El canal Arte tiene colgada durante varios días una filmación del concierto que podría ser la despedida de Andris Nelsons –no sé si aún tiene algún programa más concertado– de sus apariciones veraniegas frente a la Orquesta del Festival de Lucerna, pues ésta ha preferido dejar al maestro letón al margen para nombrar como nuevo titular al cada día más perdido –más insulso, más pretencioso, más mediocre– Riccardo Chailly, quién a su vez deja Leipzig para ser sustituido… ¡precisamente por Nelsons! Verdadero juego de tronos que no hay quien entienda, eso desde luego. A lo que vamos: Sinfonía nº 94 “sorpresa” y Quinta sinfonía de Mahler en los atriles.
Absolutamente extraordinaria la Sorpresa. Tradicional en concepto aunque no ajena en lo formal a las corrientes historicistas, Nelsons nos entrega un Haydn modélico que no solo suena a eso, a Haydn, no a Mozart o a Beethoven como les pasa a otros, sino que está trazado de manera admirable y dicho con un entusiasmo, una fuerza comunicativa y una intensidad expresivas para quedarse de piedra. Vitalidad, sentido del humor, rusticidad bien entendida, espíritu de danza –magnífico el tercer movimiento, nada pesante–, impulso dramático… Todo está aquí en su punto justo, expuesto con absoluta precisión, acertadísimos matices y con una sonoridad que sabe encontrar el punto justo entre ligereza y densidad. Lo dicho, puro Haydn. Me decía Ángel Carrascosa –y escribía algo parecido en su blog– que esta es probablemente la mejor interpretación de la Sinfonía nº 94 que existe. Yo no puedo realizar semejante afirmación, porque en mi discoteca solo tengo ocho grabaciones, pero sí que digo que no consigo imaginar una lectura aún mejor que la de Nelsons en Lucerna.
La Quinta de Mahler se parece bastante a la que ofreciera frente a la Filarmónica de Berlín el pasado mes de abril, comentada aquí: interpretación antes apolínea y luminosa que dionisíaca, pero en cualquier caso maravillosamente realizada tanto por parte de la batuta –portentosa la planificación– como por la de la excelente orquesta. Aunque no he podido compararlas, me da la impresión de que el primer movimiento está ahora algo más conseguido. El segundo, poderosísimo pero siempre bajo un férreo control, vuelve a ser formidable. El tercero es una maravilla si se comparte esta visión amable, nada demoníaca, de la página; he encontrado ahora pasajes de un lirismo digamos que espiritual muy hermoso. El Adagietto me ha parecido ahora más amanerado que antes, poco emotivo y un tanto insincero. Irreprochable el Finale, de nuevo optimista y muy jovial. Gran interpretación, pues, aunque a mí no me motive especialmente porque el concepto no es de mi gusto.
Y ahora, a ver quién tiene dinero para ver a Nelsons, el próximo mes de noviembre, recalando en Madrid dentro de su gira europea con esta orquesta a la que aún tiene la oportunidad de dirigir. Linz de Mozart y precisamente la Quinta de Mahler en el programa. Haré cuentas y me lo pensaré.
Ah, el vídeo en cuestión de momento puede verse aquí, además de en el YouTube que les he dejado arriba y que van a quitar en cualquier momento. Dense prisa.
PS. Ya han quitado el YouTube, claro.
Un cajón de sastre para cosas sobre música "clásica". Discos, conciertos, audiciones comparadas, filias y fobias, maledicencias varias... Todo ello con centro en Jerez de la Frontera, aunque viajando todo lo posible. En definitiva, un blog sin ningún interés.
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5 comentarios:
Lo de Nelsons me parece admirable.
Hace tiempo que procuro seguirle cuanto puedo. Y todo lo oído me parece de bueno para arriba.
Me alegro por la Gewandhaus. Y lo siento por Lucerna y por la Berliner Phil.
¿Pero no resultaba que no podía ir a Berlin debido a que quería estar solo en Boston? No entendí en su día lo de Rattle, como no entiendo que ahora hayan dejado escapar a Nelsons.
Muchas gracias por tu blog, en el que nunca escribo, pero que también sigo cuanto puedo.
ESte tío es un genio! Que Haydn tan sensacional: elegante, jugueton, rústico, intenso. Hace poco escuché la cuarta de Brahms con Berlín y me dejó boquiabierto y acabo de hacer lo mismo con la obertura de Tanhausser que tiene con la Boston Symphony y... me parecía estar escuchándosela al que para mí había sentado cátedra en esta música tan maravillosa (por encima del propio Furtwangler): Otto Klemperer. No conozco a Petrenko pero no sé que le ocurre a los berliner con la elección de directores después de Karajan... será algo así como: vale tío, que tú nos diriges porque te hemos puesto ahí nosotros pero no te lo creas mucho que tampoco eres tan bueno?.
A ver si graba pronto un ciclo Brahms!.
Un saludo. José.
amd:
Yo tampoco entendí lo de Rattle, a no ser que lo principal sea la opinión de los profesores de la orquesta de Berlín y elijan al que les cae más simpático.
Por otra parte, siempre he tenido la impresión de que las sinfonías de Haydn, a partir de la nº 82, están infravaloradas.
Me encanta esa música.
Saludos.
Francamente, este Haydn no me parece tan bueno.
Prefiero a Bernstein y Szell con instrumentos modernos o a Brüggen y Kuijken, con instrumentos originales.
No hay color, recomiendo la comparación entre unos y otros.
Saludos.
Bernstein hizo cosas maravillosas en Haydn. De Szell no lo tengo tan claro, porque he escuchado poco Haydn suyo. Brüggen me gusta mucho o muchísimo, depende de la ocasión, Kuijken menos. En cualquier caso, sigo pensando que esta interpretación de Nelsons resulta insuperable. Gracias por la aportación. Un saludo.
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