Me he visto obligado a suscribirme a Scherzo, por aquello del libro sobre Barenboim que estoy preparando. Y he leído la breve reseña que Rafael Ortega, un crítico al que siempre he tenido en estima, realiza de la filmación de la más reciente integral de las sonatas para piano de Beethoven a cargo del de Buenos Aires.
Dice que hay mucha experiencia beethoveniana acumulada aquí: pues claro. Que está bastante peor de dedos, y que eso en algunas de las sonatas le pasa factura: también es obvio. Y nada más. ¿De verdad que los señores de esta revista siguen sin darse cuenta de la monumental evolución estilística del maestro, de cómo ahora las cosas, independientemente de que gusten más o gusten menos, son muy distintas en concepto a como eran antes? Pues sí: siguen sin reparar en ello.
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