viernes, 1 de julio de 2016

Once años cargando con el equipo

Mi madre llevaba la cuenta mejor que yo: sin contar los meses en que realicé sustituciones temporales en Sevilla, pues a lo largo de los mismos seguí residiendo en Jerez, han sido once cursos viviendo fuera de casa, lo que quiere decir once cursos cargando con el equipo de música de un lugar para otro. Cargando físicamente, he de subrayar, pues ya se pueden imaginar lo que significa montar y desmontar cada vez que llega el verano el sistema completo, incluyendo televisor, reproductores y el conjunto de altavoces –tres de ellos muy pesados–, para traerlos a mi tierra por dos meses para luego tener que llevarlos otra vez a mi localidad de trabajo.


Once años, sí: uno en Écija, uno en Beas de Segura, otro en Peñarroya-Pueblo Nuevo, otro en Úbeda y finalmente, ya con mi plaza definitiva, siete en Siles. Más cuatro cursos trabajando en Jerez y el tiempo ya referido en que trabajé en Sevilla capital, pero ahí no tuve que mover nada. Todo eso ha llegado a su fin: el concurso de traslados me permite ahora instalar de manera definitiva mi equipo, tarea que acabo de realizar y que he inmortalizado en la foto adjunta. Aunque aún tengo que volver a la sierra segureña para los exámenes de septiembre, creo que ya no tendré que volver a hacer más mudanzas en mucho tiempo. ¡No pueden imaginar el alivio, en todos los sentidos! Obviamente ahora hay mucho que organizar en lo que a música se refiere –y no solo a música–, pero esa es otra historia.

5 comentarios:

Carlos Alberto dijo...

Hola, enhorabuena por el blog, hace bastante tiempo que te sigo pero hasta hoy no me había animado a participar. Gracias por compartir con nosotros tal caudal de críticas, experiencias y sugerencias sobre este apasionante mundo. Me gusta especialmente como diseccionas una interpretación de una obra y vas justificando tus apreciaciones sobre ella, porque se trata de ello, de dar argumentos y no solo de adjetivar -que también, por supuesto-. Uno no siempre puede estar de acuerdo, pero como dice Ipromesisposi, "comprender la diferencia en lugar de combatirla". Me gustan especialmente tus comparativas, que son abrumadoras por la cantidad de versiones comentadas y de un nivel de detalle y de apreciación realmente portentoso... En general, comparto la veneración por Furt, Klemperer, Giulini o Arrau, entre otros muchos, y algo menos el fervor por Barenboim. Yo también soy profe de historia y he acarreado con montones de discos en mis sustituciones, aunque entonces no tenía equipo y no pesaba tanto, claro. Así que me alegra que vuelvas a tu tierra y tu equipo se tome un merecido descanso. Un saludo desde tierras almerienses.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Muchísimas gracias por tus palabras, Carlos Alberto.

No creo que mis comentarios tengan especial mérito, pero sí pienso que pueden servir a mucha gente al igual que a mí me han servido y me seguirán sirviendo la mayoría de las cosas que otras personas escriben sobre música. ¿Sirviendo para qué? ¿Para estar de acuerdo con ellas? No: para contrastar opiniones, para descubrir cosas en las que no se había reparado, para reflexionar sobre las creencias propias a partir de las ajenas... Cuando más gente comparta sus opiniones, mucho mejor.

Efectivamente, Furt, Klemperer, Giulini y Arrau son mis favoritos. Y Barenboim no menos que ellos, aunque debo puntualizar que, en contra de una opinión bastante generalizada, el de Buenos Aires es aún más grande ahora que antes en su faceta de pianista.

Confío en que estés más o menos asentado en tu trabajo como profesor y que puedas realizar tus audiciones de la mejor manera posible, y desde luego sin tener que cargar una y otra vez con el peso que yo he tenido que llevar de un lugar a otro. Saludos cordiales para la tierra almeriense, que por desgracia conozco mal pero me gusta mucho.

Carlos Alberto dijo...

Estoy de acuerdo, cuanto más leemos otras opiniones de aquello que ya conocemos o valoramos, más se enriquece la experiencia, a veces para confirmarnos o para abrirnos a otra perspectiva posible... o para discrepar, claro. Siempre me ha apasionado la crítica discográfica, desde que leía Scherzo y Ritmo en las bibliotecas públicas -bueno, algunas también compré, claro-. He estado siguiendo algunas de tus recomendaciones, aunque no tengo mucho tiempo -con mi niño pequeño es difícil. De hecho, durante estos tres años he tenido prácticamente desconectado mi equipo, Maranz con dos cajas Philips. Escucho más bien con mi discman, insustituible para mí -todavía-, y en los altavoces del PC, que no suenan mal. Pronto intentaré conectar el amplificador a la tele, tiene que ser una gozada escuchar a un Bernstein dirigiendo la segunda o la quinta de Sibelius a la Filarmónica de Viena, con esa carga emocional que te levanta del asiento, y escucharla a través de buenos altavoces. ¿Puedo preguntarte si me recomiendas algún home cinema especial o qué es preferible?
Perdona que me extienda tanto. Por cierto, yo trabajé dos años en Sanlúcar, que me encanta, y recuerdo como un par de experiencias inolvidables dos conciertos en el Villamarta: un Oratorio de Navidad dirigido por Bruggen, uno de mis pesos pesados en el campo historicista, que disfruté muchísimo, sin conocer entonces la obra, y una Tercera de Bruckner por Víctor Pablo que me pareció sensacional. Un saludo

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Mil perdones, Carlos Alberto, por la tardanza en contestar.

Yo también leí mucho Ritmo y Scherzo en las bibliotecas: no podía permitirme comprarlas cuando era estudiante.

No dudes en conectar la televisión al equipo de música y disfrutar de los DVDs y Blu-rays en condiciones.

Sobre la pregunta técnica, no te puedo ayudar apenas debido a mi desconocimiento de este campo. En cualquier caso, te puedo comentar que los primeros años tuve un Home Cinema Sony que funcionaba muy bien con las películas, pero que con la música dejaba mucho que desear. Ahora tengo, creo que desde hace justo ocho años, un eqiopo multicanal que me he ido haciendo yo mismo. Para receptor ("amplificador") he escogido Denon, pues según dice ofrece un punto intermedio entre la espectacularidad que demanda el cine y la naturalidad exigida por la música clásica (el pop, ya sabes, prefiere un sonido más agresivo, con graves poderosos y agudos brillantes). El reproductor de CD y DVD es también Denon, pero el de Bly-ray es Sony, porque esta es la única marca que me permite recibir las transmisiones de la Digital Concert Hall (obviamente el reproductor tiene que estar conectado a internet). Los dos altavoces delanteros son los de mi equipo de música de toda la vida, unos JBL con los que estoy contento. Los del surround y el subwoofer son Sony, simplemente dignos (los que más importan son los frontales).

En resumidas cuentas, yo me compraría un receptor multicanal y le acoplaría a este mis reproductores de toda la vida, pero instalando altavoces surround por detrás (en mi caso tendo laterales y traseros, es decir, un 7.1).

Me alegra que te gustara Sanlúcar. Es una ciudad a la que voy con cierta frecuenta en verano, sobre todo a tapear en sitios como Balbino o Juanito.

Yo también recoerdo esos conciertso en el Villamarta. De Brüggen esperaba más, y el Bruckner de Víctor Pablo me pareció excelente, como a ti. Eran otros tiempos en el teatro jerezano: ahora no vienen artistas de renombre y apenas hay conciertos.

Un cordial saludo.

Carlos Alberto dijo...

Muchas gracias Fernando por aclararme esas dudas. Igual pronto me hago con un multicanal y veo como suena.
Es lástima que ya no visiten el Villamarta artistas más renombrados. De Almería capital no te digo nada, apenas dos o tres conciertos de la Ocal dirigida por Michael Thomas ,que se muestra algo irregular. A Granada no siempre puedo desplazarme como me gustaria, pero creo que es la unica opcion potencialmente mas gratificante. Esperemos que pronto vayamos saliendo de la crisis y el antiguo esplendor retorne de nuevo.

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