lunes, 7 de diciembre de 2020

In the Still of the Night: a Netrebko hay que verla

In the Still of the Night es el título del compacto que Deutsche Grammophon editó con el contenido del recital de canciones de Rimsky-Korsakov y Tchaikovsky ofrecido el 17 de agosto de 2009 por Anna Netrebko y Daniel Barenboim en el Festival de Salzburgo. Me gustó muchísimo, a pesar de no ser un fan de la soprano rusa. De hecho, creo que fue lo primero que me entusiasmó de una señora que, a mi entender, ha crecido bastante con el paso del tiempo, no solo ensanchando de manera considerable su instrumento sino también haciendo más variada y sincera su expresividad. También es cierto que aquí estaba en su repertorio: en estas maravillosas piezas no supone precisamente un problema la típica emisión eslava, como tampoco lo es su dicción. Lo interesante, en cualquier caso, es la manera de abordar los aspectos interpretativos, consiguiendo esa cuadratura del círculo que supone alcanzar la máxima intensidad sin resultar excesivamente “operística” o melodramática, modelando su hermosísima voz con técnica sólida y sin amaneramiento alguno. Daniel Barenboim le acompañaba en perfecta sintonía: inflamado a tope pero siempre controlando el fraseo con enorme concentración y capaz de ofrecer detalles de elevadísima poesía que van mucho, muchísimo más allá de lo que a veces se encuentra en los pianistas especializados en este género.

Pero hete aquí que he visto, a través de Medici TV y con calidad Blu-ray, la filmación del recital ofrecido por los dos artistas al año siguiente en la Philharmonie de Berlín, con el mismo programa en idéntico orden, y me ha maravillado aún más. Porque el espectáculo visual que ofrece Netrebko es de aúpa: independientemente de que esta sea una señora muy atractiva, nuestra artista teatraliza cada una de las canciones sin sacar los pies del plato, sabiendo oscilar entre la intensidad amorosa, la congoja contenida, la ternura, la sensualidad, la desesperación y un altísimo voltaje erótico evitando toda extravagancia o sobreactuación. Ni siquiera los primeros planos, que se recrean indisimuladamente en su belleza, resultan en exceso cargantes. 

 
La cosa está clara: a Netrebko no solo hay que escucharla, sino que también hay que verla. El problema es que la filmación carece de subtítulos. Yo lo he solventado acudiendo al libreto de la edición “de luxe” del disco, que es la que compré. En cualquier caso, ya les digo, la actuación “escénica” de la soprano da bastantes pistas de por dónde anda cada canción.

2 comentarios:

Ángel Carrascosa Almazán dijo...

Las canciones de Rimsky-Korsakov de ese disco me parecieron toda una revelación: ¡qué maravillas!

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Absolutamente de acuerdo, Ángel. Para mí fueron una sorpresa monumental. ¡Qué pena no tener este vídeo en una edición comercial con subtítulos!

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