Un pequeño paseo por Internet nos permite realizar una curiosa comparación en torno a la desigual venta de entradas para los dos espectáculos que ofrecerá el próximo agosto la Orquesta del West-Eastern Divan con Daniel Barenboim al frente.
El más importante es, claro está, el Fidelio en versión de concierto, no sólo por la contrastada excelencia de Barenboim en el título beethoveniano, sino también por el enorme lujo de un elenco que incluye a Waltraud Meier, a Sir John Tomlinson y a Peter Mattei.
En Sevilla tendrá lugar el lunes 3 de agosto en el Teatro de la Maestranza. En el momento de escribir estas líneas hay entradas de todos los colores (nada menos que 127 sólo en patio de butaca, para que se hagan una idea). El precio mínimo, 3º de paraíso, son 25 euros. La localidad más cara supone un desembolso de 65 euros.
En el Festival de Salzburgo este Fidelio (el mismo, sin cambio alguno en el elenco y con la sola sustitución del Orfeón Donostiarra por el Coro de la Ópera de Viena) se ofrece por partida doble: el 12 y el 15 de agosto. 30 euros cuesta la entrada más barata. A 280 (sí, han leído bien) se cobra la butaca de patio. Los únicos espectáculos del festival que se cobran a precio superior son la Theodora con la Schäfer (330 €) y el Moïse et Phraon de Muti (370 €). Todo lo demás cuesta más barato que este Fidelio. Pues bien, las entradas para escuchar la ópera de Beethoven en el inmenso Grosses Festspielhaus se encuentran completamente agotadas. Para los dos días.
El otro espectáculo es el concierto sinfónico: Liszt, Wagner y la Fantástica de Berlioz. En el Maestranza tendrá lugar el domingo 2 de agosto. Los precios se mueven entre los 47 y los 17 euros. De nuevo quedan entradas de toda condición (123 en patio de butacas en el momento de escribir estas líneas). En el Grosses Festspielhaus, cuyo aforo supera en quinientas localidades al teatro sevillano, también quedan a la venta: cinco entradas, para ser exactos. El precio del espectáculo oscila entre 150 y 30 euros. Es decir, lo mismo que cuesta escuchar en este auditorio a la Orquesta del Concertebouw de Amsterdam y a la Sinfónica de Londres (sólo las Filarmónicas de Berlín y Viena llegan hasta los 200 € por butaca).
¿A qué se debe que el éxito de taquilla salzburgués se transforme en fracaso sevillano? Fácil. El público del veterano festival austriaco está formado por una serie de indocumentados que se tragan todo lo que le echen, mientras que los andaluces saben que ambos espectáculos no van a ser más que un bolo veraniego (tan bolo como el sensacional primer acto de Walkyria del año pasado, claro). Comprensiblemente, no están dispuestos a sacrificar un par de días de su muy cultural estancia en Chipiona o en Matalascañas, ni menos aún a desplazarse cien kilómetros para desembolsar un puñado de euros que bien podrían gastarse en algún chiringuito playero.
¿Sevilla, Ciudad de la Música? Por los cojones.
6 comentarios:
Y tienes razón: mejor remojarse los pies en la playa que calentarse la cabeza en el Maestranza.
Yo pienso hacer las dos cosas: no me parecen incompatibles. A muchos otros parece que sí.
Llevas razón. Hay buenas cosas que las dejamos pasar sin apreciarlas. Anoche en el Maestranza te puedo asegurar que fue un lujo escuchar a la Divan con su Maestro al frente. Saludos.
No son situaciones comparables. En Salzburgo, como en casi todas las ciudades del centro y norte de Europa, la educación en música clásica desde la cuna tiene una larga tradición y es muy superior a la de los países europeos mediterráneos. Esa formación clásica hace que sepan apreciar este tipo de eventos y que acudan masivamente.
Aquí lamentablemente tenemos esa carencia. Pero hay que creer en la gente, hay que educarla y darle oportunidades. Ayer, 3 de agosto, estuve en el concierto de la West-Eastern Divan Orchestra y estaba prácticamente lleno. Todo el mundo disfrutó muchísimo. Estoy segura de que el interés aumentará con los años. Hay que tener un poco de paciencia.
...Los conciertos han estado llenos gracias a la cantidad de entradas repartidas entre familiares y amigachos varios. Si se pusieran todas las entradas a la venta no habria ni un 50% de aforo ocupado. Y es que esta claro que sevilla es capital de la musica de cuello.Ahora bien, programa Carmen, una traviata o una Ainhoa Arteta y el auditorio se llena de gente engalanada, todo sea para hacerse la famosa Afoto en el diario de las esquelas...
¿Amigachos? ¿En una orquesta que sólo hay veinte españoles? Si tú lo dices será. Pero aún siendo música de "cuello", según tú, es un logro que 1700 personas estuvieran en la Maestranza viendo al maestro Barenboin y su orquesta un 2 y 3 de agosto con lo que cae en Sevilla. Los andaluces tendremos defectos, pero te puedo asegurar que tontos no somos.
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