Por fin he acabado el ciclo que entre 1967 y 1972 grabaron André Previn y la Sinfónica de Londres para RCA con las nueve sinfonías de Ralph Vaughan Williams (1872-1958). Me permito unas breves reflexiones.
1) Esta música merece mucho la pena, aunque a mi entender hay dos lunares. La Sinfonía nº 1, A Sea Symphony, me parece una pesadez por muy brillante que resulte el despliegue de orquesta, coro y solistas vocales. La Sinfonía nº 7, Antártica, no la encuentro del todo lograda: me gusta más la obra de la que parte, la banda sonora escrita para la película Scott of the Antarctic (1948). Las demás me parecen formidables, empezando por la perfecta mezcla entre pintoresquismo y emotividad de la Sinfonía nº 2, A London Symphony, para después pasar por el impresionismo de trasfondo amargo de la Sinfonía nº 3, la garra dramática de la Sinfonía nº 4, la combinación de poesía y humor negro de la Sinfonía nº 5, el desgarro expresionista de la tremebunda Sinfonía nº 6, las seductoras combinaciones tímbricas de la Sinfonía nº 8 y esa síntesis expresiva final que es la Sinfonía nº 9. Que haya por ahí algún manual de historia de la música del siglo XX que no se moleste ni en mencionar a este compositor resulta escandaloso.
2) Las versiones de Previn me parecen sobresalientes, sin que lleguen a la genialidad. Para entendernos, de 9 aunque no de 10. El maestro se superaría a sí mismo en las grabaciones digitales de las sinfonías Segunda y Quinta para el sello Telarc. Los testimonios dejados por Barbirolli de algunas de las sinfonías me parecen igualmente portentosos. Pero el nivel de esta integral, insisto, es altísimo. En el plano técnico, Previn modela con enorme plasticidad a la Sinfónica de Londres, organiza la arquitectura con gran solidez, se centra tanto en la globalidad como en los detalles y mantiene el pulso a la perfección. En el plano expresivo, pone el equilibrio entre comunicatividad y buen gusto por delante de otra consideración, lo que significa que no hay narcisismos ni excesos, que tampoco se opta –como sí hacía Barbirolli– por cargar las tintas y que el resultado es más “cinematográfico” que “poético”, antes para lo bueno que para lo menos bueno. Ninguna versión es de referencia absoluta, pero tampoco encuentro una sola que baje de lo excelente.
3) El ciclo que yo hasta ahora tenía es el de Bernard Haitink. Me resulta difícil escoger entre ambos. El del holandés es –ya lo pueden imaginar– menos inmediato y cercano, más adusto, perdiendo frente a Previn en comunicatividad lo que haga en hondura y vuelo poético. El trabajo puramente técnico es igual de sobresaliente en los dos directores. En lo que a la toma sonora se refiere, la de RCA se benefició del excelente hacer de Kenneth Wilkinson, quien supo recoger muy bien la “carne” de la orquesta, atender a los graves y equilibrar los planos de manera irreprochable. La de Haitink es ya digital, pero no todo lo buena que podía haber sido. En cuanto a los ciclos de Adrian Boult, solo conozco alguna versión suelta y no puedo opinar con fundamento.
4) ¿Conclusión? En Sony-RCA está la caja de Previn a precio barato, y en Qobuz y otras plataformas tienen la integral con sus bonitas portadas originales. Yo he disfrutado muchísimo escuchándola.
4 comentarios:
Conozco la integral del sir Adrian Boult, las 2ª y 5ª por sir John Barbirolli y la Antarctica por Kees Bakels en Naxos (soberbia interpretación). Tomo nota de esta sugerencia en favor de Previn. Conocí a Vaughan Williams por la Fantasía sobre un tema de Thomas Tallis gracias a "Remando al viento". Un compositor que, quizá por seguir a contracorriente la línea continuista de la armonía como Sibelius en lugar de formas más vanguardistas, no merece de una mayor (y más justa) consideración.
Estimado Fernando:
Concuerdo con sus apreciaciones generales: Previn como clara opción para conocer las sinfonías, aunque si uno queda con gusto de lo genial, tiene que armarse su propia selección a base de lecturas sueltas de Barbirolli, Haitink, el mismo Previn fuera de este ciclo e incluso Colin Davis.
Saludos!
Pues tienen ustedes razón. Y ya que estamos, ahí va mi quiniela:
Sinfonía nº 1: Haitink.
Sinfonía nº 2: Previn (Telarc)
Sinfonía nº 3: Haitink
Sinfonía nº 4: Haitink
Sinfonía nº 5: Previn (Telarc) o Barbirolli (EMI, 1962)
Sinfonía nº 6: Barbirolli (Orfeo, 1970)
Sinfonía nº 7: Haitink
Sinfonía nº 8: Barbirolli
Sinfonía nº 9: Previn
Como pequeño aporte a la comparativa, lo que sí tengo muy claro es que la mejor "ANTARTICA" es la de Haitink. Por una feliz coincidencia cuando la descubrí hará unos 30 años estaba inmerso en las heladas nieves antárticas de la mano del "maniático de Providence" y su "En las montañas de la locura" (Alianza Ed.) y puedo asegurar que la obra de Williams bajo aquella influencia literaria me produjo una pavura artística inolvidable.
Luego de esta experiencia toda interpretación encontrada en disco cayó en mi discoteca. y aun hoy después de tantos años la del holandes sigue siendo mi referencia.le sigue cerca la de Previn, fabulosa sin duda. en cuanto a la de Naxos debo admitir que me asombró grátamente la calidad lograda por interpretación y sonido. Como ciclo completo solo tengo el de Boult, idiomático y garantido por cierto aunque no el mejor. me quedan pendientes los ciclos de Haitink y Previn!
Saludos Cordiales
Juan
Publicar un comentario