lunes, 20 de octubre de 2008

Impresionante Solti inédito: Beethoven y Schubert

Si uno le echa un vistazo al fondo de catálogo de Unitel (enlace), se da cuenta de que cada vez son menos las cosas realmente imprescindibles que quedan por aparecer en DVD: casi todas las filmaciones golosas (Bernstein, Karajan, Böhm, Abbado, Ponelle) se las han ido repartiendo casi todas entre Universal y Euroarts. Pero he aquí que de pronto aparece una joya que no había visto la luz ni en VHS ni el Laser Disc. Bueno, en realidad son dos joyas.


Una de ellas es la primera mitad de un concierto que sí conocíamos desde hace tiempo: el de la espléndida Séptima de Bruckner que ofreció Sir Georg Solti en los Proms el 5 de septiembre de 1978 al frente de la Sinfónica de Chicago, editada en diversos formatos por Decca. La obra que faltaba es la Primera de Beethoven que ahora ofrece Medici Arts. La interpretación hace gala de las virtudes propias de ese Beethoven de Solti que se aparta voluntariamente de las "brumas" germánicas para ofrecer una visión de la creación sinfónica del compositor menos robusta, más ágil, ciertamente menos "filosófica", pero no por ello exenta de sinceridad y de fuerza dramática, como tampoco de elegancia ni de belleza sonora; todo ello haciendo siempre gala de la electricidad y brillantez emblemáticas del maestro húngaro, claro está.

Lo interesante aquí es que en esta ocasión, a diferencia de lo que le ocurrió en su nerviosa y un tanto precipitada grabación de estudio realizada en 1990 (la de principios de los setenta no la conozco), Solti aborda esta partitura con toda la concentración, la flexibilidad y el vuelo lírico que la música demanda, redondeando una interpretación admirable desde cualquier punto de vista, no siendo el menor de ellos la inalcanzable ejecución orquestal por parte de la orquesta norteamericana.



Claro que lo mejor de este nuevo DVD está en el Schubert que viene después, grabado en diciembre de 1979 en el propio Orchestra Hall de Chicago. La Inacabada (o Incompleta, pues no está del todo claro que el compositor no la terminara) es impresionante, desde luego, al igual o más aún que su lectura de estudio con la Filarmónica de Viena cinco años posterior: rebelde, poderosa y dramática interpretación, no particularmente reflexiva pero sí tensa, fabulosamente planificada y tocada de manera portentosa, obteniendo Solti, particularmente concentrado, una arquitectura y una claridad impresionantes. A la altura, seguramente, de la lectura de Günter Wand en DVD de la que hablé en este mismo blog (enlace).

Pero más asombrosa aún es la Sexta, de la que no existía grabación oficial del maestro. La obra no es precisamente fácil, pues hay que saber conjugar la parte luminosa y chispeante de la pieza, ineludible, con un vuelo lírico y una tensión interna sin las cuales esta sinfonía se queda en página menor. Al contrario que otros célebres directores, que o bien se quedan en lo coqueto o les falta desenfado, Solti consigue plenamente dicho equilibrio, hasta el punto de que esta es la interpretación que más me gusta de la obra, al obtener una fuerza dramática portentosa, que mira claramente hacia la grande, sin perder un ápice de elegancia, coquetería, frescura y sentido del humor. De nuevo impresionante la orquesta, a cuyos solistas deberían ponerles un monumento.

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