Tenía yo muchas ganas de escuchar a Maximiano Valdés en directo. Me ha parecido un director con muchísimo oficio y no tanta inspiración, pero en cualquier caso muy sólido. La obertura de Coriolano ha estado muy bien sonada y trazada, aunque le ha faltado densidad dramática, garra... alma, en definitiva. Lo mismo ha ocurrido con el Concierto para chelo de Barber, una obra en la que el chileno parece no creer mucho, lo que puede comprenderse dados los altibajos de su escritura.
Sin embargo ha hecho una estupenda Renana, consiguiendo no solo una admirable claridad y un perfecto empaste, sino también un notable equilibrio entre los aspectos líricos, épicos y dramáticos de la página. Estupenda la Sinfònica de Sevilla, especialmente las trompas. Un descubrimiento la chelista Anne Gastinel: tiene un sonido no grande pero sí precioso, y su variedad expresiva es admirable, aunque siempre dentro de una línea más meditativa y delicada que desgarrada. Me lo he pasado bien. Ahora escribiré la crítica para el siguiente número de Filomúsica.
Un cajón de sastre para cosas sobre música "clásica". Discos, conciertos, audiciones comparadas, filias y fobias, maledicencias varias... Todo ello con centro en Jerez de la Frontera, aunque viajando todo lo posible. En definitiva, un blog sin ningún interés.
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