No hace muchos años declaraba José Bros en la prensa que se considera plenamente conservador en lo político y en lo musical. Yo me sitúo (o al menos me gustaría considerarme) en el polo opuesto. Tampoco es su línea de canto apolínea la que a mí más me motiva. Y sin embargo mantengo una profundísima admiración por el tenor catalán, no sólo como cantante sino también, en líneas generales, como artista y profesional. ¿Por qué?
Bros nunca ha tenido un instrumento privilegiado; en realidad el suyo es más bien insignificante. Pero este señor ha sabido, tomando conciencia de sus limitaciones canoras, escoger un repertorio apto para su voz y acorde con su sensibilidad y, sobre todo, trabajar muy duramente para mejorar su técnica. Nunca ha estado conforme consigo mismo y ha insistido cada día para superarse, siempre planificando la carrera con una prudencia y un tacto encomiables, corriendo sólo los riesgos precisos y prefiriendo convencer al público poco a poco con los éxitos precisos y necesarios antes que lanzarse a la aventura de cantar lo que le hubiera conducido rápidamente al estrellato.
El resultado: una técnica soberbia en manos de un artista que frasea con un gusto exquisito y que canta lo que debe cantar. Sin duda, y dejando a un lado el caso muy distinto de Domingo, José Bros es el número uno de los cantantes españoles de la actualidad, y una de las más grandes voces del bel canto a nivel mundial. La semana pasada estuvo estupendo en Sevilla en La tabernera del puerto. Y esta misma noche ha triunfado por todo lo alto en su recital de zarzuela clausurando el curso de la universidad hispalense. Con todo merecimiento: Bros es un modelo de cómo el buen gusto, la inteligencia, la modestia, el afán de superación y el trabajo duro pueden conducir a un artista a lo más alto.
Un cajón de sastre para cosas sobre música "clásica". Discos, conciertos, audiciones comparadas, filias y fobias, maledicencias varias... Todo ello con centro en Jerez de la Frontera, aunque viajando todo lo posible. En definitiva, un blog sin ningún interés.
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3 comentarios:
Encuentro una personalidad admirable en José Bros, aunque muy poco se de el.
Como necesitaríamos establecer relaciones culturales con los amantes españoles de la zarzuela, para que nos apoyen a emprender en Asunción, Paraguay, huérfana de estímulos, las preciosas obras de nuestros ancestros. En 2003, me cupo dirigir con gran esfuerzo y un relativo resultado artístico, la Luisa Fernanda. Por lo demás desde mis años jóvenes de 4 a 5 décadas atrás, nada hubo en zarzuela española por aquí.
Esto no es a modo de pedido, sino solo de catarsis, admirado por lo que en otras latitudes se hace con tanta calidad y naturalidad.
Afectuosamente
José Luís Miranda Fiori
Director de Escuela Musical
mirandafiori(*)hotmail.com y/o gmail.com
Es verdad todo lo que dice usted, pero no es oro todo lo que reluce. Bros no tiene una gran voz pero sí tiene una gran técnica, es verdad. Y por ello ha conquistado teatros en todo el mundo. Pero no olvidemos que no se puede idealizar a nadie. Bros ha metido la pata en varias ocasiones, como la de Rogoletto en el Real, o cantar el aria de "La Fille" en "El Duo de la Africana". Su técnica le permite hacer cosas maravillosas, pero sabe que cuando se empieza a salir de "su sitio" sufre y mucho. Entonces ¿porqué lo hace? Sabe que en la zarzuela tiene que hablar y después cantar, y va y escoge un aria estratosférica. No quiero decir con esto ni que sea malo ni que le falten neuronas ¡Ojo! Pero sí que no es coveniente etiquetar a nadie de "casi perfecto", porque nadie lo es.
Este tipo de meteduras de pata las ha habido en todos los "grandes", incuidos Pavarotti, Krauss y otros.
Un saludo.
Absolutamente de acuerdo con su(anónimo)comentario. El Rigoletto del Real lo evité cuidadosamente, porque me estaba oliendo la tostada. Veremos si se recupera de el presunto bache que le está afectando. Un saludo.
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