domingo, 29 de mayo de 2011

Mediocre Tosca en Les Arts

Tosca es una de mis óperas favoritas. Zubin Mehta uno de los directores (junto con Davis, Sinopoli y algún otro) que mejor la ha dirigido, particularmente en su referencial grabación de los setenta con la Price y Domingo. La Orquesta de la Comunitat Valenciana una de las más sólidas formaciones de foso de Europa. ¿Cómo es posible pues que quien esto suscribe saliera no ya aburrido sino irritado de la función que abría la IV edición del Festival del Mediterráneo? Pues por el bochornoso nivel de la puesta en escena. Tosca es teatro, puro teatro para el que Puccini escribió una música de genial inspiración que, lejos de deleitarse en la mera belleza melódica, enlaza mil leitmotivs para generar un tejido dramático de primer orden. Por eso es necesario que lo que se ve mantenga un nivel mínimo de dignidad teatral, y esto es justamente lo que falló ayer sábado 28.

¿Quién ha sido el inconsciente que le ha encargado la producción a Jean-Louis Grinda? Porque lo que ha hecho este señor es un bodrio mayúsculo, una de las peores puestas en escena de cualquier título operístico que he visto en mi vida. No es ya que no hubiera concepto alguno, que no lo había, sino que la dirección de actores era tan inexistente que todos los cantantes menos uno (lo adelanto ya: Bryn Terfel) deambularon como zombies hacer más que el ridículo. Y cuando por fin aparecía alguna aportación original la risa se adueñó del escenario: tanto el cabezazo entre Cavaradossi y Scarpia como el vestido enganchado de Floria al final del segundo acto parecían accidentes fortuitos. Inenarrable lo de Scarpia tirando al aire las flores de la diva al final del Te Deum. Y plantear toda la acción como un flashback mientras Tosca cae desde el castillo -el suicidio se muestra mediante proyección- me parece una tontería que no aporta nada.

Mención especial para la horrorosa escenografía de Isabelle Partiot-Pieri, propia de la más pobretona y cutre asociación de amigos de la ópera o de un modestísimo teatro itinerante de Europa del Este, así como para la paupérrima luminotecnia de Roberto Venturi. El vestuario de Christian Gasc, clásico, sonaba a tópico: la protagonista de rojo sangre y tal. En definitiva, un mamarracho molesto para la vista y para la inteligencia que Helga Schmidt no debería tener la desvergüenza de reponer, como está anunciado, salvo que la intendente se anime por fin a reconocer que Les Arts es un teatro de segunda al borde de la quiebra. Pero si quiere seguir manteniendo el tipo, esta producción debería ser pasto de las llamas en las próximas Fallas.

La intervención de la Orquesta de la Comunitat Valenciana pasará a la historia... por el monumental galimatías que se formó al comienzo del dúo del tercer acto. No sé si el problema estuvo en los instrumentistas o en la batuta, pero lo cierto es que durante unos segundos -que parecieron eternos- sonó desde el foso auténtica música aleatoria. Tenor y soprano se miraban con horror mientras se hacía el silencio total. Por fortuna el maestro hizo gala de sus tablas y rápidamente dio la entrada para que las cosas volvieran a su cauce. Estuvo bien que se equivocaran, para que así los orgullosísimos -y carísimos- miembros de la orquesta reconozcan que ellos también son humanos. El resto de la velada estuvieron fantásticos, y es de justicia aplaudir la sensualísima intervención de Joan Enric Lluna en el "E lucevan le stelle".

Zubin Mehta dirigió de manera admirable, aunque no a la altura de la citada grabación para RCA, sin tanto nervio ni tan minuciosa disección del entramado orquestal. En cualquier caso fue una labor de muchísima altura donde el maestro demostró conocer a la perfección el idioma pucciniano (ojo: sin apenas blanduras ni languideces) e inyectó un irresistible pulso dramático, particularmente en el acto segundo. Un poco más de riesgo e imaginación tampoco le hubiera venido mal, a decir verdad.

La voz de Oksana Dyka, lírica pura rica en armónicos, suena típicamente eslava; a algunos esto no les hará gracia, aunque a mí me da igual. Lo que sí me importó fue la sosería con que recreó a un personaje que es puro temperamento. Cantar cantó bien, por momentos muy bien, y ofreció un "Vissi d'arte" muy bello, pero Tosca no es esto. Escénicamente deambuló como un pulpo en un garaje, aunque no tanto como su colega Marcelo Álvarez, que estuvo todo el tiempo ofreciendo poses de divo a la antigua usanza. Vocalmente es un señor que nunca me ha hecho mucha gracia, porque se preocupa más del agudo que del matiz expresivo, pero tampoco le voy a regatear que posee una voz hermosísima y una línea extrovertida, muy latina, que le viene bien al personaje. Por otra parte encontré su actuación irregular: tosco e incómodo en el primer acto, mucho más tranquilo en el segundo y espléndido en el tercero, donde matizó de manera más acertada que en su filmación en DVD en el Metropolitan (poco recomendable, dicho sea de paso). Eso sí, que se ande con cuidado con los pianísimos, que algunos le resultan inaudibles.


Para mí la gran sorpresa estuvo en Bryn Terfel, un cantante que nunca ha sido santo de mi devoción y que ahora se me ha revelado como auténtico animal de la escena. Su actuación estuvo llena de matices de enorme actor que, claro está, no se debían al incompetente Grinda -en caso contrario todos los personajes hubieran estado así de bien perfilados-, sino al propio bajo-barítono galés, que además se mueve como un verdadero tigre. Vocalmente, pues lo que ya sabemos: una voz impresionante manejada con cierta tosquedad, por lo que estuvo mejor en los momentos más fieros del personaje que en aquellos en los que tiene que plegarse a la sutileza.

Del resto no hay mucho que decir: aceptables el Angelotti de Mika Kares y el Sacristán de Fabio Previati, tan eficaz como siempre el Spoletta de Emilio Sánchez -personaje poco menos que inexistente en esta producción- y muy digno el niño del tercero acto, cuyo nombre no tengo aquí a mano. Espléndido el coro.

Los aplausos fueron intensísimos, con algún abucheo aislado para la orquesta -por el galimatías, obviamente- y para la puesta en escena. Yo no me sumé a los que bufaron a los responsables de esta última porque andaba con dolor de garganta, pero me quedé con las ganas. Como anécdota de la noche, Mehta paró los aplausos para anunciar que el Barcelona había vencido al Manchester en no sé que importante partido de fútbol, y el divertido Terfel hizo como que lloraba. Claro que yo me partiré de risa más aun cuando salga lo que han escrito los críticos oficiales de esta Tosca, algunos de las cuales (¡amiguito del alma, te quiero un huevo!) dan la impresión de estar compradísimos por Frau Schmidt. Mientras tanto, pueden leer la crónica de Maac (enlace).

PS. Ya ha salido la crónica de Atticus, que tampoco deben ustedes perderse (enlace).

9 comentarios:

Anónimo dijo...

"Estuvo bien que se equivocaran, para que así los orgullosísimos -y carísimos- miembros de la orquesta reconozcan que ellos también son humanos."

Hola, la verdad es que esa frase me parece muy poco apropiada. Para empezar, comentarle que NO se equivocó la orquesta, sino la cantante, y arrastró a todos. De todas formas es evidente que todos nos equivocamos, y los músicos también. Sobre lo de orgullosísimos, es una opinión suya, que supongo que para hacer esta declaración, conocerá personalmente a gran parte de los músicos de la orquesta. Respecto a lo de carísimos, la orquesta cobra un sueldo equivalente a los otros teatros de ópera del pais. Por poner un ejemplo, el sueldo es muy parecido al de la Orquesta del Liceo de Barcelona, que como todos sabemos, no llega a la calidad de ésta. Si en Les Arts se derrocha (o se derrochaba...), NO es en la orquesta, que todos sabemos que es de primer nivel. Saludos, y suerte en sus comentarios futuros.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Gracias por su aportación, sinceramente.

Desde siempre se ha dicho que la Orquesta de la Comunitat Valenciana cobra más, mucho más, que cualquier otra española, cosa que por otro lado me parece muy bien, porque también es muy superior a sus compañeras.

Si lo que la inmensa mayoría de los aficionados creemos saber sobre el salario de sus integrantes no es cierto, cosa que usted afirma, no será por culpa nuestra, sino de quienes hayan soltado el supuesto bulo.

Por otro lado creo que sería bastante deseable conocer los números que se mueven en Les Arts, por el bien de todos. Especialmente de los contribuyentes valencianos, que son los que cargan con el mochuelo, aunque también de los del resto de España, para saber si, como se afirma desde Madrid, no se suelta pasta porque en Valencia no se gasta como se debe gastar, o se trata por el contrario de una cuestión política (PSOE contra PP).

En cuanto a lo del orgullo, lamento haberle herido en su idem, pero creo que ya todos nos vamos conociendo, y si algo sobra en Les Arts es mirar por encima del hombro a todo el mundo. No hablo de cada una de las personas individualmente, claro, porque de todo hay en la viña del señor, pero la imrpesión que se desprende es esa. El tiempo pondrá a todos en su lugar, y quién sabe si, como se ha insinuado en la prensa hace uno o dos días, también pondrá a algunos instrumentistas de la Comunitat en su antigua Orquesta de Valencia, cosa que desde luego no me gustaría nada que ocurriera. Un saludo.

Anónimo dijo...

Lo que más me sorprende es que alguien se sorprenda con Terfel. No coincido con el autor de esta crítica en que canta toscamente y no matiza. Hay centenares de pruebas al respecto en grabaciones de CD y DVD, y para los que lo hemos visto en vivo otras veces sería una sorpresa no verle cantar bien y con un gusto delicioso, con recursos que pocos en su cuerda pueden exhibir.
Sé que es la primera vez que Terfel hace un rol completo en España, pero no hace falta haberlo visto antes en vivo para saber que es un monstruo.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Honestamente, un René Pape creo que canta con mucho mejor técnica y sensibilidad dentro de su misma cuerda. Y a Terfel le vi en directo hace años una Novena de Beethoven en los Proms, con Gardiner, donde berreaba que daba pena. En cualquier caso me parece que este señor gana muchísimo en la escena. Gracias por sus comentarios.

Anónimo dijo...

Yo sugiero despojarnos de ese complejo de inferioridad que tenemos los españoles, que luego salimos a París o Londres y flipamos con los cantantes de sus producciones.

Este es el link para las funciones de Tosca de la Opera de Paris

http://www.operadeparis.fr/cns11/live/onp/Saison_2010_2011/Operas/spectacle.php?lang=fr&event_id=1319&CNSACTION=SELECT_EVENT

Este es para el Coven Garden (por cierto en las mismas fechas)
http://www.roh.org.uk/whatson/production.aspx?pid=13850

¿Sinceramente crees que (producción aparte) los cantantes de esas producciones son mejores?

Creo que la Tosca que vemos en Valencia es de primerísima linea si es que las de la ROH y la Opera de Paris son de primera.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Quizá no me expliqué bien: para mí el lastre ha sido la puesta en escena. Hya títulos en los que un mamarracho escénico no afecta de manera excesiva al resto si lo que se escucha es de primera calidad, pero en Tosca no es así, al menos para mi gusto.

Mehta, de primera. Y los cantantes, pues en conjunto más que dignos. Pero me quedo con la Tosca de Múnich, con Luisi, Mattila, Kaufmann y Uusitalo, sin ir más lejos, que anda por ahí circulando en la red (ves abajo). Eso sí que me parece, con sus reparos, una Tosca de primera. Gracias por los comentarios y los enlaces. :-)

http://www.todoperaweb.com.ar/musica_712.html

Anónimo dijo...

Estimado FLV:
A mi de la Tosca de Les Arts lo que más me molestó de su escenografía fue el primer acto. El segundo y el tercero no me parecieron tan mal ¿Que podría haber sido mejor? ¡Pues claro!
En cuanto a los cantantes,no creo que la señora Dyka sea una buena actriz ni que presente maravillosos matices en su poderosa voz eslava, pero creo que cumplió su cometido sin molestar.
Marcelo Alvarez es lo que es: un tenor de poca monta con una bella (a veces inaudible) mezza voce, que si no fuera por esta época de sequía de tenores en que vivimos no tendría espacio alguno en ninguna casa de ópera. De todas formas creo que, a día de hoy, es casi lo mejorcito que se puede ver en ese roll. No por gusto lo ha hecho en las mejores casas de ópera.

Por otra parte habría que poner a Terfel. Actor y cantante soberbio que será recordado aun cuando nadie se acuerde de esta época más que de un par de cantantes. En esa lista no creo que haya sitio para el Uusitalo que andará haciendo de las suyas con el idioma y su dicción eslava en Munich, y que a nivel actoral no llega ni a la chancla de Terfel. Otra cosa sería ver a Mattila como Tosca.
La orquesta de Valencia me parece igualmente soberbia, y la lectura de Mehta memorable al menos el día en que vi yo la función.

Yo no creo que sea una Tosca mediocre. Creo que es de lo mejor que podría alguien ver en estos días a veces grises de falta de presupuesto y cantantes "estelares"

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Estimado Anónimo II, estoy bastante de acuerdo con tus apreciaciones, incluyendo lo que dices sobre Marcelo Álvarez. Gracias por compartirlas.

Solo una puntualización: Uusitalo está en Múnich bastante menos bien que Terfel, efectivamente, pero globalmente esa Tosca funciona muchísimo mejor, entre otras cosas porque Luisi está a la altura de Mehta y la producción de Bondy, sin ser muy de mi agrado, es al menos... una producción.

Mattila, por cierto, muchísimo mejor en Múnich que en Nueva York, en idéntica producción escénica y con Marcelo en lugar de Kaufmann.

Anónimo dijo...

no me estrana que sean un desastre, las producciones en el Palau..yo trabaje como tècnico, nos llamaron "refuerzo", esto fuè en la primera temporada, me arrepiento de no haberlos denunciado por estar envenenandome en el trabajo..hubiera bastado con un analisis de orina para pedirles una buena indemnizaciòn.. asì ès todo en el Palau una gran mentira..

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