domingo, 1 de marzo de 2015

Inclasificable Say

Fazil Say (Ankara, 1970) me cae muy bien por su activismo a favor de los derechos humanos y por su militancia laicista frente al creciente sesgo religioso del gobierno turco –que le ha condenado a varios meses de cárcel por blasfemia–, pero me tiene desconcertado en su doble faceta de pianista y compositor. No sé qué pensar de él: he estado escuchando cosas estos últimos días que me han gustado mucho, otras que me han interesado a medias y otras que, decididamente, no me han hecho ninguna gracia. Lo que tengo claro es que sobran etiquetas: este señor resulta por completo inclasificable.

Dentro de unas horas actúa en el Teatro de la Maestranza con un programa que incluye, entre otras cosas, la célebre Sonata para piano “marcha turca” de Mozart y una selección del libro I de los Preludios de Debussy. Pues bien, las dos obras se dan cita en la página que he tenido la oportunidad de escuchar –en plan meditación, ya avanzada la noche y totalmente a oscuras– en mi equipo de música: el ballet Patara, estrenado en 2006 en el Festival Mozart de Viena y escrito para piano y soprano, con apariciones puntuales de ney y percusión.

¿Y cómo es esta obra? Pues mientras no la quiten de YouTube, ahí arriba la pueden escuchar: partiendo del hermosísimo tema del movimiento inicial –tema con variaciones, recuerden– de la KV 331 mozartiana, y absorbiendo el estatismo mágico de los Preludios de Debussy –que también le han influido con claridad en otras creaciones pianísticas suyas–, nos ofrece una página a medio camino entre las repeticiones del minimalismo y la espiritualidad New Age, usando sin rubor recursos cuyo carácter manido no resta efectividad y trayéndonos a la mente esa Sinfonía nº 3 de Górecki que tanto vendió en su día. Confieso que a mí Patara me ha gustado, pero también reconozco que se mueve en el filo que separa lo elevado de lo pretencioso.

Ah, no acaban aquí precisamente las deudas del Say compositor –minimal, postmoderno y todo lo que ustedes quieran, pero también jazzista– con la referida sonata mozartiana: su peculiar arreglo de la la marcha turca es su propina estrella. ¿La interpretará en Sevilla?

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