En la primavera de 2013 decidí abandonar la revista Ritmo. En este blog ya he explicado algunas de las razones que me llevaron a tomar semejante decisión, pero me parece oportuno indicar ahora cuáles fueron dos de los detonantes de mi marcha: la decisión por parte del anterior redactor jefe de dejar sin publicar, entre otros diversos textos, mi crítica de los soberbios Preludios y fugas de Shostakovich por Alexander Melnikov –un disco que me curré muchísimo–, y el enorme y poco recompensado esfuerzo que realicé para sacar la entrevista a Teodor Currentzis. Aún recuerdo las horas que pasé frente al ordenador intentando descifrar lo que decía a bajísimo volumen –y en inglés, por descontado– este señor, para que luego me dijeran que ya no nos iban a enviar ejemplares de la revista en papel por aquello de los recortes.
Bueno, pues como ya algunos lectores han podido observar, he vuelto al redil. Quiero agradecer desde aquí la invitación por parte de Gonzalo Pérez Chamorro en lo que interpreto como un gesto de recuperación de la confianza mutua. Ya dije que para mí, pese a todas las importantes diferencias habidas y por haber, siempre fue un honor escribir en la revista con la que aprendí y con cuyas principales líneas de crítica musical me sigo identificando.
Curiosamente, y sin que yo haya abierto la boca, mi retorno parece un verdadero “diríamos ayer”: en el número de Diciembre me publican la crítica del disco de Melnikov, recién reeditado por Harmonia Mundi, y escribo una página sobre los dos últimos lanzamientos de Teodor Currentzis, unos soberbios Shostakovich y Rameau. Para más adelante escribiré sobre la (muy irregular) Novena de Mahler de Chailly en Leipzig, el (mediocre) Schumann y Mendelssohn de Gardiner con la Pires, el (decepcionante) Shostakovich de Leticia Moreno y las (curiosas) sinfonías de Beethoven por Rudof Barshai que ha recuperado Melodiya.
4 comentarios:
Hola! Mucho que me alegro por ti, que descuelguen el teléfono y te llamen para que vuelvas. Yo, como si hubiera entrad al averno dantesco, perdí toda esperanza y no creo que vuelva a escribir más en una revista de música clásica, y menos en la crítica discográfica. Me dieron la patada, reaccioné mal y aquí me tienes, ya casi dos años de sequía. Si crees que pueda echar alguna mano en algún medio con alguna crítica de discos, mi verdadera y gran pasión, por no decir única en esta azarosa vida, házmelo saber. Un abrazo.
¡Enhorabuena, Fernando! Mereces que tus escritos se divulgen nuevamente en una plataforma del prestigio de "Ritmo". Un fuerte abrazo.
Anónimo, en Ritmo soy el último mono, y a los de la competencia no les conozco ni de vista. No puedo ayudar mucho, pero... ¡tampoco sé quién eres!
Pablo, muchas gracias.
Amigo anonimo, haga como yo que juego a critico musical en amazon.es. me meto en la pestaña de un disco y lo comento. Asi de paso hace uso de sus conocimientos e ilustra a posibles compradores. Con respecto a la vuelta a Ritmo, desgraciadamente las bibliotecas no la tienen para leer, no asi la de la competencia, aunque las leo por saber que discos se publican mas que por las opiniones en si que la mayoria de las veces son como el perrito de HMV.
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