lunes, 18 de enero de 2010

El plagiador enmascarado

Me acaba de telefonear, sorprendido, un amigo que ha descubierto cómo un colega le ha "tomado prestadas" varias ideas de una de sus últimas reseñas: las únicas ideas propiamente musicales (elucubraciones sobre política cultural aparte) que el autor incluye en su texto. No debería sorprenderse, siendo este señor el plagiador por excelencia de la crítica musical de su ciudad. Un señor que no tiene idea sobre cómo enjuiciar estéticamente la interpretación de una obra; que rellena líneas y líneas haciendo un resumen de las notas al programa o copiando de cualquier enciclopedia datos diversos sobre las partituras en el atril; y que cuando llega la hora de la verdad, o sea, de decir cómo ha estado el concierto, se escabulle sigilosamente.

Por eso mismo, y a la vista del ridículo que hace ante sus lectores, en los últimos tiempos ha optado por robar ideas de quienes publican sus críticas antes que él, trátese de colegas amigos o de compañeros con los que no tiene buena relación. Los afectados lo saben muy bien. O lo sabemos, mejor dicho, porque hace pocas semanas parafraseó un comentario que había colgado -pocas horas después de celebrarse el concierto- en este blog. Y que nadie se confunda: una cosa es coincidir en las apreciaciones, y otra muy distinta copiar ideas en los pocos casos en los que alguien que jamás emite un juicio se atreve a opinar. Se nota demasiado, sobre todo cuando las frases son casi idénticas.


Lo más grave del asunto es que el referido individuo se enmascara ante la opinión pública intentando hacerse pasar como un verdadero experto; que su escritura resulta abstrusa y vacía; que las redacciones de los medios en que colabora, aun siendo conscientes de su mediocridad, le dan vía libre para escribir como quiera; que no tiene reparos en pisotear a los colegas cuando de cobrar protagonismo se trata; que los gerifaltes de determinadas instituciones no dejan de seguirle la corriente y ofrecerle todo tipo de prebendas porque saben que "les conviene", pues no en balde el personajillo es maestro en la adulación; y que nadie parece querer hacer nada, no sé si por miedo, por pasar del asunto o por aquello de que "quien a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija". Así están las cosas en el mundillo de la crítica musical en esa innominada, muy ilustre y muy leal ciudad.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya lo tengo: Fernando Esteso.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Bingo. La ilustración procede del cartel del inefable Jano para "El erótico enmascarado", puro arte y ensayo español de tiempos de la Transición.

musiquito dijo...

Un bu critico pelota no puede por mas que quiera que plagiar a los que saben de musica.Ellos solo saben bailar al son de quien le regala las entradas, le da trabajitos varios,en definitiva ya lo dice el refran,no muerdas a la mano q te da de comer...

Una conferencia sobre Hildegard von Bingen

Esta conferencia la impartí hace más de un año. Aparece ahora. Confío en que sirva para dar a conocer aún más la figura de esta extraordinar...