lunes, 3 de enero de 2011

Alson y Thibaudet hacen Gershwin con Jazz Band

GERSHWIN: Rhapsody in Blue. Variaciones “I Got Rhythm”. Concierto para piano.
Jean-Yves Thibaudet, piano. Orquesta Sinfónica de Baltimore. Dir: Marin Alsop.
Decca, 478 2189
CD 57’26’’
DDD
Universal
***
S


El 12 de febrero de 1925 Gershwin se sentaba al piano para estrenar junto a Paul Whiteman y su conjunto de jazz la Rhapsody in Blue, en orquestación dejada en manos de Ferde Grofé debido a los desconocimiento del artista en la materia. Al día siguiente recibía el encargo de un concierto para piano en el que se especificaba que en esta ocasión la instrumentación debería correr a cargo del propio compositor. Éste cumplió con la referida especificación y estrenó su Concierto en fa en diciembre del mismo año, con la Sinfónica de Nueva York bajo la dirección de quien le realizó el encargo, Walter Damrosch. Poco después Whiteman le pide a Gofré para su “jazz band” una nueva orquestación, que es precisamente la primera en llevarse al disco justo tres años después (audio disponible en Youtube). El comprensible disgusto de un Gershwin que debió de sentirse herido en su amor propio dejó este arreglo fuera de circulación en beneficio de la orquestación original.

El mayor interés de este disco, grabado en vivo en noviembre de 2009, es precisamente escuchar el Concierto en fa en el arreglo de Gofré. Encuentro preferible la versión original, obviamente más sinfónica, más brillante y también más emotiva, pero esta incisiva y rústica orquestación jazzística guarda un gran atractivo, sobresaliendo un Andante con moto que no resulta tan melancólico ni ensoñado como en otras ocasiones, pero que desprende un sugerente aroma a tabaco y licor.

Marin Alsop, destacada figura del sello Naxos que aquí realiza su presentación en Decca, se encarga del rescate al frente de la orquesta de la que es titular, una más que notable Sinfónica de Baltimore, en este compacto que también incluye las deslavazadas Variaciones “I Got Rhythm” y, cómo no, la Rhapsody in Blue, obviamente en su versión jazzística (la primera de las tres diferentes orquestaciones realizadas por Gofré). La directora neoyorquina hace gala de un notable conocimiento del idioma, pulso sostenido y buen gusto, ofreciendo ritmo y brillantez sin caer en excesos, pero no sintoniza del todo con su solista.

Y es que el irregular Jean-Yves Thibaudet, aun haciendo gala de un sonido muy adecuado, poderoso y un punto percutivo, como también de una enorme agilidad digital y de un elevado sentido del swing, no siempre logra la concentración deseable, fraseando en ocasiones con exceso de nervio e incluso dejándose llevar por el mero virtuosismo, lo que se evidencia en el final del Concierto y, sobre todo, en la Rahpsody in Blue, algo que también ocurría en su primer registro de la pieza (junto a Hugh Wolff). Sea como fuere, un interesante y recomendable disco en el que, dicho sea de paso, bien hubiera cabido Un americano en París. Sonido excepcional.

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Artículo escrito en mayo de 2010 para la revista Ritmo, finalmente no publicado por falta de espacio.

2 comentarios:

Andante moderato dijo...

Estimado Fernando:
En el arreglo original del Concierto en fa de Gershwin, encuentro de indispensable conocimiento el registro de André Previn, como solista y director, junto a la Orquesta de Pittsburgh, el mejor, sin dudas, de todos los que llevo escuchados. El excepcional músico es, en mi humilde opinión, el único (o uno de los pocos) que hace justicia a esta obra tan singular e intuitiva como desigual en el aspecto formal.
El riquísimo diálogo entre el piano y la orquesta deslumbra por el virtuoso dominio del lenguaje del compositor, inspirado en el jazz y en la tradición sinfónica. El vistoso juego entre el intimismo y la extroversión, entre la seriedad y la banalidad, es desarrollado de manera magistral por los intérpretes, que brindan una insospechada coherencia a una pieza, que en apariencia, parece superficial y extravagante.
En cuanto a la Rhapsody in Blue, genial por su fantasía y su humor, aunque de construcción poco sólida, no conozco demasiado. Me pregunto si, tal vez, sabes de alguna versión importante, que alcance la altura de Previn en el Concierto.
Volviendo a la Cuarta Sinfonía de Brahms, he escuchado de nuevo la interpretación de Fritz Reiner con la Filarmónica Real (1962) y he cambiado radicalmente de opinión con respecto a ella, por lo que pienso que, quizás, en aquella audición inicial, los programadores de la radio se equivocaran y anunciaran una cosa por otra. El enorme director húngaro ofrece una muy notable lectura, rigurosísima, pero al mismo tiempo, fogosa e implacable, de espléndido sonido para la época. Sorprende, incluso, con un intenso Andante moderato, que preludia al binomio Giulini – Chicago. Sin embargo, se puede decir que el tempo urgente y la tensión inflexible que mantiene el maestro en el austero primer movimiento, no dejan lugar para la mesura y la suavidad (ni blandura ni distensión) que complementan el discurso musical, lo que trae a la memoria el modélico equilibrio de Carlos Kleiber con la Filarmónica de Viena. La ejemplar severidad de Reiner resulta de lo más adecuada en el Allegro giocoso y en el imponente Finale.
Me despido dejando mis deseos de felicidad para el año que comienza.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Gracias por los comentarios.
Repasando mi lista, compruebo que a mí el Concierto en fa que más me gusta es también el de Previn/Pittsburg.

En cuanto a la Rhapsody, de las diez que tengo las que más me gustan son las dos de Bernstein en Deutsche Grammopohn, en video y audio respectivamente.

Del Brahms de Reiner ahora no te sabría decir, sorry. Un saludo y Feliz Año.

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