dicho, por vivir toda su vida torturado por algo, la orientación sexual, que es algo que no se puede escoger.
La música creo que se expresa por sí sola, más aún en esta interpretación de, no sé si por casualidad, alguien que tambén tuvo que lidiar con su condición sexual. Creo que su mensaje sige vigente ahora que un gobierno, el muy derechista del PP, parece empeñado en que no eduquemos a los niños para respetar la diferencia, perpetuando así el dolor de muchos seres humanos, muchísimos, que aún andan escondidos de personas como el ministro Wert, los tertulianos del Gato al agua, los lectores de La gaceta, los miembros del Opus Dei y algunos votantes de ese partido autodenominado, con la mayor desvergüenza, "popular".
De lo de Tchaikovsky no me había dado cuenta. Realmente cuando lo escucho ni se me ocurre asociar una cosa con otra. Mucho menos asociarlo con Bernstein. (Mire que a mí me educaron con Franco y no he salido empeñado en no respetar la diferencia. Aparte de engañarme en muchas cosas me debieron educar con una cierta calidad. La suficiente para irme dando cuenta de en qué me habían engañado y estar presto a admitir engaños hasta ahora inadvertidos). En verdad creo que en ese asunto, y otros, se ha avanzado mucho. Y procacidades sobre eso se las he oído a gente de derechas y de izquierdas. No es ideología. Es, justamente, buena educación.
Yo pertenezco ya al gremio de jubilados pero le avanzo que toda mi vida he trabajado en fábricas procurando producir cada vez mejor para que la gente viva más a gusto. Una aventura apasionante. Cada vez más en competencia con otros. Procurándolo hacer bien para que nos compraran a nosotros. Y le aseguro que la gente de las fábricas suele ser bastante respetable, aunque también hay de todo.
Pero el asunto no es si le gusta mi gremio. Esa posible opinión suya no tiene nada que ver con la validez de mis argumentos sobre el suyo, que es a lo que estamos. Y ya veo que han entrado en vía muerta. Todo lo que dice del PP tiene muy poco que ver con estos mensajes y argumentos, que son míos. Lo que le aseguro es que estoy con este trasiego que llevamos porque eso de la calidad de enseñanza me parece, a mi manera, esencial para la sociedad.
Si voy a otro concierto en Valencia procuraré localizarlo para hablar de variados temas, “musicales, por supuesto.”
Publicar un comentario