sábado, 10 de junio de 2023

Sevilla no es homófoba

Era de esperar: los pijoprogres han salido en tropel en las redes sociales acusando a la homofobia de los abucheos –me consta de muy buena tinta que intensos, para nada cuatro gatos– recibió la Tosca de Rafael Villalobos en el Maestranza. Peor aún, se habla de "homofobia sevillana". Mienten con todo el descaro: Sevilla no solo no es homófoba, sino que es probablemente (¡y maravillosamente!) una de las ciudades más gay-friendly de Europa. Basta con pasearse por el centro de la ciudad para comprobarlo. ¿Que entre el público que acostumbra a ir a la ópera hay una mentalidad más conservadora? Es probable.


Ahora bien, la lectura atenta de todo lo que se ha escrito sobre el pase de esta Tosca por el Liceu y por Sevilla deja claro que la afirmación (aquí) del diario ABC –que es no es progresista sino muy de derechas, dicho sea de paso– según la cual se abucheó "una escena homosexual" es incorrecta. Lo que a todas luces debió de levantar las iras del público fue que al comenzar el segundo acto el regista sevillano metiese una monumental morcilla sobre la vida y las ideas de aquel cineasta comunista y católico –rematadamente católico, sobre todo en la época en que filmó Saló– llamado Pier Paolo Passolini. Es decir, que en lugar de encontrarse con la dramaturgia a la que fielmente sirvió Puccini con su música, tuviese que soportar un discurso metido con calzador con el que director de escena pretendía convertirse en el rey de la función. No, el problema no es que se viera a dos hombres besarse: insisto en que eso se puede ver con total normalidad en cualquier calle de Sevilla.

Por descontado, el asunto le ha funcionado a Villalobos bastante bien: se habla muchísimo de él, que es lo que desea. No debe extrañar, incluso, que haya quienes le hayan puesto por las nubes, toda vez que hay críticos que se dedican a valorar positiva o negativamente un espectáculo en función de si se ajustan o no a la conocida como "ideología de género". Bueno, no solo en la ópera, sino también en el campo del cine. Esto me recuerda a aquella revista católica llamada Film Ideal en la que se buscaba que las películas transmitieran los valores moralmente correctos y se reprobaban las graves desviaciones. Ahora al revés, pero exactamente lo mismo: ¿se ajusta la película o la producción escénica de la ópera a la "ideología de género" o, por el contrario, transmite perniciosamente al público los valores de la opresión heteropatriarcal? Difícil alcanzar mayor grado de puritanismo, y encima con el disfraz de ser el colmo en la progresía.

Villalobos sabe que ahora las cosas funcionan así, y en ello se refugia: en el discurso victimista. Me recuerda a esos alumnos mediocres y provocadores que siempre buscan ser el centro de atención y que, cuando ven el suspenso delante, se defienden con aquello de que "el profesor me tiene manía porque...".

PD. La foto es del Facebook del Maestranza.

12 comentarios:

Mireia P.B. dijo...

En el Liceo se abucheó la Tosca. En mi función una señoras de quinto no paraban de gritar "Puccinni, Puccinni..." y escandalera máxima con el coro amplificado..."Microfons al Liceu: quina vergonya!"...

En cambio en "Alexina B" se aplaudió a rabiar una historia de intersexualidad con representación en directo de un órgasmo y amplificacion y música pregrabada.

El mismo público mas o menos.

También quiero reseñar que por las Ramblas oi a unas jovenzuelas veinteañeras el dia de la "Tosca" diciendose que tenian que ir mas a menudo a Liceu...y no porque la propuesta villalobina les "suliveyase" sino porque les encantó el rifi rafe que montaron mis compis de piso, principalmente.

Andrés dijo...

Ya sé que no lo va a publicar, pero sólo quiero expresarle que estoy totalmente de acuerdo con usted en este asunto.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Mireia, lo que usted señala es revelador. En cuanto al coro amplificado, parece que en Sevilla se llegó a una solución mucho menos mala, pero que aún así me resulta equivocada: situar al coro en el anillo que cubre la sala del Maestranza. Esa solución funcionó maravillosamente bien para el coro de niños que exige el War Requiem de Britten (con Rostropovich, allá por 1992), pero en Tosca el coro tiene que estar en escena. Lo piden de manera inexcusable la música y la dramaturgia.

Andrés, parece que por una vez estamos de acuerdo en algo. Supongo que estamos todos cansados. Muy cansados.

Fouquier de Tinville dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con lo expresado en esta entrada.

Este neopuritanismo moral es un producto importado de los estados unidos luteranos, donde la izquierda no podía vender los principios de igualdad (debido al marcado individualismo cultural, al racismo y a la necesidad de mantener un gran ejército, que hace las funciones de estado del bienestar). Inventaron mercancías alternativas, piezas de esa estrategia que pretende fraccionar la sociedad en "colectivos" enfrentados, quedándole al poder político la tarea de mediador en dichos conflictos. Una barbaridad que destruye la idea ilustrada de ciudadanía, base de toda pretensión de igualdad de oportunidades y justicia. Esa basura se ha comprado en Europa precisamente cuando a la izquierda tradicional se le han agotado los argumentos. En ningún país europeo se lo han tragado, y parece que tampoco será así en España. Este artículo del gran García Domínguez lo cuenta con la gracia y precisión en él habituales:

https://www.libertaddigital.com/opinion/2023-06-06/jose-garcia-dominguez-en-la-izquierda-no-cabe-un-sordo-mas-7022904/

Pedro Verde dijo...

Muchísimas gracias por su comentario, es la expresión justa de lo que muchos salimos pensando del Maestranza. Me permito añadir que este tipo de morcillas ideológicas tienen lugar por dos razones, además de la razón histriónica y de llamar la atención muy bien explicada por vd. La primera es muy sencilla: el morcillero ya había cobrado. Los que cobramos con arreglo a lo que primero trabajamos nos cuidamos muy mucho de que el destinatario quede satisfecho, o no volverá a contar con nosotros. Cobrando por adelantado y sin riesgo de reclamación, así cualquiera.
La segunda es parecida pero mucho más sibilina: os sirvo mi negro embutido cuando más acomodados y a oscuras estéis atornillados a la butaca. Ahí, en toda la boca y sin anestesia. Ahora me vais a escuchar porque yo lo valgo. Porque en una producción mía difícilmente os veré aparecer, así que me cuelo en la vuestra y os restriego toda la bilis que me hacéis segregar. Fachuzos.
Y ya está. Más viejo que el sol. Os utilizo para criticaros, os utilizo para mi consecuente victimismo, utilizo y me invento un personaje que yo le veo una conexión guay, utilizo al compositor y a los libretistas y me paso por el forro su maestría porque aquí no hay más que la mía, utilizo a quienes me servirán de palmeros con toda seguridad (qué remedio les queda) y bueno, si tengo que utilizar a los gays para mi paranoia que sepan que es por su bien y me erijo en su representante.
Pues no señor, no todo vale. La transgresión hace falta mucho más talento para saber hacerla valer.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

El artículo de García Domínguez no me ha gustado nada, lo siento mucho. De hecho, el careto del articulista me echa para atrás. Pero sí, Fouquier, el puritanismo es protestante y de Estados Unidos, ese lugar en el que se hizo caer a un presidente no por corrupción ni nada de eso, sino por follarse a una becaria, asunto este que debería importar únicamente a la señora esposa de Bill Clinton y no a la opinión pública.

¿Que por qué lo ha importado cierto progresismo europeo? Permítame que le dé una interpretación desde la izquierda: como resulta imposible hacer una política verdaderamente de izquierdas en lo económico, porque nada se puede hacer frente al neoliberalismo globalizado, los partidos que se dicen progresistas necesitan mostrar algo vistoso con lo que distinguirse en algo de los conservadores. Se agitan las banderas del feminismo y lo LGTB, y ya está. Ojo, esto no significa que estas banderas no necesiten ser agitadas. Sí lo necesitan, al menos en un país en el que decenas de mujeres son asesinadas por sus parejas o en el que, como ocurrió el otro día en el metro de Barcelona, se producen agresiones homófobas. El problema llega cuando esas banderas se agitan de manera histriónica, porque el resultado es justo el opuesto al que se pretende conseguir: el rearme de la extrema derecha.

Ciñéndome al campo musical, me resulta preocupante que haya un crítico en Sevilla, que fue amigo mío, que haya escrito en varias ocasiones que los argumentos de las óperas son machistas (incluido el de Jenufa, que es una de las óperas más rabiosamente feministas que existen) y que haya pedido varias veces, literalmente, que se cambien las dramaturgias para adecuarlas a la "sensibilidad actual". Eso es grave. Gravísimo. Por supuesto, él ha aplaudido sin reservas lo de Villalobos, creyendo ver "compromiso", sin pararse a pensar que la Tosca original ya tenía una muy considerable carga política, incluso anticlerical. De hecho, entre el muy conservador público del Teatro Real no pasó nada cuando a Scarpia (Ruggero Raimondi) lo convirtieron en cardenal y se hizo que la acción transcurriera en el mismísimo Vaticano, delante de la Piedad de Miguel Ángel. Sí pasa cuando al personal le toman el pelo dándole gato por liebre.

Sigo luego.

Mireia P.B. dijo...

Que yo sepa el Presidente Clinton "caer" lo que se dice "caer" no, que acabó su segundo mandato. Y mas no se puede despues de Roosevelt, Deleano.
Lo pusiero "a caer de un burro" , pero eso es otra cosa, el único defenestrado ha sido Nixon.

Aunque me parece que lo de la entonces señorita Lewinsky entra en ámbito de lo privado...cuando el "suceso" o "evento" ( como llamarlo sin perder las formas?) tiene lugar en el Despacho Oval, nada mas y nada menos! Quien no recuerda las tiernas imágenes de John John entrando en ese despacho para saludar a papa!
Y ahora ves el despacho...y es otra la imagen la que te imaginas.

Elena dijo...

No puedo estar más de acuerdo. La ideología de género , el lenguaje de género y la corrección política están haciendo este mundo un lugar más estrecho, menos libre, más asfixiante y encorsetado. Me salí al final del primer acto.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Perdonen ustedes, pero me falta tiempo para contestar. Lo hago ahora a Pedro Verde.
Mire, estoy básicamente de acuerdo con usted, pero me gustaría aclarar que no soy en absoluto enemigo de cualquier propuesta transgresora, simplemente por el hecho de serlo. En este mismo blog (http://flvargasmachuca.blogspot.com/2020/05/el-angel-de-fuego-en-munich-el.html) hablé de un Ángel de fuego que vi en Múnich que no tenía absolutamente nada que ver con la dramaturgia de Prokofiev, que además era “gay militante”, y que me encantó. Pero claro, el responsable era Barry Kosky, un señor con un talento descomunal que supo hacer que la música y su dramaturgia fueran de la mano, no cada una por su lado.

Lo que no soporto es que música que están pidiendo a gritos una acción muy concreta sean utilizadas como pretexto para montar un espectáculo “de autor”. El mes pasado escribí aquí mismo (http://flvargasmachuca.blogspot.com/2023/05/la-lulu-de-berlin-el-mayor-bodrio-de.html) que la Lulu que le encargó mi admiradísimo Daniel Barenboim a Andrea Breth me pareció horrorosa, porque lo que se veía no dialogaba en absoluto con lo que se escuchaba. Y eso es pecado mortal en una partitura en la que todo está al milímetro. ¡Si hasta los timbres de la puerta y del teléfono están dentro de ella!

El problema, por tanto, no es la ideología. De hecho, yo estoy plenamente de acuerdo con las ideas políticas de Rafa Villalobos, al que conocí cuando era muy joven y al que traté durante un tiempo. Con lo que estoy en rabioso desacuerdo es que una obra maestra absoluta cuya partitura exige unas cosas muy determinadas sea destrozada con el pretexto de hacer reivindicación ideológica, cuando en realidad el objetivo final es ascender en el mundillo de la manera más rápida posible: armando escándalo. No hay más que ver lo rápido que le han encargado Un ballo in maschera en Valencia, en coproducción nada menos que con la Staatsoper de Berlín, en la que gustan esas cosas por muy malas que sean: cuando el propio Barenboim encargó Sansón y Dalila al cineasta David Szifron, le abuchearon por ambientar la obra en tiempos bíblicos y con cartón piedra. Si hubieran ido de chaqueta y corbata y se hubiera hecho una crítica al capitalismo globalizado (por ahí hay una producción con Plácido Domingo que va de barriles de petróleo en Oriente Medio), seguro que les hubiera parecido fascinante con independencia de que hubiese sido buen o mal teatro.

En fin, no hay más que fijarse en la Jenufa de Robert Carsen que hizo hace poco el mismo Maestranza: allí claro que había ideología, claro que había crítica a la sociedad tan conservadora como hipócrita, a la religión y al machismo, claro que había una escenografía extremadamente sobria, sin concesiones al público acomodaticio. Pero funcionó de maravilla, porque estaba un señor del talento de Carsen que sabe no solo ver, sino también escuchar, y que no necesita explicarle al mundo que él sufre mucho, que es muy sensible y que es mártir de grandes causas. Lo que le interesa es hacer buena ópera.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Mireia, tiene usted razón, Clinton terminó la legislatura, pero no me negará que la sociedad americana le dio la espalda por su rollete con la becaria. Tampoco es esta fue una trampa perfectamente preparada por la derecha, porque si no esa chica no se hubiera guardado una chaqueta con “restos orgánicos” (salvo que fuera una monumental guarra, claro está). En cualquier caso, puritanismo puro y duro.

Aquí, en España, hemos sabido de los líos de falda del emérito desde el minuto uno. Jamás nos ha importado, y me parece muy bien así: eso era cosa de él y de su señora Doña Sofía. Ahora bien, lo que no se puede consentir es “lo otro”, y no lo hemos consentido. Su hijo ha hecho muy bien, ha mostrado enorme dignidad y sentido de estado.

Mireia P.B. dijo...

La próxima temporada hago el "experimento" de ver dos "Pecheurs de Perles" : uno en Berlín Unter der Linden reposición de un montaje de Win Wenders que por las fotos mas que de pescadores parece de sepultureros, y otro en Tolousse porque fue una de las "pérdidas" por el Covid y no me lo puedo perder: nueva producción y me da el pálpito que inspirada en las pelis de Douglas Fairbanks. Ya veremos.

Mireia P.B. dijo...

Su hijo ha hecho mucho paripé: la renuncia a la herencia futura es nula, la supuesta "trasparencia" de la Casa...pásese por la Web de la casa Real y luego hablamos, yo aun espero saber de donde salen dos pares de pendientes de la Reina que nos darian para no pegar palo al agua ni nosotros ni tres generaciones de nuestros descendientes.

Que es "mejor" que el padre? Tampoco hace falta gran esfuerzo para ello.

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