Los señores de Medici.tv tuvieron a bien filmar el concierto que Daniel Barenboim y la Orquesta del West-Eastern Divan ofrecieron el pasado 21 de mayo en la Sala Pleyel de París dentro de una gira que comenzaba en Doha (Catar) y pasaba asimismo por Milán, Roma, Viena y Berlín. No solo eso, sino que lo han colgado en su web, con espléndida calidad de imagen y un sonido algo recortado en la gama dinámica, para que todos ustedes lo vean gratuitamente (hay otros vídeos que son de pago) haciendo click. Puede ocurrir que no tengan una conexión rápida; en tal caso, mi recomendación es que utilicen un programa tipo “Replay Media Catcher” y descarguen todo el contenido a su disco duro para verlo después sin sobresaltos, e incluso de ahí lo pasen a DVD normal y corriente si tienen tiempo. En cualquier caso lo que les recomiendo es que no se pierdan esta grabación, porque es magnífico testimonio del momento creativo que vive Barenboim y de la calidad que ha alcanzado su orquesta multicultural.
El Adagio inicial de la Décima de Mahler me ha convencido bastante más que el que le escuché en Granada hace dos años (enlace): las tensiones están ahora mejor sostenidas y el enfoque un tanto contemplativo y resignado ha sido sustituido por uno mucho más intenso, cálido y extrovertido, aunque siempre de una línea de amplio aliento romántico mucho antes que expresionista, lo que implica que los clímax no ofrecen toda la estridencia deseable. De la Sinfonía Heroica no hay mucho que decir: sonoridad robusta, cálida y empastada para una interpretación en la mejor tradición centroeuropea, de fraseo natural y efusivo, cuidadosa con la polifonía –particularmente con las maderas- y atenta al componente “hercúleo” de la creación beethoveniana, aunque muy alejada del exhibicionismo tipo Karajan e imbuida de una expresividad siempre sincera. En todo caso habría que apuntar que, como ya ocurriera en la lectura frente a la Orquesta dela Scala de Milán de 2007 retransmitida por televisión, este no ha sido Beethoven tan escarpado y rebelde como ha hecho otras veces Barenboim, encontrando a cambio una dosis mayor de sensualidad, de flexibilidad e imaginación. La orquesta, estupenda, aunque su virtuosismo no sea el mayor posible y haya algún que otro desajuste que el maestro, con cara de circunstancias, se apresura a corregir. Lo dicho, no se lo pierdan.
6 comentarios:
Voy corriendo. Esto no me lo pierdo por nada del mundo. Ufff. Vamos, vamos, que empiezan a tocar los niños.
¿Niños? ¿Se refiere a los primeros atriles de la Filarmónica de Berlín, la Staatskapelle de Berlín, la Radio Bávara y la Filarmónica de Israel? Lo demás también están un poco creciditos, ¿no? Ande, déjese de decir imbecilidades y vea el vídeo. Aunque bien pensado de poco le servirá, porque por muy bueno que éste sea su cerebro obviamente no está capacitado para percibirlo.
No se ponga violento que todos sabemos que usted cobra dineritos de la Fundación. Que si notitas por allí que si notitas por allá. Tanto peloteo infecto debía servirle para algo.
Tiene gracia el comentario este de los dineritos y las notitas. Apuesto que el Anónimo sabe mucho de dineritos y mamoneos, me da en la nariz. El que se pica, ajos come... J.S.R.
Mi vínculo con la Fundación no tiene ni un año de vida aún: las notas al programa del pasado verano y las de un concierto en Málaga en Navidad. Nada oculto porque todo está en mi blog.
Sin embargo, llevo escribiendo bien de la WEDO durante muchos años ya, desde que llegó a Andalucía. Lo hice incluso cuando me trataban constantemente a patadas, y comprándome yo mismo las entradas. No soy como otros, que solo escriben bien si hay algo a cambio, y viceversa.
Y quítate la máscara, hombre, y a ver si aprendes lo que es "calar" antes de meter otra vez la pata.
JSR, tienes razón; ya te contaré por privado lo que este "anónimo" le sacó a Juan Carlos Marset. ¡Qué facil es escupir con la máscara puesta! Por suerte la hijoputez se lleva en el rostro y en lo que se escribe, sea con pseudónimo o con el nombre verdadero.
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