jueves, 8 de junio de 2023

"¿Qué viene la derecha?" No: viene la derecha

Tras la aplastante victoria de la derecha –y la consolidación de la ultraderecha– en las recientes elecciones municipales y autonómicas españolas, el presidente Pedro Sánchez ha convocado –lo explico para quienes leen desde fuera de España– elecciones anticipadas para el 23 de julio. Nos acusan a los de izquierdas refugiarnos en el consabido eslogan “¡Que viene la derecha!”. Pero no es exacto: la derecha viene. Ya está aquí, de hecho, y solo le falta acceder a la Moncloa. Viene y lleva unas grandísimas tijeras que también van a afectar, cómo no, a la cultura en general y a la música en particular.


Un siniestro síntoma de ello es el artículo que ha publicado hoy mismo la revista Scherzo escrito por Pablo J. Vayón, crítico y periodista que lleva semanas encabezando una monumental campaña contra la Sinfónica de Sevilla junto con su compañero del Diario de Sevilla Andrés Moreno Mengíbar. La lectura del artículo es de pago (aquí), pero supongo que les puedo decir que su título es “Algunas verdades incómodas”, que en el texto ataca de manera muy dura a la plantilla de la ROSS por sus reivindicaciones laborales y que concluye de la siguiente manera:

“(...) a nosotros, los exquisitos, el hecho nos debería hacer reflexionar: ¿hasta cuándo seguiremos exigiendo que la sociedad en su conjunto pague nuestras caras aficiones?”.

O sea, la consigna demagógica por excelencia del pensamiento autodenominado liberal, que yo prefiero llamar “de derecha extrema”. Ya saben, el estado tiene que limitarse a regular el mercado y a incentivar las iniciativas emprendedoras que generen riqueza. Quien quiera cultura, que se la pague de su bolsillo. Y si esa cultura es cara, que se aguante y escuche Spotify.

En fin, es el pensamiento que se va extendiendo de manera imparable y que, si somos verdaderamente democráticos, hemos de aceptar si se impone por las urnas. Ahora bien, tenemos todo el derecho del mundo a advertir de su presencia y de sus intenciones. Las tijeras vienen a acabar con mucho de lo que se ha construido en los últimos decenios, así que váyanse preparando. Y como al señor Vayón –claramente visibilizado en su pensamiento de política cultural tras estos últimos artículos– los del gobierno que va a entrar le den un carguito, vamos a cargarnos vivos todos. O casi todos.

PD. No se admiten réplicas liberales a esta entrada. ¡Hasta ahí podríamos llegar, después de lo que están haciendo!

12 comentarios:

Mª Fernanda dijo...

Oiga, usted no es " crítico musica".?
También es " crítico político"?
Me parecen demasiado " cargos" . Espero que " la derecha " le quite alguno

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Madre mía, qué nivel.

Bruno dijo...

Habría que considerar la siguiente cuestión: ¿Por qué es mucho mayor la demanda de fútbol en ocasiones y dinero a gastar que la demanda, menor en ocasiones y dinero a gastar, de conciertos?
Lo que llevaría a un muy amplio descubrimiento de causas.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

No comprendo muy bien lo que plantea, Bruno. En cualquier caso, de fútbol sé lo mismo que de mecánica cuántica: nada.

Miguel Angel dijo...

No se admiten réplicas liberales a esta entrada........

No sé si se habrá dado cuenta, Sr. Vargas, que este párrafo
echa por tierras muchas cosas.......Usted ya me entiende.

Eso no menoscaba su estupenda labor cómo crítico musical, pero
......este condenado párrafo me "chirría".

Un afectuoso saludo.
Miguel Angel

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Es posible, Miguel Ángel, que usted no haya captado que esa línea va dirigida a una persona muy concreta que no hace mucho (Viernes Santo, creo recordar) se dedicó a darme por culo mandando mensajes de manera continua, solo para fastidiar. Y esa persona ya tiene sus propios espacios, así que no pienso cederle ni un centímetro cuadrado del mío. Más claro, agua.

xabierarmendariz88 dijo...

En relación con todo este asunto y dejando al margen el artículo de Pablo J. Vayón, me parece especialmente interesante hacerme eco de la manera en que el señor Norman Lebrecht se ha hecho en su página de la cancelación del ciclo Beethoven que tenía prevista la Sinfónica de Sevilla con Soustrot el mes que viene.
Antes de presentar las líneas principales de la nota de la ROSS, (bien traducidas al inglés, claro), saca un titular claramente sensacionalista: dice que Scherzo informa que Sevilla ha cancelado un ciclo de sinfonías de Beethoven “porque el director está infeliz”. Y al final del artículo, dice: “Go, figure”, como si estuviera sorprendido.
Independientemente de lo que pudiera pensarse sobre la huelga de los músicos de la ROSS, me parece que Lebrecht no se debe de hacer idea suficiente de cómo estará de tensa la situación en estos momentos en el universo clásico sevillano… Le falta contexto.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Efectivamente, le falta contexto.

Pero hay una cuestión más: ¿cómo le ha llegado a Lebrecht esta noticia?


Mucha atención al comentario de la tal "Kundry": "An orchestra with a long history of wrong decisions and crises. One simple solution – close it."

https://slippedisc.com/2023/06/french-conductor-scraps-beethoven-cycle/

¿Quién puede en el extranjero escribir una cosa así? Nadie.

Mi opinión personal es que "Kundry" no solo es de Sevilla, sino que es la misma persona que le ha pasado a Lebrecht la información para darle al asunto eco internacional.

Más aún, sospecho que puede ser el mismo personaje que le pasa los cotilleos andaluces al Lebrecht español, es decir, a Beckmesser.

Una vez, alguien muy bien enterado me contó como funciona esa página: muchos de los comentarios firmados como "Beckmesser" los redacta el propio Gonzalo Alonso, pero otros se los escriben diferentes "corresponsales" estratégicamente situados en provincias, los cuales a su vez aprovechan el espacio para ajustes de cuentas, meter cizaña y todo eso.

La cuestión es, ¿quiénes son esos "corresponsales"? Quizá sirva echar un vistazo a la lista de críticos a los que Gonzalo Alonso pone enlaces de manera habitual. Porque alguna relación habrá, digo yo, entre esos personajes y Alonso. No los escogerá al azar.

En fin, dos y dos son cuatro. No hay que darle muchas vueltas.

Bruno dijo...

No entro en el asunto de la ROSS del que no sé nada y tampoco creo que sea el lugar de extrapolar el asunto de esta orquesta con la llegada o no de la derecha.
El asunto está en considerar por qué unos músicos piden aumento de sueldo, por lo que les leo, cuál es el nivel de subvención que se debe de aportar a una orquesta desde los impuestos, qué tiene que ver el nivel de subveción con el nivel y costo de la orquesta y cómo se establece la demanda de conciertos de un determinado nivel. Entendiendo por demanda la cantidad de conciertos a los que se quiere asistir y, conexamente, lo máximo que se está dispuesto a pagar por ellos. Ortodoxamente, determinar el máximo ingreso por la temporada de la orquesta. Asistencia por precio medio de las entradas.
Yo empezaba por poner de manifiesto la aparente contradicción entre la demanda de los hinchas del Sevilla CF, que van a todos los partidos, que son muchísima gente por partido y donde la entrada media es bastante mas cara que la del concierto medio frente a la demanda de conciertos. Y digo aparente porque para un aficionado a la música parece extravagante que la gente dedique tanto al fútbol y tan poco a la música. Y eso que pagan altísimos salarios a una plantilla que es mucho mas pequeña que la de una orquesta sinfónica que además, normalmente, es la que está subvencionada.
A partir de ahí se pueden considerar muchas cosas. Una preocupante, ¿por qué la demanda de música es tan pequeña?
Otra esencial en la determinación de la política de subvenciones y en concreto a una orquesta concreta. Lejos de mís posibilidades concretar mas porque no conozco los datos pero resalto dos factores: Un incremento de costo para satisfacer una mejora en el nivel de una orquesta no resulta necesariamente atractivo porque igual no influye es la asistencia o descuadra el presupuesto. El otro es que o se mejora la cultura general o cada vez habrá menos interés en dedicar fondos a estas cosas.
Todo eso considerando siempre que ud. no es la demanda media, desgraciadamente, para un político que se sentirá menos exigido de lo que ud. piensa.
Y en último término resulta que no sé si el que realmente decide estas cosas, mas alto que los gerentes de la orquesta, considera estas cosas o no, si es aficionado o le gusta la guitarra eléctrica.
Hay orquestas buenas donde hay muchos y grandes aficionados.
(Ud mismo acaba de reseñar un concierto de órgano. Me imagino que repertorio poco popular, incómodo, lleno... pero gratis al público)
Perdón por la extensión.

Diego Carrere Prieto dijo...

Habría que ver si estos "izquierdistas" y sus gobiernos que, en favor de quienes los han votado, no se atreven tocar ni una brizna de los intereses de los poderosos, me pregunto, si estos "izquierdistas" no cuentan con con alguna responsabilidad en este brote global de la ultra derecha.
En mi región (Argentina, Chile, Ecuador, Perú), le aseguro que es así; la situción política a la que nos condujo la centroizquierda es deplorable, y la ultraderecha nos eper con cuchillo y tenedor.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Mucho me temo, Diego, que lleva usted buena parte de razón, aunque aprecio una diferencia sustancial: los errores de la izquierda española, graves, no han sido en materia económica. Siempre en mi opinión, claro está. Un saludo.

Bruno dijo...

Ya veo que mi intención de suscitar controversia sobre el empleo del dinero público no ha tenido éxito. De todas maneras debería haber una exposición suficiente de los presupuestos, la parte que se dedica a cultura y la parte de esa parte que va a la orquesta. Y la parte del presupuesto que cubre el público y lo que cubren las administraciones públicas. Hay que ver si esa distribución monetaria cultural entre todas las "culturas" es razonable y luego concretamente lo que pase con la orquesta.
Yo en Valencia, aunque me pese, soy consciente de que debería pagar mas por mi entrada sabiendo que otros me pagan la diferencia. Es como en el trabajo. El que no hago, otro lo realiza por mí.
Insisto que lo que hay que incentivar es el interés de los ciudadanos por la cultura. De verdad, no de boquilla.
(Ya que lo citan. Sobre el asunto de la situación económica no creo que sea para tirar cohetes. Basta ver la situación de paro, la evolución del PIB y la deuda, super creciente, que tenemos. Todo eso sin contar que nadie explica a dónde han ido los fondos europeoas. No se puede estar apelando continuamente a Keynes para gastar. (Entre otras cosas porque Keynes no decía eso))

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