viernes, 1 de enero de 2010

Año Nuevo 2010 por Prêtre: ¡toma rubato!

Un auténtico disfrute ver cómo con la misma música se pueden hacer cosas radicalmente diferentes pero igualmente admirables. Si Daniel Barenboim hace justo un año (enlace) intentó llevar las partituras de los Strauss a su terreno para ofrecer lecturas altamente sinfónicas, robustas de sonoridad y en todo momento alejadas de lo preciosista y lo decadente, y por tanto con resultados más bien heterodoxos, Georges Prêtre acaba de ofrecer un Concierto de Año Nuevo de absoluta propiedad estilística, lleno de rubatos y portamenti, de un decadentismo de la mejor ley, dotado de una ligereza bien entendida, ensoñado a más no poder, pero al mismo tiempo con toda la chispa, la gracia y la frescura que este universo musical demanda.

No solo eso: el veteranísimo directo francés -ochenta y cinco años, ahí es nada- ha superado su ya espléndida actuación de 2008 y ha ofrecido el que quizá sea el mejor Concierto de Año Nuevo desde los tiempos de Carlos Kleiber. Si en aquella ocasión su creatividad le hizo por momentos sacar los pies del plato, en este 1 de enero de 2010 sus aportaciones han estado siempre presididas por el más absoluto acierto estilístico y por la ausencia de narcisismo: todo sonó en su lugar, y además sonó maravillosamente bien.

A destacar en este sentido la increíble morbidez de su fraseo, la asombrosa plasticidad con que ha tratado las texturas orquestales (de un bellísimo colorido pastel: no puede haber mayor diferencia con Barenboim) y, sobre todo, la naturalidad de sus paradójicamente larguísimos -y por ende arriesgadísimos- rubatos, toda una lección de técnica de batuta solo alcanzable por unos pocos privilegiados. Que yo sepa, hoy día Lorin Maazel y nadie más.

Tendré que degustar a conciencia el DVD para puntualizar algo sobre cada una de las piezas. De momento quisiera destacar la sublime recreación del vals Vino, mujeres y canto y la acertadísima inclusión de Offenbach el el programa: el toque francés que en lo interpretativo imprimió Prêtre resultó de lo más adecuado. Y chapeau por la filmación de las coreografías en el Museo de Bellas Artes de Viena.

Por cierto, deficiente desde el punto de vista técnico la transmisión de Televisión Española: colores saturados, sonido con distorsión y formato 16:9 convertido por todo el morro en 4:3. En la segunda parte me pasé a la ORF2 y la diferencia fue brutal, aunque los breves cortes en el sonido del canal austríaco no fueron precisamente de recibo. Está claro que hay que hacerse con la edición comercial de este concierto sensacional.

24 comentarios:

Anónimo dijo...

En conjunto estoy de acuerdo contigo Fernando. Pero hay que puntualizar algunas cosillas. No hace falta que hagas esa comparación con Barenboim. Que Prêtre obtuviera sonoridades "al pastel" (bueno, no estoy seguro, demasiado pastel empalagaría: lo que sí sé es que la Filarmónica sonó maravillosamente)no quiere decir que Barenboim no hiciese sonar de un modo sublime a la Orquesta el año pasado. Sublime, y con refinamiento, con independencia de que fuese más o menos sinfónico (en esto suelo ser un poco escéptico: Karajan también tendía a lo "sinfónico", por decirlo de alguna manera. Incluso creo que Maazel también lo hace). Lo que es evidente es que Prêtre se columpia en los recursos del rubato como un chiquillo y logra que nos lo pasemos bomba. Con un cierto toque juguetón. A veces me desconcertó un poco, como en la Obertura de Las alegres comadres de Windsor por sus libertades y, creo, excesiva rapidez en la introducción, pero una audición más atenta en su edición comercial me sacará de dudas. Impresionante el uso del rubato en la Obertura de El murciélago, o en Periódicos de la mañana, donde desgranó cada uno de los valses con gran autonomía y un efecto de conjunto muy atrayente. Yo también padecí la transmisión de TVE 1 con su inenarrable "rubato dinámico", o sea, una compresión dinámica horrible en muchos momentos. Ah, me olvidaba: qué maravilla de Danubio azul. Prêtre, con su naturalidad, hizo que lo difícil pareciera fácil. Que lo publiquen ya. Feliz 2010 JSR

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

A mí la comparación con Barenboim sí me parece por completo pertinente, porque son dos maneras opuestas de concebir esta música. Lo que ocurre es que me expresado mal. ¡Por supuesto que con el de Buenos Aires la Filarmónica de Viena sonó maravillosamente! Eso sí, sonó más corpulenta, más oscura, más "alemana" si se quiere, y con un colorido más incisivo, mientras que con Prêtre lo ha hecho más "a la francesa", con cierta tendencia a lo difuminado y con un sentido diferente (más amable, no sé si más superficial) de lo que es la elegancia.

Es verdad lo del toque juguetón: se me pasó comentarlo. El sentido del humor de Prêtre es muy pícaro, lo que no solo se ha escuchado en sus interpretaciones sino que además se ha reflejado en su rostro: la instantánea que he escogido creo que lo refleja bien

¡Feliz año!

Anónimo dijo...

Fernando, gaditano como yo , eres receptivo del pastel , ha sido una esquisitez , el concierto de Prétel , sus diabluras algo que esta en la dimension segura del infinito, inolvidable, un momento de inmortalidad en este mundo chabacano.

Gino dijo...

Muy generoso con Barenboim. No estuvo ni "heterodoxo", ni "sinfónico", estuvo coñazo.

Lo oscuro, corpulento y alemán, son una elección, pero para los valses vieneses, una elección equivocada.

Por lo demás, de acuerdo en cuanto al francés. Chispa es lo que hace falta en este concierto y él la obtuvo.

Saludos y feliz 2010.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Gino, a mí coñazo me pareció Abbado, o Mehta en sus primeras incursiones en la materia. Lo de Barenboim fue ciertamente discutible, pero en sus lecturas encontré una fuerza, un empuje y una tensión interna que desde luego evitaban cualquier aburrimiento.

Y completamente de acuerdo con "anónimo gaditano": la chabacanería habitual de Nochevieja se ha superado esta vez a sí misma con la presencia televisiva de Belén Esteban.

Feliz Año a todos.

Anónimo dijo...

A mi el concierto me pareció fantastico en todos los sentidos , el maestro Prètre es un autentico genio del rubato , ¿ comparar con Barembion ? estoy de acuerdo que su lectura fuè mas germanica he hizo sonar a la orquesta con un volumen superior al del frances , ¡¡ que empalaga !! no lo creo para mi fue como un juego de niños agradable, picaro y divertido , vamos que estoy totalmente de acuerdo la Filarmonica en este concierto de año nuevo no ha sonado así desde los tiempos de Klaiber, por cierto cambiando tema ¿ sabeis alguno como ha ido la función de Buterfly de Valencia el dia 30 ? cambiaron de tenor y estoy interesado como ha ido este. Un abrazo amigo y feliz año a todos.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Pues al nuevo tenor de la Butterfly valenciana creo que lo han abucheado. Lamento que sea aún peor que el estranguladísimo Didyck que me tocó soportar. No sé por qué la Jelga no cuida los elencos de títulos italianos.

Anónimo dijo...

Feliz Año Nuevo, Fernando!
Me ha gustado mucho el comentario que has hecho del Concierto de Año Nuevo, y estoy en prácticamente todo de acuerdo con él, salvo en una cosa: creo que has exagerado afirmando que puede ser el mejor concierto de año nuevo desde los de Kleiber (1989 y 1992).
A lo mejor estabas muy emocionado a la hora de escribirlo y se te olvidó por completo que Riccardo Muti dio un concierto tan bueno en 1993 que no le dejaban los que estaban en la Grossen Saal continuar, desgañitándose y gritándole bravos y felicitaciones; que en 1994 volvió Lorin Maazel con ánimos renovados e interpretó el vals de "Los Bosques de Viena" como no se recuerda; que en 1995 Zubin Mehta fue un prodigio musical y un espectáculo visual con la dirección de la marcha "Fantasía Rusa", "La polca eléctrica" o con el vals "Toda mi vida es el amor",entre otras; que en 1997, 2000 y 2004 volvió Muti para elevar a la categoría de gran música estas piezas, ciertamente menores y divertidas de la familia Strauss; que en 2002 Seiji Ozawa ejecutó unos valses elegantísimos; y, sobre todo, que en 2001 y 2003 Nikolaus Harnoncourt ejecutó impregnó el concierto de un ritmo, belleza y refinamiento tales que obras como el "Vals del Emperador", "la Polca de los Campesinos" o las danzas húngaras de Brahms parecieron escucharse por primera vez.
Así que, hombre, creo que han pasado muchas cosas desde 1992 en la Musikverein cada 1 de enero y decir que el estupendo concierto de este año ha sido el mejor desde entonces me parece un poco exagerado, además, nunca he conocido un concierto con tan pocos valses como éste: 4 con el Danubio, cuando normalmente suelen ser 7 u 8, y tan lleno de obritas más que ligeras como la de Lumbye o Strauss padre, no escogidas por su calidad, sino por su relación francesa. Quizá ha sido mejor que el de Barenboim, y que el de Mariss Jansonss en 2006, o Metha en 2007 o Maazel en 2005, pero no mejor que el que el mismo Pretre dio en 2008. Un abrazo, Fernando, ánimos para el nuevo año!

Anónimo dijo...

Una audición a ciegas dejaría en evidencia a los que dicen que Barenboim ofreció un soniso "oscuro, germánico". En el hipotético caso de que eso hubiese sido así, ya tendría mérito hacer sonar a toda una Filarmónica de Viena de ese modo, cosa que obviamente no sucedió (al registro comercial me remito: eso sí, con un buen equipo de sonido y todos los prejuicios encerraditos en el cuarto de los ratones). Y eso de que Barenboim fue aburrido... pues creo que ni el público, ni los filarmónicos vieneses, ni yo, ni bastantes aficionados más podemos estar más en desacuerdo. El año que viene dirigirá Welser-Möst (más conocido en Inglaterra por Worst-than-Most): ojalá me equivoque, peor o bien ocurre un milagro o me parece que en esa ocasión sí que tendremos que emplear estos calificativos... JSR

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Hombre, claro que en los conciertos anteriores hubo cosas muy buenas. Muti y Jansons (sí, también Jansons) por un lado más bien "robusto", Ozawa, Maazel Mehta por otro lado más "amable" o "refinado", hicieron algunas cosas muy buenas o buenísimas. ¡Sobre todo Maazel, claro! Incluso Harnoncourt cuando quiso (o sea, una pieza de cada cuatro).

Pero a mí Barenboim me pareció más interesante que todos ellos, porque a mí su manera de ver las cosas me gusta muchísimo, incluso cuando tal manera entra en contradicción con la propia esencia de la música, como es el caso.

Y Prêtre, la verdad, me ha gustado por encima de todos: en una línea ortodoxa me parece que es quien ha llegado más lejos. Pero vamos, lo mismo cuando revise el concierto en DVD modero mi entusiasmo. De momento ayer me lo pasé divinamente. :-)

Anónimo dijo...

Querido Fernando, ¿serías tan amable de explicarnos en qué consiste eso de "incluso cuando tal manera entra en contradicción con la propia esencia de la música" cuando hablas de las interpretaciones de Barenboim? Atentar contra la esencia de esta música es grave, gravísimo, y me gustará que nos dijeses cuándo ha cometido el judeo-argentino-español semejante falta... JSR

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

A Pepe/JSR:

¡Pues claro que sonó robusta y oscura... para lo que acostumbra! Lo que pasa es que la Filarmónica de Viena siempre será la Filarmónica de Viena, y por ende no podrá sonar nunca como la Berliner Phiharmoniker o la Staatskapelle Berlín. También es verdad que Barenboim se mostró más voluntarioso esta vez en lo estilístico que en su disco con la Sinfónica de Chicago e hizo un esfuerzo para, aun llevando la música a su terreno, sonar "a Año Nuevo". Sabía lo que se jugaba.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Bueno, se supone que esta música en su contexto de concierto del 1 de enero (no en su origen puramente funcional como baile y entretenimiento) tiene que hacer gala de una buena dosis de frivolidad bien entendida, de hedonismo sonoro y de elegancia más o menos indolente. Y esos conceptos siempre los ha detestado el de Buenos Aires, quien por otra parte, y eso se me olvidaba decirlo, aporta a esta música una sanísima rusticidad y un sentido del humor "cachondo" y socarrón muy distinto del mucho más "refinado" de los Pretrê, Maazel y compañía.

Anónimo dijo...

Querido Fernando, el tenor que tu te refieres es un griego que fué abucheado, pero luego han cambiado por otro un bulgaro llamado Kamen Chanev y estoy muy interesado en saber como ha ido, si alguno me puede dar alguna referencia le quedare muy recocmocido,Un abrazo

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Vaya, no sabía que en esa Butterfly hubiera aparecido un tercer tenor. Este Palau es una caja de sorpresas.

Vi.AC.MA dijo...

El concierto (lo que me dejaron ver los invitados del 31 en casa..) fue una maravilla. Lo flipé literalmente con el sentido del rubato de la mejor ley.Que filon seria este director para grabar discos.Y dejemos ya las pajas mentales, Baremboim pega menos dirigiendo Valses en el concierto de año nuevo que Cecilia Bartoli cantanto Wagner.

Anónimo dijo...

Pues eso de que no pega habrá que decírselo a los que lo invitaron, o sea, a los filarmónicos vieneses, que algo deben saber acerca de a quién invitan y a quién no... Yo sólo puedo decir que he escuchado en directo a Barenboim con ellos haciendo el Vals del Emperador en 1997 (Nueva York) y la Polka de Ana y Eljen a Magyar en 2007 (Lucerna), con un gran nivel además. Así que yo sí puedo decir cómo suenan de bien los Strauss en manos de Barenboim. Sólo espero y deseo que vuelvan a invitarlo. Y a Prêtre, claro, y a Maazel... JSR

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Por supuesto que los Filarmónicos Vieneses saben a quién invitan: a quien les hace ganar más dinero.

Las presencias de los muy discográficos Barenboim, Jansons y Welser-Möst, independientemente de los mejores o peores resultados que consigan, se explica por la comercialidad pura. Incluso en un momento dado se dijo que invitarían a Gergiev, aunque éste parece haber roto momentáneamente sus vínculos con la orquesta: de esa nos hemos librado.

La invitación a Prêtre sonaba más bien a compromiso con el director francés, por sus muchos años de vinculación y todo eso. Si ha repetido tan pronto, eso sí, se debe probablemente a la excelencia de los resultados en 2008, porque en principio la opción no parecía nada comercial, con un director que no graba apenas discos desde hace lustros...

Anónimo dijo...

Bueno, menos mal que casualmente Karajan, Mehta, Kleiber y Maazel (al que también le hacen repetir a menudo: ¿qué compromiso tendrán con él...?) son también muy comerciales. Y ya que "poderoso caballero es Don Dinero", al menos que suene bonito. Enhorabuena pues a los vieneses por su perspicacia y su sentido del espéctáculo y del merchandising. Que de vez en cuando haya algún lunar es inevitabe, pero no me metas en el mismo saco a Barenboim, Welser-Möst y Jansons, entre otras cosas porque ni tú te lo crees. JSR

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Por supuesto que les meto en el mismo saco, y a Harnoncourt -que se me olvidaba- también: todos ellos son altamente comerciales. ¡Barenboim el primero!

Otra cosa es que el de Buenos Aires tenga diez veces más talento que Harnoncourt y Jansons y cien veces más que Welser-Möst. Pero sinceramente no creo que haya sido su talento lo que más valorase la Filarmónica de Viena al invitarle el 1 de enero, porque tontos no son y, por ejemplo, sabiendo que Frankie es un petardo también le invitan.

Anónimo dijo...

A Frankie le invitan porque va a ser Director de la Staatsoper, así que la razón es obvia (déjemosle un margen de confianza, pobrecito)... Y hablando de sacos, mete a todo los que han dirigido el concierto, Karajan el primero, porque en su mayoría son grandes estrellas del mundo discográfico, casualmente. JSR

Vi_ac_Ma dijo...

Tampoco debe ser tan malo Frankie cuando está de titutar de la orquesta de Cleveland y es de los poquitos que sigue grabando discos con asiduidad.
Volviendo a este concierto donde lo importante es el espectaculo y la delectacion sonora,me gustaria algun año oir a Charles Dutoit,André Previn,y, ya en una linea mas objetiva, a Bernard Haitink.Es un concierto para directores ya muy maduritos y hechos,para gozar con la musica haciendola flotar...
Y volviendo al asunto Barenboim, su compromiso politico y activa militancia como que no pega mucho en un concierto que representa mas que ninguno los valores de desigualdad y antiguo regimen.

Anónimo dijo...

No, no es tan malo el Frankie, es sólo sosillo y bastante anodino, en general (al menos en aquello que le he podido escuchar: un Rosenkavalier descafeinado, por ejemplo). Pero aún le queda bastante por delante. A ver qué da de sí. Lo que no entiendo es eso del discurso político de Barenboim. Que yo sepa, en su concierto sólo dijo cuatro cosas y dudo que sea algo que influya en la calidad de un concierto. ¿Estar sensibilizado hacia ciertos asuntos políticos le inhabilita a uno a poder dirigir ciertas músicas? Más bien al contrario, incluso se tomó la libertad de incluir el movimiento final de la Sinfonía nº 45 de Haydn, con los músicos abandonando la sala poco a poco. Tampoco entiendo eso de que el Concierto de Año Nuevo representa valores políticamente poco correctos. La música de los Strauss está ya por encima de todas esas asociaciones. Es música pura, nacida, eso sí, en una época determinada con unos valores sociales bien diferentes a los de hoy. Pero la cosa no pasa de ahí. Además, los conciertos de año nuevo empezaron a hacerse en 1939, de modo que es una tradición que poco tiene que ver con el Imperio Austro-Húngaro. ¿Vamos a renegar de él Concierto de Año Nuevo por haber nacido en la época nazi, en los comienzos de la Segunda Guerra Mundial?

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

A propósito de Welser-Möst, acabo de colgar en el blog mi comentario de su Flauta Mágica recién reeditada.

http://flvargasmachuca.blogspot.com/2010/01/reedicion-de-un-clasico-la-flauta.html

También anda por aquí mi crítica de su Viuda Alegre.

http://flvargasmachuca.blogspot.com/2009/02/la-viuda-alegre-por-welser-most-en.html

Y una maldad sobre este chico aquí

http://flvargasmachuca.blogspot.com/2008/11/welser-mst-y-la-crtica-caza-de-brujas.html

El Trío de Tchaikovsky, entre colegas: Capuçon, Soltani y Shani

Si todo ha salido bien, cuando se publique esta entrada seguiré en Budapest y estaré escuchando el Trío con piano op. 50.  Completada en ene...