La verdad es que único problema de esta recreación está en el joven Daniil Trifonov –cumplía 24 años cuando grabó este disco en marzo de 2015–, que toca con cantabilidad y buen gusto, paladeando las melodías e interesándose por las atmósferas, pero sin mucha riqueza de colores y acentos en su toque, al que le faltan no solo sal y pimienta, sino también mayores dosis de emotividad.
Ya en solitario, el pianista ruso ofrece las Variaciones sobre un tema de Chopin y las Variaciones sobre un tema de Corelli. En ambos casos se trata de interpretaciones de notable alto en las que sobresalen tanto la agilidad del artista como su capacidad para regular el sonido, quien además sabe frasear sin prisas, con hondura y haciendo gala de un fraseo flexible. Ahora bien, se echan de menos –otra vez– un colorido más variado y un grado superior tanto de inspiración poética como de garra dramática; a la postre, lo que faltan son matices expresivos. Escúchense estas dos obras a Luganski, por ejemplo, o la segunda de ellas a Grimaud –ambas grabaciones en Teldec–, y notarán la diferencia.
De propina se ofrece Rachmaniana, una bonita suite para piano solo compuesta por el propio Trifonov. La toma sonora es excelente, y en HD los sonidos graves de la orquesta adquieren un relieve extraordinario
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