miércoles, 31 de diciembre de 2008

Año Nuevo en Viena por Jansons


CONCIERTO DE AÑO NUEVO 2006.
Obras de Lanner, Mozart, Eduard Strauss, Johann Strauss I, Johann Strauss II y Josef Strauss.
Orquesta Filarmónica de Viena. Dir: Mariss Jansons.
Deutsche Grammophon 00440 073 4142
DVD 121’29’’
DDD Universal
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Un soberbio Honneger, un mal Bruckner, un interesante Bartók, un notable Rachmaninov, un mediocre Respighi, un gran Shostakovich.... o un discreto Shostakovich. Tanto sus grabaciones discográficas como los live televisivos que nos llegan de la Bayerischen Rundfunks demuestran una vez y otra la irregularidad de Mariss Jansons, un artista talentoso pero con pocos logros realmente brillantes y sí demasiadas desigualdades (no sólo al pasar de un repertorio a otro sino también dentro de un mismo compositor) como para considerarle el grandísimo director que muchos viene pregonando desde hace tiempo.



Claro que algo le habrán visto a este señor, además de ser una al parecer bellísima persona, como para que le den el podio de la Concertgebouw o le encarguen el concierto de Año Nuevo de una Filarmónica de Viena que cada vez piensa menos en lo artístico -quién la ha visto y quién la ve- y más en el vil metal. En todo caso los resultaron fueron más satisfactorios de lo que algunos esperaban. Sobre todo porque el director letón hizo gala de una admirable virtud: el entusiasmo.

Sus versiones de las músicas de los Strauss estuvieron llenas de alegría, vitalidad y sentido del humor, situándose muy por encima de la rutina y la pesadez de un Mehta (que repite el año que viene), de la blandura e indiferencia de un Abbado y de la aséptica sequedad de un Harnoncourt. Pero por desgracia la energía de Jansons no va acompañada de la imprescindible dosis de transparencia, elegancia y sentido del color indispensables en esta música, y sí de una tendencia a la tosquedad, a la contundencia y al efectismo que termina lastrando sus resultados en comparación con los de un Ozawa -que por otra parte es más blando y distanciado- y los acerca hasta cierto punto a los del robusto y poderoso Muti.



Ni que decir tiene que ninguno de los citados ha logrado nunca hacer gala de ese sentido de la elegancia no decadente pero sí sofisticada, de esa fluidez en el fraseo y de ese punto de equilibrio entre chispa y melancolía que le da su sentido último a esta música y que es hoy patrimonio exclusivo de Lorin Maazel.

La edición técnica de este concierto de 2006, que incluyó los previsibles homenajes a Mozart en su aniversario, es soberbia tanto en lo visual como en la toma de sonido (¡fabulosa en DTS!), lo que permite que -a despecho de las insuficiencias apuntadas- se pueda disfrutar sobremanera del espectáculo. Y prescindir, si se quiere, de las inevitables coreografías de “sabor vienés”. Sea como fuere, los DVDs verdaderamente ineludibles de Año Nuevo siguen siendo los de Karajan, Kleiber y Boskovsky.
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Artículo publicado en el número de mayo de 2006 de la revista Ritmo.


PS. Tras la visita de Jansons, Zubin Mehta ha superado los mediocres resultados de su anterior presentación el 1 de enero y el anciano George Prêtre, inesperadamente, se ha situado entre los grandes recreadores de este concierto. Veremos qué tal lo hace mañana Barenboim.

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