domingo, 10 de julio de 2022

El Villamarta, cada vez más en entredicho

Regreso de Viena y me encuentro con muchas cosillas sobre las que escribir, además de explicar lo que escuché en la capital austriaca. Vayamos por partes.

En este blog ya he denunciado por activa y por pasiva la manera en que Francisco López, tras unos primeros años de brillante gestión en los que había mucho dinero de por medio y se pudo traer a grandísimos artistas, decidió convertirse en protagonista absoluto de las producciones escénicas del Teatro Villamarta. Él no sirve a la temporada lírica del teatro: es esta la que se encuentra al servicio de sus intereses. ¿Cuántos encargos operísticos ha recibido este señor de los teatros españoles, aparte de los muchos que él se ha realizado a sí mismo y ahora le realiza su protegida y continuadora Isamay Benavente? Pues bien, al tiempo que se hacen públicos los números rojos de la institución (aquí la noticia) y el grupo político de Ciudadanos denuncia la gestión, se anuncia la nueva temporada (aquí).


En ella Francisco López repite por enésima sus producciones de Carmen –debut de Arteta en el rol principal– y Doña Francisquita, al tiempo que se anuncia el espectáculo La Tarara 123 –tenor, bailaor y piano sobre Lorca– que también va a correr a su cargo. Probablemente caerá también algo de flamenco o danza española cuando se anuncie el Festival de Jerez. ¿Habrase visto en algún centro lírico, en algún momento en algún lugar del mundo, un descaro semejante a lo largo de tantos años?

Miren ustedes, soy un jerezano que paga religiosamente sus impuestos municipales, los cuales siguen suponiendo una importantísima fuente de ingresos para el citado teatro. Dadas las circunstancias, creo que tenemos todo el derecho del mundo a saber cómo se distribuyen los gastos de la temporada de lírica y de música clásica, cuánta merma para la temporada de conciertos supone seguir en el empeño de montar ópera y zarzuela, y también la cifra que se lleva López Gutiérrez de nuestras arcas: no está de más señalar que el anterior gobierno municipal le largó de la presidencia de la hoy extinta Fundación del Teatro Villamarta porque aquello no era sostenible.

“Hasta el informe de auditoría pone en tela de juicio la forma de gestionar el Teatro Villamarta”, dicen los de Ciudadanos, al tiempo que piden que se “realice un mayor control financiero” (leer noticia). Pues eso mismo. Y que se haga público todo. Si no hay nada que temer, no hay por qué seguir ocultando datos.

¿Y qué hace, mientras tanto, la prensa comprometida, esa misma que resopló cuando Sevilla anunció la posibilidad de hacer el título de Georges Bizet con la Arteta? Pues seguir poniendo como modelo a López y esperar a ver si dándole una pataíta a Javier Menéndez se recupera la posibilidad de colocarle como director del Maestranza, que es allí a donde tiene el de El Carpio dirigidas sus aspiraciones.

3 comentarios:

Mireia P.B. dijo...

Yo también quiero canta la Carmen". Visto lo visto...no pierdo la esperanza.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

La verdad es que lo de la Arteta como cigarrera suena un poco a broma, pero como de lo que se trata es de llenar el teatro con la gente que ve Master Chef y esas cosas, pues...

Mireia P.B. dijo...

¿ Y que podrá mas: la curiosidad/maldad o la economia/ prudencia?
Por cierto: ya tengo mi abono y el 23 de febrero o marzo ( Aun no lo se de memoria!) Me toca el Macbeth "de" Plensa.

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