Mejor aún el Concierto para orquesta. Y es que, aun sin tener delante a una orquesta como la Sinfónica de Chicago y sin alcanzar su batuta el virtuosismo de un Reiner, ni menos aún la claridad absoluta de un Szell –por citar grabaciones de más o menos la misma época–, Fricsay consigue ofrecer una interpretación de primerísimo orden gracias a la combinación de una enorme intensidad emocional –turbulento antes que impresionista el nocturno, arrebatador el Finale–, siempre firmemente controlada desde el podio, con una especial sensibilidad a la hora de llenar el fraseo de matices expresivos sin que estos suenen en absoluto caprichosos o fuera de lugar, sino por el contrario llenos de lógica y de veracidad. El resultado está impregnado de fuerza, de garra y de sanísima rusticidad.
Disco importantísimo, pese a que la toma sonora no sea tan buena como las que, ya en estéreo, realizaban otros sellos por los mismos años. ¡No tarden en escucharlo tanto como yo!
2 comentarios:
Salvo excepciones (Boulez y alguno más), Bartok y los directores húngaros van cogidos de la mano: Reiner, Szell, Fricsay, Dorati, Solti, Fischer......
Hace tiempo que DG editó un albun, vinilos, con todo lo grabado oficialmente por Fricsay de Bartok.
Más de lo que parece. Luego tiene el 3 con Annie Fisher y me imagino que algo más en Orfeo, de conciertos en vivo. Tengo que confesar mi debilidad por la pianista a la que escuché con la Nacional en esa obra.
Publicar un comentario