La Filarmónica de Berlín editando en SACD con lujo asiático
la blanda, insincera y muy mediocre Patética de Kirill Petrenko. Las notas de
la carpetilla calificando el concierto del que procede el registro como una verdadera
cima artística. Los músicos de la formación alemana haciendo Pierrot Lunaire
con Patricia Kopatchinskaja para firmar el sprechgesang más narcisista,
pretencioso, fuera de estilo y ridículo que jamás se haya
escuchado, confirmando que esta señora es, probablemente, la intérprete musical con peor gusto de los últimos cien años.
Pablo L. Rodríguez escribiendo en Scherzo líneas vacías y cayendo
en tópicos ridículos (ya que Petrenko dirige mucho en el foso, su interpretación es “operística”)
para poner por las nubes la citada Patética. El mismo autor inaugurando su blog en la publicación referida con una
entrada que, por varias razones, echa para atrás. Juan Pérez Floristán poniendo por las nubes en Twitter el susodicho texto.
El insufrible Enrico Onofri volviendo a ser aclamado por la
crítica en pleno tras su enésima
presentación al frente de la Barroca de Sevilla. El violinista italiano uniendo
sus fuerzas a Lina Tur Bonet para convertir los deliciosos 44 dúos para dos
violines de Belá Bartók en una sucesión de maullidos gatunos. Onofri contratado para bajar la próxima temporada al foso del Maestranza entre gritos de júbilo.
Y, de nuevo en Scherzo, Juan Jesús Rodríguez
calificado como “uno de los mejores barítonos del mundo”.
Como dijo Groucho Marx: ¡que paren el mundo, que me bajo!
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