sábado, 17 de septiembre de 2016

Debussy por Van Immerseel: levedad

No hay que extrañarse: si Jos Van Immerseel y sus chicos de Anima Eterna ya han grabado a Falla y a Gershwin, ¿por qué no van a llevar al disco la música de Debussy? A mi entender, la arriesgada propuesta de interpretar este repertorio con instrumentos de época –de época del compositor francés, se entiende– y con una articulación históricamente informada, en combinación con la extraordinaria sensibilidad tímbrica que demuestra el director y al enorme refinamiento de su trazo, se salda con unas lecturas de sensualísimo colorido y relevadoras texturas, fraseadas con un carácter curvilíneo y elegante de lo más adecuado, pero también en exceso aéreas, por momentos erróneamente ingrávidas, adordanas con algunos detalles discutibles –los portamentos chirrían al oyente actual– y un tanto faltas de garra, de carácter, de variedad expresiva.


Esto ya queda bien de manifiesto en el Preludio a la siesta de un fauno: la flauta resulta asombrosamente aérea, y toda la lectura alcanza una levedad tan extrema que, pese a la extrema belleza formal de la recreación, se echan de menos más carne sonora y más sustancia expresiva. Nada que ver con el milagro de Haitink aquí comentado.

En el caso de La mer, el principal problema radica en las serias dificultades que muestra el maestro belga –en este y en todos los repertorios que aborda– a la hora de administrar tensiones y, por tanto, de darle continuidad a la interpretación y conducirla de manera apropiada a los clímax: al final del primer movimiento le falta fuerza, mientras que la tormenta resulta por completo deslavazada. En contrapartida, el carácter irisado de la superficie del mar agitada por la brisa resulta fascinante, además de tímbricamente reveladora.


Queda el tríptico Images. Es Iberia –la pieza central del mismo, aquí colocada en último lugar– la página que sale mejor parada: sin ser precisamente el colmo de la chispa y el desparpajo, el fino trazo de la batuta termina triunfando dentro de la levedad generalizada. En Gigues y Rondes de printemps, por desgracia, los tempi escogidos hacen que la tensión se venga abajo.

¿Merece la pena escuchar el disco, pues? Pese a los importantes reparos señalados, yo creo que sí. Se escuchan demasiadas cosas interesantes aquí como para desdeñarlo. Les voy a añadir un aliciente: la toma sonora realizada por los ingenieros de Zig Zag Territories es la mejor que nunca he escuchado en este repertorio. Un prodigio.

3 comentarios:

Jorge Luis Argüero dijo...


Hola Estimado Fernando..!!

Como siempre, extraordinario su análisis
"Debussy por Van Immerseel", yo estaba por
adquirirlo, pero esperaré una "semanita" más.-

Observo que ha cambiado la imagen, si cabe
esa definición, de su página-blog. Antes estaba
muy bien y ahora, de igual manera.-

Bajo el título "Con menos música... aún",
no se preocupe usted por nosotros sus visitantes,
lectores, seguidores, compañeros de ruta...
que aquí estamos: -Firmes en el repecho..!!

Le envío desde Buenos Aires un saludo cordial
y pase usted, un buen fin de semana.-

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Siempre un honor recibir saludos desde la mítica Buenos Aires. Se los devuelvo desde Huelva, muy, muy cerquita del Monasterio de la Rábida, desde donde Colón partió en 1492. Y ahora voy a pasar un domingo de playa (aquí es aún verano, claro) en Portugal.

Jorge Luis Argüero dijo...


Disfrute Usted Don Fernando, esos bellos días de playa..!!

Por supuesto, entendí "su guiño"...

Fundación Mítica de Buenos Aires - Jorge Luis Borges 1923
¿Y fue por este río de sueñera y de barro
que las proas vinieron a fundarme la patria?
Irían a los tumbos los barquitos pintados
entre los camalotes de la corriente zaina...

Aquí aún quedan unos pocos días (hasta el 21/SEP)
para el comienzo de la Primavera, los días se alargan,
el Sol "se acerca" cada día más al Hemisferio Sur.-

Muchas Gracias por su amable respuesta y reciba usted
un saludo cordial, desde "la mítica" Buenos Aires. Atte.-

Semana Santa pasada por agua

En realidad, el problema no es tanto la lluvia –lloviznas intermitentes y no muy abundantes–, sino el terrible viento que nos azota. Aquí en...