sábado, 12 de septiembre de 2020

Intenso y desgarrador Tchaikovsky por Barbirolli en Londres

En septiembre de 1964, Sir John Barbirolli se puso al frente de la Orquesta Sinfónica de Londres para registrar la Serenata para cuerdas de Tchaikovsky y las Variaciones sobre un tema de Tchaikovsky de Antón Arenski (1861-1606). El disco lo reedita ahora EMI dentro de su grande y costosa caja consagrada al maestro londinense, acompañado de la Francesca da Rimini que grabó con la New Philharmonia ya en 1969. Las interpretaciones son absolutamente sensacionales.

La Serenata para cuerdas conoce una personalísima y singular recreación que, poco o nada ensoñada y sin el menor interés por la sensualidad, la chispa o la delectación sonora, pone en primer plano las tensiones internas de la música inyectando electricidad y fuerza expresiva en grado superlativo, pero sin dejar de cantar las melodías con un vuelo lírico tan amplio como lleno de amargor. Por si fuera poco, la claridad es extraordinaria: lástima que la remasterización de 2020, aun espléndida, no logre solucionar la distorsión del original.

Las Variaciones sobre un tema de Tchaikovsky conforman una deliciosa página para orquesta de cuerda escrita al año siguiente del fallecimiento del autor del Cascanueces, cuyo espíritu es perfectamente capturado atendiendo no solo al maravilloso melodismo de su música, sino también a los aspectos lacerantes de su nostalgia y a sus tensiones internas. Barbirolli cree firmemente en sus valores y la recrea con tanta intensidad como vuelo lírico.

¿Y qué decir de la Francesca da Rimini? El maestro londinense va directo al grano. Terrorífica, implacable, llena de fuego infernal nunca mejor dicho la primera sección. Cantada con una delectación melódica, un vuelo poético y un conmovedor sabor agridulce nada de melifluidades ni de preciosismos la escena amorosa se va inflamando hacia una culminación llena de grandeza trágica. Tras el doble asesinato, el maestro nos conduce sin contemplaciones al infierno: la desgarradísima coda cierra de manera contundente esta genial recreación. La orquesta, trabajada de manera magistral, suena con una aspereza ideal para la obra. Un portento.

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