En busca de un disco de Jesús López Cobos para recomendar en el libro que traigo entre manos, he dedicado la mañana a escuchar su Iberia de Albéniz registrada para Telarc en mayo de 1997. Tiempo perdido. No recordaba que la orquestación realizada por Fernández Arbós de cinco de los números fuera tan floja. La del resto, responsabilidad de Carlos Suriñach, es todavía más fea. Y la batuta del maestro zamorano no hace nada por remediarlo: el CD está destinado al público estadounidense, así que hay que amoldarse a lo que allí esperan de lo español. Tampoco es que la Sinfónica de Cincinnati sea ninguna maravilla, la verdad.
¿Conclusión? Los experimentos, con gaseosa. Olvide este disco y escuche la obra maestra de Albéniz por Alicia de Larrocha, Alicia de Larrocha y Alicia de Larrocha. Y también por Esteban Sánchez. En cuanto a López Cobos, entiendo que los críticos y gestores que eran sus amigos personales tengan que seguir escribiendo cosas bonitas sobre él, pero a estas alturas bien que va haciendo falta una revisitación de su verdadero talento.
1 comentario:
Creo que, además de buena técnica, López Cobos tenía talento (lo demostró, por ejemplo, en su despedida del Teatro Real, con "Salomé"). El problema de, sobre todo sus últimos años, fue en mi opinión, que cayó con demasiada frecuencia en la indiferencia y en la rutina. Tiene discos mejores que esa "Iberia", sin duda.
Ángel Carrascosa Almazán.
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