jueves, 20 de abril de 2017

Burnout

Lo confieso: me he quemado. Tengo un montón de entradas a medio terminar, entre ellas comparativas discográficas de los conciertos para piano y violonchelo de Robert Schumann, pero me siento incapaz de completarlas. No tengo fuerzas ni ánimo para hacerlo. Pero tampoco quiero dejar de recomendar dos discos que he escuchado recientemente y me han entusiasmado. Uno de ellos es el que Hilary Hahn grabó en 1997 dedicado a Bach: en todos los sentidos, el extremo opuesto a esa señora llamada Amandine Beyer que tantos quebraderos de cabeza me ha dado. Pueden escuchar a ambas en Spotify y descubrir por sí mismos cuál les gusta más.


El segundo es el debut discográfico en solitario de Michael Barenboim, sencillamente un prodigio: tal vez nos encontremos ante uno de los más grandes violinistas de los próximos años, al menos para el repertorio del siglo XX. Si su Bach es admirable, su Boulez y su Bartók son descomunales, especialmente este último. También lo tienen en Spotify: escúchenlo y asómbrense.


Prometo escribir sobre ambos discos. De hecho, ya tengo los textos a medio acabar, pero parece probable que no los complete hasta que pasen muchos días. En cualquier caso, espero volver pronto para contarles algo sobre el concierto del próximo sábado de la Filarmónica de Málaga en el Villamarta. Hasta entonces.

2 comentarios:

Ismael G. Cabral dijo...

Ánimo con la Filarmónica de Málaga. Si su director es el mismo que se puso al frente de la OJA hace unos días no auguro nada bueno.
Coincido contigo en tus buenas impresiones sobre esos dos discos de Hahn y Barenboim Jr.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

A mí me gusta mucho Hernández Silva, pero a este concierto del sábado le temo un poco, tanto por lo que se ha dicho de sus resultados como por el propio programa, que incluye la pesada Sinfonía española de Lalo. Repite Un americano en París: veremos. Quizá tenía que haberme ahorrado la entrada y acudir a un concierto que hay a la misma hora del grupo Jerez medieval, con un precioso repertorio que va del Ars Antiqua al Ars Subtilior, nada menos.

Me alegra pero no comprendo que te guste el Bach de la Hahn, poes lo encuentro incompatible con el de la Beyer. Sí comprendo que te guste el de Barennboim hijo: a mí me parece que es difícil llegar más lejos en la comprensión del universo bouleziano. ¿No crees que las nuevas generaciones están mucho más preparadas para este repertorio? Saludos.

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