Vicent Larderet, piano.
Naxos 8.572194
76’56’’
DDD
Ferysa
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E
La música para piano del francés Florent Schmitt (1870-1958), compositor un tanto postergado por sus simpatías hacia el régimen nazi y su colaboracionismo durante el periodo de ocupación, es una especie de eslabón perdido a medio camino entre las brumas de Debussy, la sensualidad de Ravel, el romanticismo decadente de Rachmaninov y el simbolismo hermético de Scriabin, aunque el resultado, lejos de ser un pastiche, es tan personal como sugestivo.
Necesita, eso sí, una buena dosis de concentración por parte del oyente, y es de suponer que también de la del intérprete, en este caso el joven Vicent Larderet, quien se desenvuelve sin problemas desde el punto de vista técnico -rico su sonido, admirable la claridad- y sabe ofrecer la atmósfera cargada que estas partituras necesitan respirando de modo pausado y sin caer en el hedonismo más o menos decorativo; no hay intención alguna de hacer esta música “fácil”, sino de ofrecerla con toda su carga intelectual y su desconcertante ambigüedad expresiva. A destacar que se incluye la primera grabación mundial de la versión pianística del ballet La Tragédie de Salomé, una transcripción realizada por el propio autor con tanta excelencia que en ningún momento se echa en falta la masa orquestal.
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Artículo publicado en el número de junio de 2011 de la revista Ritmo.
4 comentarios:
Hay que ver los estragos que hace la wikipedia en la información de los críticos musicales... las así llamadas "simpatías hacia el régimen nazi" ¿en qué se fundamentan? Porque podríamos hablar de la misma manera de muchísimos compositores españoles en referencia a su simpatía por el régimen franquista...
Para empezar todo se remonta a un concierto en que la orquesta de parís tocó en los años 30 música de Krut Weil, a lo que Schmitt respondió que ya había suficientes compositores franceses de segunda como para tocar música mala de judíos. A parecer Schmitt fue bien tratado por la política cultural de Vichy (al contrario que Messiaen, que no recibió un solo encargo), y formó una orquesta que nombró "Collaboration", nombre que posteriormente tomaría la etapa de Vichy.
A todo esto, que lo acerca sin duda a esa así llamada "simpatía", hay que añadir que Schmitt fue colega de Schoenberg, y así se demuestra en fotos de una de sus monografías firmadas por P.O.Ferroud y editada por F.Durand en nada más y nada menos que 1927. Debemos pues suponer entonces que Schmitt después de hacer gala de amistad con uno de los músicos judíos que posteriormente representó la que se vino a llamar la "Entartete Kunt", se cambió de bando y se alineó con el régimen nazi que perseguía a todos aquellos que había tratado, conocido, respetado y adminrado, entre ellos Schoenberg?
Es cuanto menos dudoso, y me parece una falta de respeto realizar tales afirmaciones póstumas dejándose llevar por apuntes nada fiables y desde luego mal traducidos en la mayoría de las ocasiones (como es el caso de los millones de erratas que contiene wikipedia), y desde luego muestra una falta de rigor y una despreocupación absoluta, que inunda las páginas de crítica musical de este país, más centrada en buscar adjetivos que definan la cualidad sonora que encontrar las fuentes y las razones de ser de las cosas, para lo cual es necesario mucho más que un oído fino. Ya lo decía Lachenmann en los años 80: la escucha está desarmada, sin la escucha... (a buen entendedor...)
Una cosa es hacer crítica de un disco y otra muy distinta musicología, querido X. Son dos terrenos diferenciados, como la crítica de arte y la historia del arte. Le recomiendo que se dedique a lo segundo, que en lo primero ya ha demostrado usted repetidamente andar un poco sordo. Y la próxima firme con su nombre, por favor, como hago yo siempre. Es de caballeros.
Gracias en todo caso por rebautizarme!
Y digo yo que para hacer un poco de lo primero (como usted lo llama) habrá que saber un poco de lo segundo, no? Bueno, no digo un poco, sino un mucho, siempre que no se quiera pecar de dilettante :-) como decía Monsieur Croche antidilettante :-)
Si para cada crítica de discos que uno escribe hay que hacer labor de investigación musicológica, en lugar de darnos 15 días en la redacción de la revista de turno deberían darnos 15 semanas.
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