viernes, 23 de septiembre de 2011

Rey Arturo por Deller: Purcell pionero

PURCELL: King Arthur. “The Masque”, de Timon of Athens.
Solistas. The King’s Musick. Deller Consort & Choir. Dir: Alfred Deller.
Harmonia Mundi, HMG 50252.53
2 CDs. 118’17’’
ADD
Harmonia Mundi Ibérica
***
M

Respeto, mucho respeto, es lo que impone este registro de 1978 de King Arthur con Alfred Deller dirigiendo a los conjuntos que el propio contratenor había fundado treinta años atrás. Más tarde han llegado otros artistas que han dicho más y mejores cosas sobre el universo de Henry Purcell, pero sin la labor de estos señores dicha evolución hubiera sido sencillamente imposible. Repárese en la fecha de la que hablamos: aún quedan dos años para el Dido y Eneas de Andrew Parrot, cuatro para el registro de la misma ópera a cargo de Harnoncourt y cinco para el Arthur de Gardiner, pero tenemos aquí un Purcell, completamente “moderno”, es decir, “antiguo”, que se aparta de la senda a ninguna parte de directores como Raymond Leppard -espléndido, no obstante, el primer Dido y Eneas del británico- para ofrecer ya una articulación, una ornamentación y un tratamiento del continuo acordes con lo que la investigación histórica ha aportado sobre el siglo XVII. Pero es que además Deller dirige muy bien, es decir, con buen olfato teatral, elevada musicalidad y ese “puntito” británico tan inconfundible como difícil de describir que le sienta de maravillas a este repertorio, independientemente de que aún se puede ir más allá en sensualidad, elegancia y depuración sonora.

La orquesta funciona a estas alturas bastante bien, sin los problemas técnicos de los historicistas más pioneros, y si al coro se le puede poner alguna pega es por estar en exceso nutrido para la sensibilidad actual. Lo que hasta cierto punto descalifica la interpretación es el equipo de cantantes, de un nivel medio discreto no tanto por su estilo, en general apropiado, sino por sus insuficiencias canoras. Los veinte minutos con la “mascarada” compuesta por Purcell para el Timon de Athens shakesperiano que completan en doble compacto pertenecen a 1976 y no suenan del todo bien; la interpretación, algo seca, tampoco resulta particularmente atractiva.

Una grabación, por tanto, para escucharla con respeto y devoción, como decíamos antes, pero seguramente no para tenerla en la estantería como referencia. Del citado Gardiner a Niquet pasando por Pinnock, hay mucho donde escoger. Y con estos comentarios terminamos nuestro repaso por el más reciente lanzamiento de Harmonia Mundi Gold.

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