sábado, 17 de septiembre de 2011

Bach en la encrucijada: grabaciones de EMI entre 1957 y 1980

BACH: las grandes obras corales.
Solistas. Varias orquestas y directores.
EMI 0 97896 2
11 CDs 746’56’’
ADD
EMI Music Spain
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Las grabaciones que ofrece esta caja, datadas entre 1957 y 1980, pertenecen a un periodo crucial en el desarrollo de la interpretación bachiana en el que los acercamientos “a la romántica” van a ir siendo sustituidos por dos modelos distintos: el historicista de Leonhardt y Harnoncourt que terminará triunfando y el digamos tradicional-renovado de un Richter, un Rilling o un Marriner, al que corresponden la mayoría de los testimonios aquí incluidos.

No es el caso de la Cantata BWV 147 que dirigía en 1957 Geraint Jones al frente de sus mediocres agrupaciones propias, interpretación pesadota, excesiva en el legato, sin duda sensual en los coros pero bastante mediocre en los recitativos; regular los cantantes, entre los que sorprende encontrarse a una aniñada Joan Sutherland. Es sin embargo interesantísima la Misa en Si menor que grabó ya en 1980 el anciano Eugene Jochum: una dirección de texturas y dimensiones brucknerianas, con toda la calidez y el pathos del Bruckner que suele ofrecer este director (sensual el “Qui tollis”, atmosférico “Et incarnatus”, visionario a más no poder el “Sanctus), aunque por momentos más laxo de la cuenta, al menos en los pasajes camerísticos. Entre los solistas destacan Helen Donath y Brigitte Fassbaender.

Se han conservado bien las versiones que grabó en la segunda mitad de los sesenta Wolfgang Gönnenwein, sobre todo por la cálida expresividad que sabe extraer del excelente Süddeutscher Madrigalchor. Es verdad que su Pasión según San Mateo se ha quedado anticuada por su articulación en exceso tradicional, su escaso sentido de los contrastes y su espíritu más “venerable” que dramático, pero la Pasión según San Juan sigue siendo una maravilla. En los dos casos Theo Altmeyer ofrece un excelente Evangelista y Franz Crass un Jesús demasiado rocoso. Sería notable el Oratorio de Pascua a cargo del propio Gönnenwein si no fuera por la mezzo Patricia Johnson.

El Oratorio de Navidad de Sir Philip Ledger, registrado en 1976, sobresale igualmente por la fuerza expresiva de los pasajes corales, aunque la parte orquestal de estos números no ofrezca toda la claridad polifónica deseable. Robert Tear se ve lastrado por la fealdad de su voz, Elly Ameling y Fischer-Dieskau dan buena cuenta de su arte y la excelsa Janet Baker, elegantísima, resulta un punto distanciada. El Oratorio de la Ascensión por el propio Ledger resulta algo más laxo de la cuenta, triunfando en los coros inicial y final. Y extraordinario el Magnificat que grabó en 1968 un tal Daniel Barenboim, una interpretación animada y contrastada, vibrante cuando debe, con garra dramática y enorme vuelo lírico en los pasajes introvertidos.

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Artículo publicado en el número de septiembre de 2011 de la revista Ritmo.

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