El programa se abre con la Sinfonía Clásica de Prokofiev. La orquesta es ideal para esta partitura, pero la dirección de Gergiev, sin duda encendida y dotada de un acertado sentido del humor, resulta más bien gruesa. Su Allegro inicial está bien resuelto, sin ser precisamente refinado; el Larghetto resulta más nervioso de la cuenta, en absoluto elegante y muy basto en el clímax; la Gavotta funciona sin problemas, con unas maderas que suenan con la incisividad y carnosidad apropiadas para el autor; en el Finale Gergiev se aprovecha del virtuosismo de los vieneses y se echa a correr sin preocuparse de matices y otras zarandajas. En conjunto, una interpretación sin interés.
Viene a continuación el Concierto para viola de Schnittke, compuesto en 1985 precisamente para quien lo interpreta en Salzburgo, un Yuri Bashmet que se muestra genial –auténtico fuego, pero perfectamente controlado– en la recreación de estos pentagramas que a ratos aburren, a ratos resultan acongojantes e incluso fascinantes. Gergiev se mueve como pez en el agua en el desconcertante collage estilístico propuesto por el autor y dirige, ya que no con finura, sí con vehemencia y con el necesario sentido de lo mortuorio que planea por la obra. Me parece difícil que se pueda escuchar por ahí una interpretación superior a esta, globalmente soberbia.
Para terminar, el maestro ruso ofrece El pájaro de fuego –el ballet completo, no una de las suites– en una notable recreación caracterizada por su fraseo nervioso, su tímbrica incisiva y, sobre todo, por su vitalidad, garra y carácter narrativo. Y afortunadamente, solo en contados momentos contados aparecen los detalles de brutalidad marca de la casa. Ahora bien, Gergiev no se para a matizar mucho en lo expresivo, no se interesa apenas por la sensualidad de la escritura stravinskiana y se muestra poco concentrado cuando debe, por lo que el resultado pierde tanto en atmósfera como en lirismo. Con la misma orquesta y también en Salzburgo, editada en DVD por CMajor, es muy preferible la interpretación dirigida por Boulez en 2008.
¿Merece la pena, pues, el DVD comentado? Que decida el lector. Para los muy interesados en Schnittke, yo diría que la recomendación está clara. Solo quiero añadir que la toma sonora no es todo lo buena que podría haber sido, aunque al menos ofrece surround auténtico por los canales traseros. Ah, vienen entrevistas a Gergiev y Bashmet, aunque subtituladas en un castellano vergonzoso y por momentos ininteligible.
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