lunes, 30 de marzo de 2009

Jarre by Jarre

Ha fallecido Maurice Jarre. Que a sus ochenta y cuatro años llevara ya un tiempo retirado de la composición para la gran pantalla no impide que los aficionados a la música de cine nos sintamos apesadumbrados por la pérdida que quien ha sido, pese a sus insuficiencias y desigualdades, uno de los grandes compositores de bandas sonoras entre principios de los sesenta y finales de los noventa. Como pequeño homenaje personal quiero traer aquí el que quizá sea el disco más recomendable para acercarse a su música.

Jarre by Jarre fue una producción realizada para CBS por David Motley (más tarde responsable de las últimas grabaciones de Giulini) y pensada aún para el LP: de ahí su escasa duración de cuarenta y cinco minutos. Con la espléndida Royal Phiharmonic a sus órdenes, el propio compositor tuvo la oportunidad de dirigir suites o temas de Lawrence de Arabia, La hija de Ryan, Doctor Zhivago, Pasaje a la India, La caída de los dioses, Único testigo, Arde París?, Mad Max III y Villa cabalga. Una reivindicación en toda regla, pues, del Jarre sinfónico y espectacular (la página de Único Testigo se ofrecía en orquestación del malogrado Christopher Palmer) en un momento, el año 1987, en el que el compositor se hallaba inmerso en su período puramente electrónico.

En la temporada 1988-89 Maurice Jarre visitó los Encuentros Internacionales de Música de Cine de Sevilla (nunca lamentaremos lo suficiente su desaparición) para ofrecer en el Teatro Lope de Vega un programa con estas mismas suites de concierto, algunas de ellas ampliadas, más otras piezas diversas de su cosecha. De las ondas Martenot se encargaba nada menos que Jeanne Loriod, la cuñadísima de Messiaen. Se trató desde luego de un concierto muy vistoso, y muchos aplaudimos entonces a rabiar, pero la audición del disco compacto que más tarde editarían Varese Sarabande y la Fundación Luis Cernuda hoy no permiten dudar que se trató de un mal concierto, tanto por la mediocridad de la Sinfónica de Madrid como por la dirección de un Jarre entregado a la vulgaridad más estrepitosa.

Este disco de CBS, grabado de manera espléndida con tecnología digital, nos mostraba sin embargo a un Jarre comedido, elegante y cuidadoso que procuraba –orientado sin duda por el productor- disimular todo lo posible la tendencia al empalago de sus melodías y el regodeo decibélico de sus orquestaciones. El resultado fue magnífico. Como aún se puede encontrar con facilidad en las más famosas tiendas de Internet, me permito recomendar vivamente este compacto por el que, independientemente de sus cualidades puramente musicales, siento un cariño muy especial: fue el primero que compré en mi vida.

2 comentarios:

Nemo dijo...

Gorilas en la Niebla (1988) es quizás la partitura de Jarre (padre) más y mejor acabada.

Es sabido que su hijo Jean-Michel, que estudió con Pierre Shaeffer, se dedica a la música electrónica, desde principios de los años 70, pero es en 1984 cuando publica uno de sus discos más espectaculares, Zoolook, basado en voces "sampleadas". A Maurice el disco le impactó tanto que felicitó al hijo, a pesar que no han tenido nunca mucha relación.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Sí, me acuerdo de Zoolok. Mi padre compró el disco, qué tiempos. Gracias por la aportación.

¡Menos chichi y más chicha!

Perdón por el chiste malo y ordinario, pero tenía que hacerlo. Acabo de salir del Ateneu Ruman (sí, estoy en Bucarest) de escuchar el Concie...