sábado, 26 de septiembre de 2020

Aburrirse con Copland, irritarse con Gofré

Lo siento, me resulta imposible. Lo he intentado una vez más, pero no consigo entrar en la música de Aaron Copland. Las suites de Billy the Kid y Rodeo siguen produciéndome sopor. Y eso que las versiones que ahora he escuchado, las de Morton Gould y su orquesta registradas para RCA en 1957 con buen sonido estereofónico –tres canales en mi SACD–, son bastante buenas. No tanto como las de Leonard Bernstein, pero de incuestionable calidad.

Alguien dirá que cómo es posible que me gusten las partituras cinematográficas de Elmer Bernstein y John Williams que beben de las del autor de The Red Pony y, sin embargo, no me interesen las referidas fuentes. Explicación sencilla: me parece que Elmer y John se han mostrado, por lo general, bastante más inspirados. A Copland no le voy a negar su enorme importancia histórica, esto es, crear un lenguaje que, aun atento a las novedades que se habían desarrollado en Europa, resultaba completamente nuevo y abría un camino “propiamente norteamericano” al margen del inclasificable Charles Ives. Pero me aburre, qué le vamos a hacer.

A otra cosa me empuja la Suite del Gran Cañón, que se incluye en el mismo disco en registro ya de 1960: a irritarme. Porque esta música me parece francamente mediocre. “Parecida a las partituras para el cine que tanto te gustan”, me volverán a repetir algunos. Pues sí, pero los Alfred Newman, Elmer Bernstein, Alex North, Jerry Goldsmith, John Williams y otros grandes de la escuela propiamente norteamericana –podríamos incluir a un compositor muy menor pero interesante como fue André Previn– nunca cayeron en la obviedad ni el trazo grueso de Ferde Grofé. Y si quiero una música en la misma línea de “tarjeta postal” para turistas, prefiero mil veces la trilogía romana de Respighi: allí si hay refinamiento en la escritura, creatividad en la orquestación e inspiración poética.

2 comentarios:

Observador dijo...

Hola Fernando:

Disculpa que no es el tema, pero como a ti te encanta Shostakóvich me gustaría saber, en lo posible, ¿qué opinión te merece la "Suite para orquesta de variedades" y qué grabaciones prefieres de la misma? Muchas gracias.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Pues la mal llamada "Suite de jazz nº 2" es una obra que me encanta, y de ella Chailly tiene dos grabaciones que me parecen sensacionales, sobre todo la segunda, en vídeo.

El Trío de Tchaikovsky, entre colegas: Capuçon, Soltani y Shani

Si todo ha salido bien, cuando se publique esta entrada seguiré en Budapest y estaré escuchando el Trío con piano op. 50.  Completada en ene...