sábado, 6 de febrero de 2021

Más música de cine en Dinamarca: Galaxymphony

En noviembre de 2019, la Sinfónica Nacional Danesa continuó su ciclo de música de cine con Galaxymphony, un programa dedicado –obviamente– a las películas del espacio o, al menos, de ciencia-ficción. Lo hizo bajo la batuta más vistosa y encendida que refinada del maestro holandés Antony Hermus, y con la colaboración de un par de coros de contrastada calidad. La edición comercial de producto corre a cargo de Euroarts.


Tras el inevitable prólogo del Zaratustra de Richard Strauss venían dos desiguales obras del malogrado James Horner: mientras que Avatar es muestra de su blanda y ruidosa etapa –llamémosla así– “New Age”, años atrás Aliens ponía en evidencia el talento de un compositor entonces joven que parecía que tenía muchas cosas por decir, a pesar de que la referida partitura es una indisimulada mezcla de Jerry Goldsmith y Aran Khachaturian.

Muy hermosa y sugestiva la suite de Blade Runner, aunque no siempre la orquestación hace justicia a la idea original de Vangelis, que escribió solo para sintetizadores; gran idea la de incluir el monólogo final del personaje que interpretaba Rutger Hauer, en este caso en la voz de David Bateson.

La suite de Interstellar nos trae al mejor Hans Zimmer, aunque su tendencia a lo machacón llega por momentos a molestar. Seguidamente aparece por sorpresa Donizetti con la escena de la locura de su Lucia. ¿Y eso? Referencia a la película El quinto elemento, porque al rato el original se sustituye por la “deconstrucción” posmoderna perpetrada por Eric Serra. La soprano Jihye Kim está mejor en la parte original que en las coloraturas escritas por Serra.

Mal el popurrí de Star Trek, porque los engarces entre unas piezas y otras, tan breves que penas dan tiempo a paladearlas, no convencen en absoluto. Lo mejor viene a continuación, “No Escape” de El planeta de los simios, que nos permite disfrutar no solo escuchando, sino también viendo, la ingeniosa escritura para percusión realizara por un Jerry Goldsmith entonces el punto más creativo de su carrera.

Todo lo demás es John Williams y su Star Wars. La selección temática está bien hecha, pero hay empalmes -para abreviar la duración del concierto- que disgustan y algún retoque en la orquestación muy innecesario, como incluir coro en la coda final. Se disfruta, en cualquier caso, porque la música es estupenda. Y no hay mucha oportunidad de ver en un vídeo comercial interpretaciones en concierto de “Duelo the Fates” y “Battle of the Heroes”. De propina, “Cantine Band” con aplausos del público, pero sin el desmadre que en España montan los chicos de la Film Symphony Orchestra.

Calidad de imagen y sonido en Blu-ray son muy buenas. La realización, por el contrario, deja mucho que desear: sencillamente, el director de la filmación no sabe a qué instrumentos mirar.

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