Los pocos lectores que me seguían en Facebook quizá hayan reparado en que en los últimos días he desaparecido del mapa. Efectivamente: he borrado el cien por cien de mis contactos, he dejado de publicar cosas en mi muro y ahora solo entro de tarde en tarde para ver las viñetas de El Jueves y Cabronazi, que me hacen reír bastante. ¿El motivo del abandono? El ambiente de intensa crispación política que cada vez hace más insoportable entrar en la aplicación. Sí, vale, yo también he realizado abundantes publicaciones sobre el tema, pero la mayoría de ellas no han sido sino caricaturas y fotomontajes que pueden servir al mismo tiempo para reflexionar sobre lo que está ocurriendo y para tomar distancia sobre ello. Creo que la denuncia es mucho más saludable si esta se realiza desde la ironía, el sarcasmo y el distanciamiento crítico hacia todo y hacia todos, sin que nada ni nadie se libre de la quema, pero sin caer tampoco en la trampa de la pasividad nihilista.
Por desgracia, lo que encuentro de manera creciente es una terrible visceralidad. Los míos son los buenos y los demás, malos malísimos. Quien critica a los míos lo hace por egoísmo, por intereses propios o incluso porque son unos vendidos. Mi verdad (la que sea: que el PP es el partido más corrupto, que lo es el PSOE, que los comunistas quieren destruir España, que la Transición fue una tomadura de pelo, que Podemos es Venezuela, que Podemos es la única alternativa que de verdad defiende a los trabajadores) es la única, y todas las demás son patrañas electoralistas. Y venga soltar bilis y más bilis en Facebook, venga a subir publicaciones no ya monocolor sino abiertamente sectarias, venga a añadir comentarios realizados mucho antes con el hígado que con la cabeza, manipulando la información y a veces destilando una agresividad muy dañina.
Me harté, claro. Porque aunque soy de izquierdas y espero seguir siéndolo, tengo claro que este país lo que necesita ahora es diálogo, tolerancia y moderación. Mucha moderación. Justo lo que no ha tenido el gobierno de Rajoy, gobernando a decretazo limpio, y lo que no parecen tener ciertas fuerzas que se autroproclaman progresistas, léase Podemos. Los resultados electorales, por mucho que el Partido Popular haya sido el más votado, evidencian un empate entre izquierda y derecha que nos obliga a todos, absolutamente a todos, a renunciar a muchos de nuestros objetivos y a buscar un entendimiento. Todos tenemos que ceder si creemos verdaderamente en la democracia, esto es, en la representatividad del voto popular. Y el pueblo ha votado lo que ha votado.
Sinceramente, no sé quién debe gobernar. Personalmente, el PP no me gusta lo más mínimo en ningún sentido, y del PSOE actual me fío poco por su red de corrupción –al menos en mi tierra– y su falta de definición ideológica. Ciudadanos sí me parece un partido honesto –de momento–, pero difícilmente podré estar de acuerdo con sus ideales neoliberales. En cuanto a Podemos, su tufo totalitario y antisistema me echa muy para atrás, por mucho que sintonice plenamente con su análisis de la realidad y con algunas –solo algunas– de sus propuestas. Lo que sí tengo claro es que las prioridades son la lucha feroz contra los corruptos –tremendo lo del PP en Valencia– y corregir la brecha social: el hecho de que las grandes fortunas españolas sigan incrementando sus beneficios mientras la clase media empobrece y muchas personas se encuentran en la calle, está pidiendo a gritos una política económica más justa. No hacerlo solo servirá para seguir radicalizando las posturas.
Confieso que lamento haber perdido la oportunidad de contactar con mucha gente a través de Facebook, gente que a veces –pienso ahora en el inteligente, humano y comprensivo Luis Cansino, por cierto barítono, cuyos comentarios sobre la actualidad me parecían ejemplares– mostraba gran sensatez o que sencillamente no se metía en política. Pero la verdad es que, después de algunos enfrentamientos con personas muy cercanas a mí, he preferido renunciar a esos contactos a cambio de conseguir un poco de "paz espiritual". Con esta entrada he dado explicaciones de por qué me fui, y también he dejado clara cuál es mi postura política. Ahora espero no tener que volver a hablar sobre el tema en mucho tiempo. En este blog escribiré solo de música, y en Instagram pondré fotos de edificios medievales y de gatos.
Un cajón de sastre para cosas sobre música "clásica". Discos, conciertos, audiciones comparadas, filias y fobias, maledicencias varias... Todo ello con centro en Jerez de la Frontera, aunque viajando todo lo posible. En definitiva, un blog sin ningún interés.
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5 comentarios:
Sinceramente, no sé qué "ideales neoliberales" son esos de Ciudadanos que mencionas.
Bruno, gracias por corregirme en el mensaje privado la errata que había en el texto. Sobre lo de Ciudadanos, prefiero no comentar nada más. Un saludo.
En España no hay neoliberales. Hay dos formaciones políticas de extrema izquierda (Podemos e IU) y tres socialdemócratas (PSOE, PP y Ciudadanos).
AAL
Perfectamente de acuerdo con su postura, Fernando.
coincido plenamente con tú planteamiento de la situación politica actual
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