Nueve años después de su grabación con la Filarmónica de Nueva York para CBS, Lenny repite al frente de una orquesta muy superior –y mahleriana al cien por cien– el mismo concepto. Es decir, un primer movimiento en exceso rápido –tanto como la otra vez: el resto se los toma con más calma– y con un punto festivo que no le conviene, pero globalmente una interpretación llena de extroversión y goce dionisíaco; apasionadísima, extremadamente sincera y comunicativa a más no poder; irresistible en el ritmo, riquísima en el colorido; capaz de ofrecer los contrastes expresivos extremos que pide la partitura sin caer en la esquizofrenia ni en el amaneramiento, atenta tanto al pasado romántico como al futuro expresionista, dicha de un solo trazo… Todo un huracán de emociones que alcanza su culmen en un memorable Andante moderato –ubicado en tercer lugar–, para después ofrecer un movimiento conclusivo que es puro fuego y no deja un momento de respiro: en su siguiente grabación con la misma orquesta, una de las grandes referencias discográficas, lo dirá con mayor amplitud sin perder garra.
En cualquier caso, lo que interesa en esta ocasión es la posibilidad de contemplar a Bernstein en la que es una de las actuaciones escénicas –soberbia filmación en celuloide de Humprey Burton– más memorables de su carrera. Ver cómo usa todo su cuerpo para explicar la obra –tremendo verle canturreando, al borde de la lágrima, en el Andante Moderato– es toda una experiencia. Por eso mismo, y aun viéndose lastrada por una toma sonora que no está a la altura de la obra, considero esta versión –editada en DVD por Deutsche Grammophon– como la más recomendable para quien se acerque por vez primera a esta prodigiosa creación mahleriana. Si es su caso, adelante. Y si no conocen esta filmación, también.
No hay comentarios:
Publicar un comentario