lunes, 21 de julio de 2008

Euroarts nos toma el pelo


Una de las cosas más interesantes que nos ofrece la web de Unitel (enlace) es la oportunidad de conocer los programas originales de los conciertos que después se han editado en formato VHS, LD o, más recientemente, DVD. Como he visto que la Sinfonía nº 25 de Mozart y los Kindertotenlieder con Hampson que Bernstein grabó con la Filarmónica de Viena en 1988 pertenecen a la primera parte del mismo programa (y por ende fueron grabado a lo largo de los mismos conciertos), he decidido visionar ambas grabaciones y comprobar las diferencias técnicas entre la KV 183, editada por Arthaus junto con el Concierto para clarinete, y la página de Mahler, editada por Deutsche Grammophon junto a otros ciclos de canciones del compositor.

El resultado es claro. La obra editada por DG se ve y se escucha mejor que la ofrecida por Euroarts. En realidad esto ya se veía venir, pues los que compramos con frecuencia DVDs de clásica ya habíamos comprobado que técnicamente el sello amarillo ofrecía más garantías a la hora de repescar los antiguos fondos de Unitel. Pero claro, la prueba definitiva sólo podía venir con la edición por separado de dos piezas procedentes de las mismas filmaciones. La imagen de DG, sin llegar ni mucho menos al estándar de hoy día, se ve con mucha más limpieza, definición y contraste que la de Euroarts, en la que la abundancia de grano llega a molestar. El trasvase del estéreo original a DTS es también más convincente en Deutsche Grammophon, lo que se nota sobre todo a la hora de los aplausos finales, donde los señores de Euroarts intentan fingir, sin éxito, un auténtico surround "moviendo" el sonido hacia los canales traseros, para que parezca así que quienes aplauden se encuentran detrás del espectador.

Habida cuenta de que el precio de los DVD de uno y otro sello es bastante similar, la conclusión es clara: Euroarts nos toma el pelo con unas ediciones que podían estar mucho más cuidadas desde el punto de vista técnico. Recemos pues para que los grandes tesoros de Unitel que quedan por salir no lo hagan con Euroarts. Por ejemplo, la genial Séptima de Sibelius que ocupaba (junto con Prélude, Fugue and Riffs del propio Bernstein) la segunda parte del programa, y que a todas luces es bastante más interesante que estos Mozart y Mahler un tanto narcisistas y almibarados, dicho sea de paso.

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