Arias y canciones.
Varios directores y orquestas.
Decca, 4661002
61’23’’
ADD/DDD
Universal
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Firmas mucho más autorizadas que la mía han explicado ya en esta revista qué es (qué fue) Pavarotti: una materia prima de excepcional calidad, y concretamente una de las voces más hermosas jamás escuchadas, en posesión de un músico distante de lo genial. Cuando ponía voluntad y/o detrás de él se hallaba un director en condiciones, el goce podía llegar a ser indescriptible. Cuando no, podía pasar de todo.
Este es el producto más comercial de la reciente avalancha Pavarotti en Decca. Bienvenido sea: está planteado para satisfacer al “gran público”, pero también para crear afición. En el primer compacto, muy entretenida selección de las consabidas canciones italianas, por lo general cantadas con entrega y desparpajo; arreglos a veces vulgares, a veces rutilantes, como los que corren a cargo del inolvidable Henry Mancini.
En el segundo cedé, variopinto muestrario de su arte operístico en el que no hay ni Verdi ni Nessun Dorma, pero sí joyas del calibre de su Manina con Karajan. Para el “experto“ también tiene interés. Por ejemplo, escucharle sus inhabituales Mozart, Schubert, Giordani o Gluck, y sacar jugosas conclusiones. Si usted no tiene aún un sampler dedicado al modenés, ya sabe.
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Artículo publicado en el número de enero de 2002 de la revista Ritmo.
PS. Hoy lunes seis de septiembre se cumplen tres años de la desaparición del inolvidable tenor modenés. Descanse en paz.
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