En Don Juan el maestro aplica parámetros parecidos a los de Till, pero la naturaleza de la obra hace que los resultados no sean igual de buenos. A la primera escena amorosa, a la que se llega con cierta precipitación, le faltan claramente sensualidad y magia poética. En la segunda y más importante de ella, sin embargo, el planteamiento es interesante: voluptuosidad straussiana hay poca, pero el amargor que desprende la secuencia –muy desolado el solo de oboe– explica muy bien el ardor desesperado de todo el tercio final, en absoluto épico sino claramente autodestructivo. El trabajo de la batuta es nuevamente formidable a la hora de revelar la increíble escritura de Don Ricardo.
Muerte y transfiguración es lo menos interesante del disco. El arraranque está dicho con adecuado misterio y apreciable concentración. Los diferentes solos instrumentales que le siguen, salvo el de violín, resultan muy certeros, pero en la sección dramática, dicha con un nervio quizá un tanto externo, las diferentes apariciones del tema de la transfiguración resultan muy prosaicas, parcas en magia y en elevación espiritual. Y la transfiguración final propiamente dicha posee garra e intensidad, pero se queda cortísima en sensualidad, en hondura y en poesía. Más terrena que propiamente transfigurada, vaya.
De propina se incluye el primero de los cuatro interludios sinfónico de la ópera Intermezzo, Träumerei am Kamin, una bellísima página que por un lado cita a Muerte y transfiguración y por otro anticipa a los Cuatro últimos lieder. He realizado la audición dos veces. Tras la pimera, me convenció muchísimo la dirección de Albrecht, quien paladea con enorme cantabilidad y sin nerviosismo esta música atendiendo muy bien a todo el tejido instrumental. Pero comparé con la sublime recreación de André Previn y la Filarmónica de Viena grabada por DG en 1992 y, tras una segunda vuelta, puse las cosas en su sitio: aun siendo los resultados notables, al maestro alemán le faltan voluptuosidad, carnalidad y decadentismo bien entendido, mientras que a la Filarmónica de Strasburgo no posee en absoluto los mimbres de las más grandes formaciones que han recreado la música straussiana.
Sea como fuere, el concierto de Sevilla promete. Ya les contaré.
1 comentario:
Pues en Tidal tienes Der Rosenkavalier, recien salidito...
Publicar un comentario