A lo largo de los años setenta, Deutsche Grammophon realizó una serie de grabaciones en formato cuadrafónico que nunca llegaron a publicarse como tales, sino en estéreo normal y corriente. Con muy buen criterio, el sello Pentatone ha comprado los derechos de algunas de ellas y las está lanzando en Super Audio CD recuperando la cuadrafonía original.
He esperado que bajen los precios y me he hecho con dos discos: Haydn por Zuckerman, que aún no he escuchado, y este registro registrado en la Beethoven-Saal de Hannover en septiembre de 1974 en el que un Wilhelm Kempff de setenta y ocho años se enfrentaba a una serie de páginas absolutamente magistrales de Franz Liszt: el cuaderno Italia de los Años de Peregrinaje casi completo –con la clamorosa ausencia de la Sonata Dante, en absoluto adecuada para las características del pianista alemán–, la Gondoliera de Venezia e Napoli y las Deux Légendes sobre San Francisco de Asís. Cincuenta y siete minutos en total de una música rebosante de la más exquisita poesía.
Siempre en mi equipo de música de calidad media, capaz de reproducir SACD con sonido surround, he comparado este disco con la última remasterización de DG, la realizada para la serie The Originals. Pues bien, la edición de Pentatone mejora de manera no espectacular pero sí muy considerable el sonido de aquélla. Sigue habiendo soplido de fondo y un punto de distorsión tímbrica, algo inevitable en un registro de los años setenta –DDD, afirma Pentatone no sé con qué fundamento–, pero se ha ganado en limpieza, en relieve y en presencia sonora, por no hablar de la potencia del registro grave fundamental en momentos muy contados pero decisivos de estas páginas lisztianas. El sonido ahora tiene más cuerpo y más naturalidad, además de resultar muy confortable al oído. Los canales traseros, lejos de buscar espectacularidad, se limitan a recoger el sonido de la sala aportando ambiente y tridimensionalidad. Una delicia para audiófilos.
De las interpretaciones poco puedo decir: concentración, efusividad poética, delicadeza bien entendida, sensualidad y un fraseo tan flexible como lleno de cantabilidad son las cualidades que el anciano maestro derrocha en estas interpretaciones marcadamente apolíneas, y por ende complementarias a las más vigorosas de un Barenboim o más ricas en concepto de un Arrau, pero en cualquier caso excepcionales. Se le pueden poner pegas a los trinos de Kempff, no del todo ágil de dedos, pero lo cierto es que aun así les suenan con naturalidad, no de manera mecánica, y con ellos consigue evocar de maravilla las irisaciones del agua en la Gondoliera (¡qué maravilla!) o el gorjeo de los pájaros en la predicación de San Francisco. Lo dicho, un disco admirable por todo.
Un cajón de sastre para cosas sobre música "clásica". Discos, conciertos, audiciones comparadas, filias y fobias, maledicencias varias... Todo ello con centro en Jerez de la Frontera, aunque viajando todo lo posible. En definitiva, un blog sin ningún interés.
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