lunes, 26 de mayo de 2025

Las orquestas (y la Orquesta) del Festival Shostakovich

Debo advertir ahora de un grave error cometido cuando escribí la reseña del concierto que abría el Festival Shostakovich de Leipzig que se está desarrollando estos días, y en el que tuve la ocasión de estar el pasado sábado: la formación que tocó en la referida velada inaugural, disponible de manera gratuita en el canal Arte y pronto bajo pago en Stage + de Deutsche Grammophon yo la seguí en directo en esta última plataforma no era la Sinfónica de Boston, sino la propia Orquesta de la Gewandhaus. Ya lo he corregido en la entrada correspondiente, pero me parecía apropiado decirlo también aquí. En contra de lo que yo pensaba, la orquesta norteamericana y la sajona se alternan a lo largo de las celebraciones.

Y aún quedaba una torpeza por mi parte, porque hay una tercera formación sinfónica en liza: la denominada Orquesta del Festival. Me la encontré por sorpresa un servidor no había leído bien la programación en la tarde del referido sábado. Sí, la Leningrado la tocaron juntas Leipzig y Boston, pero eso fue en la segunda parte: en la primera la Festivalorchester hizo la Sinfonía de cámara op. 110a del autor de La nariz, esto es, el Cuarteto nº 8 en el magnífico arreglo de Rudolf Barshai: aquí hablé de ella y presenté una pequeña discografía comparada.

Bueno, ¿de dónde sale esta orquesta? Pues se trata de un conjunto de veinteañeros, muchas más chicas que chicos, que proceden tanto del Festival de Tanglewood como de la Mendelssohn Orchesterakademie de Leipzig. Y tocan de maravilla, oigan. Tengo reparos para el solo del primer violín en el movimiento inicial, pero escuchar a este grupo es una auténtica gloria. Mérito sin duda de sus componentes, también de Nelsons, y seguramente más aún de una señora llamada Anna Rakitina, que además de dirigir alguno de los programas sinfónicos se ha encargado así reza el programa de mano de preparar a los chavales en esta Sinfonía de cámara.

Tomé notas sobre la versión, y además acabo de escuchar la toma radiofónica que ha ofrecido esta tarde "Radio Gewandhaus". Puedo confirmar que ha sido muy parecida a la de Boston comentada en la discografía. A lo que dije en ella me remito, aunque ahora puedo añadir un comentario adicional: muy notables los tres primeros movimientos, absolutamente sensacionales lentísimos, concentrados a más no poder, llenos de congoja sin perder el vuelo lírico los dos últimos. ¡Y qué manera tiene la batuta de modelar con la máxima plasticidad a una orquesta muchísimo más nutrida de lo que esta obra pide! Conté dieciséis primeros violines y ocho contrabajos, imagínense. De la Leningrado, magnífica y particularmente decibélica no podía ser de otra forma, hablaré dentro de un tiempo.

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