viernes, 13 de junio de 2008

Kuijken con la Barroca de Sevilla

No más de cien personas nos congregábamos esta noche en el Villamarta para escuchar a la OBS bajo la dirección de Sigiswald Kuijken. Normal, porque en Jerez la gente no está acostumnbrada a pagar para escucharla. Y eso que la acústica en este recinto es soberbia, ideal para esta orquesta, y desde luego muy superior a la de las iglesias donde normalmente actúa. Para la próxima vez hay que hacer más promoción del evento.

Irregulares los resultados, pues aunque la formación sonó francamente bien, salvando algunas comprensibles pifias de las trompas, las maneras de hacer del veterano Kuijken, tan de la escuela holandesa, no terminan de casar ni con Haydn ni con Mozart. Lo mejor fue que no se trató de un Clasicismo al uso, es decir, liviano, superficial y falsamente amable, sino aristado y dramático, con una buena dosis de rusticidad y una articulación bien marcada. Lo peor, que Kuijken se quedó muy corto en vuelo lírico, emotividad y en matices expresivos. Le salió muy plana y aburrida la Sinfonía nº 47 Palíndromo, como le ocurrió también en el Concierto para trompa nº 1, con un Jorge Rentería de admirable musicalidad enfrentándose a numerosos problemas técnicos. Mejor el Divertimento a 9 Hob. II, 20, y de menos a más la Sinfonía nº 33 de Mozart.

En cualquier caso es una gozada escuchar estas obras en directo, y más aún con instrumentos originales, al menos para mi gusto. Y está bien haber comprobado como la flexible Barroca de Sevilla es capaz de conseguir el sonido de La Petite Bande que demanda el director. Claro que uno sigue echando de menos a gente como Brüggen y Pinnock para este repertorio: esos sí que son realmente extraordinarios.

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