Hetna Regitze Bruum, soprano. Kristoffer Hyldig, piano.
Naxos, 8.572189
65’ 19’’
DDD
Ferysa
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En Dinamarca y con artistas daneses grabó Naxos, en junio de 2008, este notable disco que nos permite comparar las breves Trois Mélodies, compuestas en 1930 por un Messiaen de veintidós años a la memoria de su madre, con su gran y hermosísimo ciclo Harawiri, canciones de amor y muerte, ya de 1945. Si en el estatismo y la esencialidad de las primeras se reconoce la personalidad del compositor dentro de una fuerte influencia de Debussy, en las segundas el francés ya ha desarrollado plenamente su lenguaje, incluyendo la fascinación por el canto de los pájaros, por los abismos insondables, por las culturas remotas en el espacio y el tiempo (en este caso el Perú de los incas) y por una sensualidad que sabe conjugar el placer corporal y el éxtasis místico. Se detectan además paralelismos muy evidentes con la Sinfonía Turangalila, que empezaría a escribir poco después.
Hetna Regitze Bruum sale airosa de su dificilísima parte de soprano dramática haciendo gala de una voz oscura, de graves profundos, y un agudo algo apurado pero poderoso. Kristoffer Hyldig se mueve sin problemas en el estilo de un compositor que conoce muy bien, pero aún podría ofrecer mayor depuración sonora. Lástima que no se incluyan los textos cantados.
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Artículo publicado en el número de abril de 2010 de la revista Ritmo.
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