jueves, 11 de marzo de 2021

Ansermet hace El pájaro de fuego con la orquesta de Klemperer

Si no me fallan los datos, la última grabación de Ernst Ansermet (1883-1969) fue la que realizó de El pájaro de fuego, en su versión de ballet completo, en noviembre de 1968. Las circunstancias fueron muy diferentes a las de la mayor parte de su discografía: en vez del Victoria Hall de Ginebra, el Kingsway Hall de Londres con la formidable ingeniería de Kenneth Wilkinson, y en lugar de su Orchestre de la Suisse Romande, nada menos que la New Philharmonia.

 

Y ahí está el gran morbo del asunto. ¿Cómo sonaría en manos del maestro suizo la orquesta de Klemperer? Respuesta: de manera muy distinta. Porque Ansermet, cuya técnica superlativa queda aquí –y en el disco complementario con los ensayos– bien en evidencia, sustituye la incisividad y el granito del maestro de Breslau –y la aspereza bien entendida de Barbirolli– por auténtico terciopelo dentro de la más ortodoxa tradición francesa. Ideal, claro está, para ofrecer una lectura lenta, llena de atmósfera, mucho más interesada por lo que el cuento tiene de misterio, de perfume oriental, de evanescencia y hasta de ternura que por la narración teatral, la asperezas y los contrastes. Vamos, todo lo contrario de lo que planteó el propio Igor Stravinski en su registro de 1961.

¿Hizo mal Ansermet? Yo creo que no, en absoluto: esta música debe muchísimo a la tradición rusa y también puede interpretarse de esta forma. Al menos, yo he disfrutado una barbaridad. Por cierto, para tener en casa estos dos discos –interpretación más ensayos–, lo más conveniente a día de hoy es hacerse con esta caja.

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